Prólogo

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- ¿te gusta jugar con fuego? - me pregunta a centímetros de mis labios.

Me relamo los labios mientras sonrió con picardía y comienzo a bajar los tirantes de mi vestido.

Me gusta jugar con fuego y más si es algo prohibido como el.

-Si Lilith y lucifer pecaron... – hablo con calma - ¿Por qué no pecar nosotros?

sus ojos brillan con intensidad, los dos en esta habitación es un peligro, pero de este lugar no me voy con las ganas de repetir lo que tanto dice y así demostrarle que ya no soy la misma que el cree.

Con sus manos aun en mis caderas me alza y lleva directo al gran piano que ahí en la sala, gruñe cuando ve que no estoy arisca a sus toques y siente mi humedad en su abdomen mientras apretó más mis piernas a su alrededor.

-De aquí no sales hasta que me sacié de ti – advierte besando mi cuello - y eso no pasara nunca.

Me deja sobre el blanco piano y gimo por lo frio que esta, se separa de mí apenas unos centímetros y comienza a despojarse de la ropa regalándome una vista espectacular, baja su mano al abultado bóxer y se acomoda su erección con descaro.

-te propongo un trato – le digo y me mira atento mientras me bajo del piano y camino con sensualidad por el lugar – si quieres que esto se vuelva a repetir tú tienes que ayudarme con algo muy pequeñito.

- ¿con que? - pregunta cuando termino.

No lo piensa ni un segundo en responder... me gusta, esto será pan comido.

-con el tiempo lo sabrás - me limito a decir y él sonríe - ¿tenemos un trato?

-eres la única que puede calmar mis demonios y la única a la cual seguiría hasta el final – se acerca a mí y me pega a su cuerpo con una brutalidad arrasadora – tenemos un trato Boginya.

Todo mi cuerpo se enciende con esa palabra y lo beso comenzando el gran juego, donde solo uno de los dos saldrá victorioso o morimos en el intento. 

Los Demonios De La Reina #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora