Mi vida comenzó a ser un poco más tranquila desde que salgo con Eddie.
Fue en agosto, luego de los horrendos sucesos en el Starcourt que Robin me convenció a ir a un bar de mala muerte para desestresarme un poco de todo lo que me estaba acomplejando: el terrible ambiente laboral con el que todos los días debía lidiar, la presión de mis padres por no ir a la universidad y ese tedioso estrés del inicio de la vida de adulto al no saber qué rumbo darle a mi vida.
Sí, mi vida estaba hecha un caos hasta que conocí a mi otro caos.
De todas las personas que existen en el mundo, me fijé en el rarito que tocaba la guitarra en la banda Ataúd Oxidado.
Y para mi buena suerte fue mutuo.
Desde ese día lo tengo en mi trabajo desde las tres de la tarde, después de que él sale de clases, pues como es un enorme descuidado, lleva repitiendo el último año dos veces. Siempre entra a la tienda con esa hermosa sonrisa, su mochila sucia y desgastada, y en sus manos nuestro almuerzo. Marco mi salida a mi comida de medio día y vamos a la bodega a almorzar, ahí nos abrazamos y nos contamos sobre cómo ha ido nuestro día. Eddie por lo general siempre me habla de cómo se las ingenió para molestar a Jason por milésima vez y de todas sus partidas de D&D que todavía no logro comprender, pero lo veo tan contento y emocionado que siempre lo escucho con atención. Y después de comer, se sienta a mi lado a hacer su tarea mientras yo trabajo. Mi pasatiempo favorito definitivamente es mirarlo tan concentrado y confundido a la vez, con la vista fija en sus libros y sus dientes mordiendo su lápiz.
—Stevie...
—¿Sí, Edd? —automáticamente dejo de hacer mis cosas para prestarle atención.
—¿Me ayudas con esto? No entiendo.
—Claro, cielo. Mira, es fácil, solo debes despejar cada letra con el método de sustitución —comencé a escribir en su cuaderno—. Una vez que tengas el valor de z y x, podrás encontrar el valor de y.
—¿Me perdonas por ser una molestia en tu trabajo? —me miró apenado—. Debería irme a mi casa y dejarte trabajar, no quiero que te regañen.
—Ey, no digas eso —tomé su rostro con ambas manos—. Soy tu novio y estoy para apoyarte. Te ayudaré a graduarte así sea lo último que haga. Además, no me molesta, tú más que nadie sabe que quiero verte con ese birrete y ese diploma.
—Cuando me gradúe te voy a llevar lejos, Steve —me susurró tomando mis manos—. Quiero celebrar ese logro tan grande a tu lado porque nunca dudaste de mí.
—Vamos a Paris, Edd.
—Es un hecho, mon amour.
Así eran nuestras tardes juntos, me encantaba tenerlo conmigo en el trabajo, así no me sentía solo. Claro que tenía a Robin, pero Eddie tiene eso que me mantiene tranquilo, tiene una personalidad tan linda que hace que todos mis problemas y angustias desaparecieran.
Y cuando llegaban las noches, me esperaba hasta cerrar el lugar y así irnos juntos ya sea a su remolque o a mi casa, dependiendo la situación. Si mis padres estaban de viaje, aprovechábamos para ir a la mía, pues digamos que a ambos no les agradaba mucho nuestra relación, por eso prefería que no interactuaran para evitarnos conflictos o peleas.
La mayor parte del tiempo me la pasaba en la casa de Eddie, su tío Wayne me adoraba y siempre me recibía muy alegre, algo que en mi casa no sucedía a menudo, por eso en su remolque me sentía querido, el amor de Wayne definitivamente era lo que necesitaba por parte de mis padres.En fin...
Eddie y yo siempre nos tendíamos en el suelo a escuchar música y luego hablábamos de temas infinitos en su cama hasta quedarnos dormidos abrazados; cosa que más amaba de nuestra relación.
ESTÁS LEYENDO
I can't feel you | Steddie M-PREG
FanfictionSteve y Eddie se encontraban dentro del punto más dulce de su relación hasta que Vecna irrumpió. Mientras Eddie trata de ocultarse del pueblo que lo culpa por la muerte de Chrissy, Steve intenta contarle un secreto muy pequeñito en medio del cao...