Steve y Eddie se encontraban dentro del punto más dulce de su relación hasta que Vecna irrumpió.
Mientras Eddie trata de ocultarse del pueblo que lo culpa por la muerte de Chrissy, Steve intenta contarle un secreto muy pequeñito en medio del cao...
—¡Vámonos ya, ma! ¡Llegaremos tarde! —el pequeño corría de un lado hacia otro.
—Ya voy, peque, ¿llevas tu saco?
—¡No! ¡Llevo mi chaqueta de cuero!
—Joseph —el regaño de la chica hizo que el pequeño detuviera su andar—. Cariño, la chaqueta no es adecuada para el lugar al que iremos.
—A mí me gusta, es mi favorita, mami —el niño hizo un puchero muy tierno y miraba a su madre con sus enormes ojos de botón de chocolate—. Además, a papá Eddie le quedaba super lindo y yo quiero ser como él. Mira, hasta estoy usando mi camiseta de HellFire.
—Pero papá Steve también usaba sacos elegantes—le señaló un portarretrato con una foto de Steve en él.
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—No siempre —Joe sonrió y corrió a su habitación por su álbum de fotos—. Mira, siempre usaba el chaleco de papá Eddie.
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—Esa cosa ya olía a meados de tanto que lo usaba —el pequeño sonrió contento al ver quién había entrado por la puerta.
—¡Mami Robiiiiiin! —y corrió a sus brazos.
—¡Hola, precioso! —lo cargó entre sus brazos y llenó su carita de besos—. Hola, lindura —sonrió contenta y besó los labios de su novia.
—Te estábamos esperando.
—¿Ah sí? ¿Y qué estaban haciendo, Joey?
—Mami Nancy intentó convencerme de ir con mi saco y no con mi chaqueta de cuero y luego le enseñé lo cool que eran mis papás. Ellos nunca usaban esa ropa aburrida. Mira en esta foto a mi papá Eddie, ¿no es el metalero más asombroso de todos los tiempos?
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