6. Montuosos

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Capítulo 6

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Efímero: pasajero, de corta duración.

Si hubiera sabido que para hacer el viaje más ameno debía buscar a Elián, desde hace rato lo hubiera buscado. Nosotros íbamos delante de Alden hablando, mientras el gigante se quedaba lo más lejos posible para que no se escucharan sus gruñidos y maldiciones.

Elián ya me había contado un poco de su vida en el bosque. Dijo que no recordaba casi, pero sabía que llevaba mucho tiempo en el bosque. Habló de un animal o más bien un monstruo que era muy rápido, no tenía cabeza sino una cola que lo ayudaba a localizar. Él lo llamó el lantus.

LANTUS

Letal

Criatura no venenosa.

Es ciego. Tiene una cola muy larga que tiene una pinza que usa para localizarse y atrapar a su presa. Su cuerpo es de un pelaje marron con crestas en toda su columna, tiene forma de tigue conbinada con león. Come a todo tipo de criaturas.

Debilidad: Frío y veneno de la flor Sterpul

– ¿Es tu pareja?

- Claro que no, yo le desagrado y a mi él me irrita.

- No te despega los ojos de encima. Cada vez que quiero tomar tu mano me amenaza con cortarlas, eso no lo hace cualquiera – mordió el emparedado con una sonrisa – ¿quieres?

- No, come tú.

No volví a sacar ese tema. Seguimos caminando hasta que la luz comenzó a irse y los árboles se vieron más tenebrosos de lo normal. las ramas hacían ruidos por el viento y formaban sombras que lograban hacerme retroceder del miedo.

- Debo ir a orinar – Elián se alejó y no pude detenerlo porque ya estaba yéndose por donde estaba oscuro.

podría llamarme cobarde pero no quería quedarme en medio de la oscuridad sola. Retrocedí hasta ponerme al lado de Alden que levantó una ceja con media sonrisa. no estaba para devolvérsela, seguía enojada por casi matar a Elián y dejarme abandonada en medio de un lugar que no conocía nada.

- supiste volver - ¿está comenzando una conversación? Que tome su propia medicina, no pienso hablarle – Kaira.

Cruce mis brazos agradeciendo tener la chaqueta. Hacía algo de frío.

- Toma – vi su mano que sostenía lo que parecía una liga.

¡Eso no se vale! No podía enojarme cuando él hacía eso. Contuve las ganas de sonreírle, solo tomé la liga sin hablarle y recogí mi cabello en una moña alta.

- ¿Solo eso? ¿Ni un gracias piensas darme?

Tomo aire.

¿Dónde estaba Elián? ¿tanto demoraba en orinar?

- Estarás así hasta llegar a un reino oscuro?

Encogí los hombros como él había hecho a muchas de las preguntas que le hacía.

Me jaló del brazo estampándome contra un árbol, iba a soltar mil insultos, pero su mano tapó mi boca. Busqué sus ojos en la oscuridad, los tenia cerrados. Al abrirlos cambiaron de color. Asomó la cabeza por un lado y la volvió a esconder pegándose más a mi cuerpo. Estaba aplastándome contra el árbol.

LA REALIDAD DE UN SUEÑO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora