14. La realeza

13 0 0
                                    

Capítulo 14

❧❧❧

Inmarcesible: Que no se puede marchitar

- ¿Qué sentiste? – deje de jalar el pasto para ver a Elian - ¿Qué se siente?

- ¿De qué hablas?

Sus mejillas se pusieron algo rojas.

- Un beso. ¿Qué sentiste al besarte con Alden? – cada vez se ponía más rojo. Sonreí ante su ternura - ¿es raro? Debe ser muy raro tener los labios de otros contra los tuyos.

Busqué a Alden alrededor asegurándome que no estuviera cerca. Después del beso se había alejado y volvió a perderse. La noche había caído y nos tocó quedarnos acampar. No sabía cómo iban a ser las cosas de aquí en adelante, no podía entender porque escapaba y no se quedaba conmigo hablar. No era tan difícil. Si él estaba confundido yo estaba peor.

- Cuando das tu primer beso si es algo raro, se te puede hacer muy extraño, pero con el tiempo te acostumbras y se te hace muy agradable.

- ¿Quién te enseñó a besar?

El recuerdo del idiota que me gustaba hace presencia. Tiempos muy oscuros y desagradables

- Nadie en específico. Con el tiempo se adquiere experiencia – aparto la mirada.

- ¿Pero puede una sola persona enseñarte?

Asiento.

Saco del bolso una lata de comida para darle a Iver que parece desesperado por escarbar en la mochila. Se la esparzo para que se le haga más fácil comer.

- ¿Puedes enseñarme? – mi mano queda elevada sobre Iver. ¿escuche bien? – me gustaría aprender.

Joder. Si escuche bien.

Fijo la mirada en él sin poder salir de mi sorpresa. Estaba bromeando ¿cierto? Debía estar bromeando. Quise soltarme a reír, pero su seriedad no me dejaba. Hablaba en serio. No podía besarlo y no era porque Elian me pareciera feo ni nada por el estilo, Elian era guapo, pero no podía verlo de la misma forma que a Alden, además, es mi hermano postizo

¡No puedo besar a mi hermano postizo!

- No puedo.

- Oh...

Bajó la cabeza.

Mierda, mierda.

Deje a Iver comiendo y me arrodille muy cerca de él, levante su cabeza tomándolo de las mejillas.

- Escúchame. Si la situación fuera diferente créeme que lo haría, pero no puedo. Te quiero, Elian, demasiado. Sin embargo, el tipo de cariño que te tengo es diferente.

- No es igual al de Alden.

- Exacto. Tu eres como mi hermano ¿lo entiendes? – asiente. Sus manos suben a las mías bajándolas de su rostro y apretándolas entre las suyas – cuando sea el momento aprenderás a besar. No te apresures.

- ¿Qué están haciendo?

Me aparto de Elian al escuchar su voz enojada. Dios santo, casi me da un ataque al corazón. Parece una criatura extraña al estar entre las sombras, tiene los brazos cruzados y esa mirada de enojo que siempre carga.

- Hablábamos – respondo.

- ¿Tan cerca?

Fruncí las cejas.

¿Estaba haciendo una escena de celos?

- Le estaba preguntando a Kaira si podía enseñarme a besar – me tapo el rostro.

LA REALIDAD DE UN SUEÑO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora