Los Demonios De La Reina #2

capitulo 16

Piezas del tablero.

Daren.

Cuando Celeste y Ian se van mando a mis hombres a que los sigan para que no tengan problemas al llegar a la casa de ella mientras yo me quedo con David en el despacho de mi padre.

Me tiende dos carpetas negras y él se queda con las otras dos que imagino deben tener lo mismo.

- ¿Qué es esto? – preguntó.

-No lo sé, me lo han entregado unos minutos después de que llegaras – me dice encogiéndose de hombros.

Sin darle respuesta Abro la primera carpeta encontrando a Daniel Temel junto a Caroline besándose en el aeropuerto, fuera de una casa, y en la ciudad.

- ¿Están aquí? – Pregunta David.

Sin darle respuesta saco mi móvil y marco a Grigori.

-ven al despacho – le digo cuando contesta y corto.

Minutos después de estar revisado las fotos de la primera carpeta llega Grigori.

- ¿De cuándo son? – le muestro la foto

-de hoy en la madrugada y la otra carpeta tiene información de Desmond y Raimundo Silveira.

- ¿Silveira está aquí? – asiente

Abro la otra carpeta y efectivamente están los dos juntos en la ciudad.

¿Qué tramarán?

¿será que Silveira se viene a vengar por lo de su familia?

Celeste.

Ian.

Los niños.

Miro a David luego a Grigori, Sacó el móvil y marco a mis hombres los cuales responden al primer sonido.

-hagan un escudo en la camioneta de mi mujer e hijo – les ordenó.

-escudo listo.

-voy en camino.

Sin decir más corto la llamada y me pongo de pie para salir.

- ¿Crees que están aquí por ellos?

- ¿Por quién más estarían? Desmond está obsesionado con Celeste y Silveira haría lo que fuera por vengar a su familia y te recuerdo que yo los mate – le digo saliendo del despacho – y ahora que sabe de los trillizos lo más probable que quiera hacer lo mismo que hice a su familia porque no creo que a Ian quiera matarlo si está con esa familia.

Camino al auto y me subo, David no me da tiempo de rechistar y se sube a mi lado.

-vamos, que me miras – me dice.

Niego y parto rumbo a casa de Celeste con nuestros hombres atrás.

A mitad de camino revivo la llamada.

- ¡Señor nos atacan! – me dicen.

¡mierda!

Miró a David con miedo latente y saca su móvil para llamar a alguien.

Aceleró todo lo que puedo pasando entre los autos, luego de unos minutos encontramos un montón de personas a una orilla de la carretera, muy cerca de la casa de Celeste.

Estacionamos cerca y me bajo para ir rápido al lugar cuando distingo a algunos de mis hombres en el suelo heridos, al llegar y apartar a la gente veo la camioneta que Celeste tomo junto a Ian volcada fuera de la carretera.