2. Un odioso desconocido

17 0 0
                                    

Capítulo 2

❧❧❧

Serendipia: hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual

Estaba en medio de la plaza, niños corrían por mi lado tropezando conmigo mientras se perseguían entre ellos jugando. Mujeres mayores con delantales y gorros que sostenían sus cabellos, estaban de pie detrás de un carro de madera con comida.

Me movía por inercia analizando el lugar como si fuera la primera vez que estuviera ahí. Una gran fuente en el centro. A los lados casas pequeñas. Hombres muy altos con ropa algo vieja y sucia llevaban carretillas con costales. Seguí caminando hasta adentrarme a un camino estrecho, era una subida. Revisé detrás mío sintiéndome observada.

El corazón me latía a un ritmo que estaba asustándome. No sabía qué hacer, si seguir subiendo o solo voltearme y buscar esos ojos que me vigilaban.

Gire por otro camino y el hombre hizo el mismo giro sin dejar de verme con esa mirada tan intensa que siempre tenía. Apresure el paso queriendo alejarme de él.

-¡Deja de seguirme! - tropecé cayendo de rodillas y raspándome las manos - mierda.

Me levanté con dolor en mis manos y corrí, agarre un jarrón de los que dejaban en las ventanas con flores y sin si quiera apuntar lo lancé detrás mío en su dirección. Salí corriendo sin dejar de gritar y pedir ayuda. No me atreví a ver hacia atrás para comprobar si le di al blanco.

Corría subiendo el camino. Nadie parecía querer ayudarme, solo me veían aún más raro de lo normal ignorándome.

Una mano grande me tomó del codo. Solté un grito y...

••••

- ¡Kaira! ¡despierta!

Abrí los ojos de golpe mandando mi cabeza hacia al frente, un fuerte dolor atravesó toda mi frente y el quejido de Vero lleno mis oídos.

-Serás tonta - se tocó la frente - parecía que estaban matándote.

Su frente ahora relucía con una marca roja, no se notaba tanto por su capul, todo su cabello estaba despelucado debido al calor que estaba haciendo. Normalmente mantenía sus churcos perfectos y en su lugar.

- ¿Estaba gritando? - pregunte.

- Demasiado.

Estábamos en descanso. Esta vez logré no dormirme en ninguna de las clases, pero no quería decir que el descanso se salvaría. Salimos al patio a recostarnos y como se puede notar me quedé dormida.

- Lo siento. El hombre estaba persiguiéndome y antes de que me despertaras estuve a nada de ser atrapada por él – todo mi cuerpo se erizó ante la idea de que hubiera sucedido.

- ¿Qué te pasó en las manos?

- Que...mierda - retrocedi con miedo. Tenía las manos raspadas y con algo de tierra en ellas - yo...me caí...en el sueño me caí.

Revisé mis rodillas que también estaban magulladas por la caída. ¿Cómo era esto posible? Esto ya no podía ser una enfermedad o ¿Sí? qué explicación podría tener esto, no lo entiendo. Sueños reales era lo que había estado viviendo.

- ¿Estás jugando conmigo? - sonrío divertida. Al ver que no me reí borró la sonrisa - ¿es enserio?

-No lo entiendo.

Vero no tuvo respuesta, se quedó en silencio viendo al cielo pensando en algo que pudiera bajar un poco la tensión en mi cuerpo. No importaba que fuera a decir, sabía que no sería tan convincente como para calmarme. ¿No se supone que siempre se sueña con cosas diferentes, con cosas extrañas que no tienen sentido? Pues a mí no me sucedía eso y estaba comenzado a plantearme que de verdad estaba enloqueciendo.

LA REALIDAD DE UN SUEÑO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora