21. ¿Qué duele más?

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Capítulo 21

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Acmé: Período de mayor intensidad de una enfermedad.

Estaba en serios problemas. Muy serios problemas.

No me atrevía a ver a Allen a los ojos desde que desperté. No podía soportar ver sus ojos rojos y preocupados. Estaba rodeada de policías, vecinos y hasta Vero se encontraba aquí. cuando desperté fue por un policía que me sacó del sótano, Vero ya estaba aquí y al verme pude entender su mirada. Ella no dijo nada.

- Lo siento mucho, oficial, hablaré muy seriamente con ella y le haré saber sobre el gran problema en el que está – apreté los dedos de mis manos.

Escuche pasos hasta la puerta principal. Me quede sentada en la sala y no fue hasta que escuche la puerta cerrarse que levante la mirada hacia mi tío que parecia querer ahorcarme y Vero que no sabia donde esconderse.

- ¿Cuántos años tienes Kaira? – contraje el ceño sin entender – responde.

- Dieciocho – susurre.

- Exacto. Ya tienes la suficiente edad para saber que está bien y que está mal. No puedes solo desaparecer de la nada creyendo que no habrá consecuencias, que no habrá personas que se preocupen por ti ¿Te enseñe eso?

Negue.

- ¿Qué hacías ahí abajo?

No conteste.

Que se suponía que le iba a contestar. Que estaba en otro mundo donde la gente era gigante y había criaturas raras y como olvidar que también tenían poderes mágicos. Me iba a llevar a un loquero si le decía eso.

Esto no debió de suceder. Se suponía que no sucedería nada de esto.

- ¿Cómo me encontraste?

Soltó un suspiro y vio a Vero.

- Vero decía no saber donde estabas pero parecía muy calmada como para saber que estabas desaparecida – Vero me dio una media sonrisa – Sabía que no pudistes ir lejos sin dinero así que llame a la policía y ellos revisaron la casa ¿que pensabas que iba a suceder?

- Nada.

- Kaira, dejaste una nota que decía que no te buscara y que estarías bien. ¡Estaba muy preocupado! – me sobresalte ante su grito. Allen no gritaba.

Pude ver el momento exacto en los ojos de Vero cuando se dio por vencida y sabía que iba a soltar algo que no debía.

- No – le advertí.

Me ignoró

-Lleva un tiempo sin dormir bien. Un hombre la perseguía y...

- ¡Cállate! – le grité.

- ¡Kaira! – me dio una reprimenda - ¿Por qué no me lo dijiste?

- No era necesario – cruce los brazos – todo está bien.

- Vero, podrías dejarnos un segundó a solas.

Salió de la sala y Allen se acercó hasta sentarse a mi lado, sus codos sobre sus rodillas sosteniendo con sus manos la cabeza.

- Estuviste en Euliv – murmuró y creí haberlo escuchado mal hasta que volvió hablar - ¿Vistes a tu padre?

- ¿Qué? ¿Cómo sabes eso? – me moví para poder verlo mejor - ¿Siempre lo has sabido?

Levantó la cabeza y asintió sin dejar de verme.

- ¿No pensabas decírmelo? Tenía derecho a saberlo. Sabes lo que me hubiera ahorrado si hubiera sabido sobre todo este mundo desde antes – Levanté un poco la voz – Sabes lo doloroso y traicionada que me sentí al saber que no eras mi tío. Que mi mamá no murió.

LA REALIDAD DE UN SUEÑO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora