LA REALIDAD DE UN SUEÑO ©

Epílogo

Final

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Limerencia: Es un estado mental involuntario resultado de una atracción romántica por parte de una persona hacia otra

Narrador omnisciente.

Tres horas antes.

Qué mejor día para escapar del villano que cuando los copos de nieve empezaban a caer y las ventiscas frías se hacían tan fuertes que lograban estremecer. Las hojas de los altos árboles se estaban cubriendo de nieve convirtiendo el bosque en una pintura en blanco.

Todo estaba de acuerdo con el plan. Habían pasado días planeando cada paso y lugar en el que probablemente estaría cada uno. Era un plan demasiado arriesgado y todos ellos lo sabían, pero era la única oportunidad que tenían para poder escapar.

El palacio estaba lleno de guardias, mucamas y expiadores, vigilaban cada esquina del palacio asegurándose que la celebración de la noche fuera perfecta. El comedor estaba lleno de comida y banquetes para llenar a mil personas. Los pueblerinos admiraban como las luces salían de las ventanas, se preguntaban qué evento celebrarían como para realizar una celebración tan grande.

Desde las compuertas secretas, entre paredes ya oscuras, Kaira corría con un arma a su hombro dejando cámaras en los lugares que necesitaría vigilar. La adrenalina y enojo corría por su cuerpo logrando mantenerla despierta a cualquier movimiento. Sabía que debía salir pronto de entre las paredes y llegar a su recamara para cambiarse. Su padre le había informado claramente que quería su compañía en el gran evento que había esperado por años.

Bajo tierra entre las paredes blancas estaba Neferet en una esquina de la cabina en la que lo tenían encerrado. Armaba un dispositivo con todas las herramientas que le había pedido a Kaira que le trajera. Miró el reloj colgado en la pared. Tenía poco tiempo antes de que ella llegara y empezara la matanza. Neferet no estaba a gusto con el plan creado por Kaira, ni siquiera estaba seguro de que fuera a salir bien, pero era muy difícil convencerla de cambiarlo cuando estaba cegada por el enojo.

La puerta se abrió de golpe asustandolo de haber sido descubierto. Al ver los ojos rojos brillantes soltó el aire y siguió en su trabajo.

- Me distes un susto.

- Lo siento. Casi me ve un guardia, son como insectos de un lado a otro – Elian miró hacia la cámara con recelo.

- No te preocupes. Kaira cortó los cables y dejó un video repitiéndose para que no sospechen de que no sirve la cámara. Puedes caminar y hablar tranquilamente – Le explico sin despegar los ojos de los cables en sus manos – ¿has hablado con ella?

Elian movió una silla y se sentó con sus codos en las piernas sosteniendo su cabeza. No era fácil escapar de los guardias, temiendo ser atrapado y que lo lastimen. El día anterior cuando Kaira fue a visitarlo le entregó una tarjeta que abría su caja de cristal, no había tenido el valor de salir hasta hace unos minutos. Se escabulló entre los guardias ocupando una de esas muchas batas blancas que la mayoría vestía y usaba un tapabocas para cubrir parte de sus rasgos.

- No desde ayer que me dijo que cuando saliera viniera directo contigo. Que me dirías que debía hacer ahora – lo miró con temor – No tengo muchas ganas de salir de esta habitación, afuera es un laberinto. probablemente me pierda.

El hombre mayor sonrió poniéndose de pie con la caja de metal en las manos, la puso sobre la mesa y tocó el hombro de Elian.

- Esto se convertirá en una matanza con mucha sangre y muerte sin cesar, Elian. Puedo hablar con Kaira para que salgas sin que intervengas en la pelea – Elian sacudió su hombro apartándolo. Neferet tomó aire sin dejar de verlo – Desde el primer día que te encontré supe que serías alguien muy grande al crecer.