Capítulo 22

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-¡¿Ahora?! -la sangre se me heló, eso quería decir que el bebé nacería prematuro y era lo que menos quería-. ¿Son fuertes? ¿Seguro que no es solo un dolor de estómago?

-No, Eddie, sentí claramente cómo se me contrajo el estómago, esto es diferente, nunca lo había sentido y tengo miedo -comenzó a llorar por el teléfono-. Hay que ir al hospital.

-Tranquilo, precioso, todo va a salir bien, te lo prometo -miré el reloj, eran las diez y veinte-. ¿Puedes esperarme hasta que termine el turno?

-¿Y si le pasa algo al bebé?

-Tienes razón, voy en seguida, ponte una chamarra y abrígate bien porque está haciendo frío.

-No te demores por fi, es que... tengo miedo.

-Voy en seguida, mi amor, descuida.

Era arriesgado cerrar la tienda antes de hora, pero, ¿qué más podía hacer? Ni siquiera mi trabajo era más importante que mi familia.

***

Cuando llegué a casa encontré a Steve con una cobija encima y sentado en el mueble de la sala acariciando su vientre con una mueca.

Mi querido novio, que hoy había decidido usar un vestido materno porque entre lágrimas me dijo esta mañana: "¡Eddie, ya no me queda ningún pantalón! ¡Todos me incomodan!" Entonces le di dinero para que se compré ropa nueva, y para a tarde lo encontré sonriente con un vestido materno, pues quería hacer la prueba en el caso de que sea más cómodo que un pantalón. Y así fue.

Quién diría que el rey Steve odioso de la preparatoria estaría embarazado de mí, comiendo contento su antojo raro del dia: palomitas de maíz con leche, y usando un lindo vestido materno que lo hacía ver más tierno de lo que era.

-¡Llegué!

-¿En serio? No me digas -usó el sarcasmo como respuesta.

-¿Cómo estás? -acaricié su vientre-. ¿Te duele mucho? ¿Ya se ve la cabeza? -metí mi cabeza en su vestido-. ¡Dios, la pañalera no la hemos hecho! -me levanté del suelo y corrí a la habitación del bebé.

-¡Eddie, tranquilo! -escuché su grito lejano.

-¿¡Llamaste a Nancy o a Robin!?

-¡No y no las molestes! -se paró bajo el marco de la puerta y yo lo miré.

-¿Por?

-Se supone que hoy Robin se declararía a Nancy, no podemos molestar.

-¡¿QUE?! -exclamé abriendo los ojos-. ¡Dios, me va a dar algo! ¡Son muchas emociones en un día! -corrí al radio.

-¡Eddie, tranquilo!

-¡Dustin! ¡Dustin! ¡Código rojo! ¡Código rojo!

-¡Eddie, bast...! -soltó un quejido, cuando giré mi cabeza, lo vi agachado con una mueca de dolor, por lo que fui de inmediato con él para tomar su mano.

-Aquí Dustin, ¿qué pasó Eddie? -se escuchó por la radio.

-¡Código rojo, el cucaracho ya va a nacer!

-¡No puede seeeer! ¡Iré de inmediato!

-Ey, precioso, ¿qué pasó? -susurré tomando su mentón.

-¡¿Qué más va a pasar, Eduardo?! ¡Tu hijo ya quiere salir!

-¡Ok, ok! Respira juerte, vámonos al hospital.

Tomé su mano y caminamos lentamente hacia la puerta, ya sé que deben pensar que pude haberlo cargado porque es mi novio y el padre de mi bebé, pero por favor, estábamos hablando de mí, el débil Eddie que ni un costal de papas podía levantar.

I can't feel you | Steddie M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora