Documento recuperado de las profundidades de las montañas de Autrain, Oregón.

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He decidido escribir lo ocurrido para que futuros investigadores no cometan el mismo error que nosotros y quizá, si tengo suerte, La Organización deje de investigar esos bosques, esas montañas, pero sé que es una falsa esperanza que jamás llegará a cumplirse. Sus ansias de conocimiento y poder son, al igual que nuestros descubrimientos, inimaginables.

Éramos siete personas las destinadas para esta «misión», como la solían llamar. Ahora solo quedamos tres: el biólogo Eduardo Terrace, la geóloga Cassandra Fortword y yo, Matthew Black. Desconozco el paradero actual de mis compañeros, pero sé que están vivos por la correspondencia que he recibido. Yo no he abandonado Autrain en todo este tiempo, pero he tomado las precauciones necesarias.

Iniciamos la expedición el día ██ de █████ del año 1979. Habíamos sido convocados por La Organización para investigar, y cito: «anomalías captadas en las profundidades de las montañas de un pueblo en el noroeste del pacífico, conocido como Autrain». Muchos de nosotros habíamos creído que se trataba de una broma los primeros segundos, pero recordamos con quién estábamos tratando: La Organización, y ellos no se andan con juegos. Jamás. No era la primera vez que tratábamos con ellos, así que sabíamos de lo que eran capaces. No tuvimos otra opción que aceptar, porque después de todo, era eso o algo peor.

Nunca nos dieron muchos detalles, tal vez porque ellos tampoco los tenían y por eso nos necesitaban. Nos dijeron que nos darían más información al llegar al pueblo de Autrain y así fue. Viendo las circunstancias de todo esto, me arrepiento de haber aceptado. Entendí, por palabras de Doyle (uno de los científicos que también había ido con nosotros, actualmente muerto) que ya habían intentado hacer otras expediciones a las montañas, pero nunca habían concretado nada por diversos inconvenientes intrínsecamente relacionados a la geografía de la zona. No fue hasta que, un mes antes de hacer la dichosa expedición, se logró encontrar un camino subterráneo sin peligros para adentrarnos más. Y claro, aunque para La Organización era importante desentrañar el misterio que rodeaba el lugar, habían tenido una serie de inconvenientes externos de los cuales no puedo detallar más nada, no porque no quiera, sino porque es todo lo que sé.

Debo admitir que el pueblo de Autrain me causa una sensación de melancolía y sosiego que jamás había sentido. Se siente nostálgico por alguna razón que aún a día de hoy me inquieta. Inquietud, también es uno de esos sentimientos que me hace sentir. Es difícil explicarlo si no has estado allí antes, pero cualquier «extranjero» que haya estado aquí podrá confirmar mis palabras. Este pueblo no es normal. Me hubiera gustado investigar más sobre el pasado de este lugar, pero me fue imposible por obvias razones. La niebla, esa es otra parte importante que debo mencionar sobre este pueblo; nos dificultó el trabajo, casi como si no quisiera que llegáramos al punto al que nos habían dicho, quizás era así.

Tardamos dos horas y treinta minutos en llegar a la zona subterránea a la que se había tenido acceso recientemente, un pequeño túnel de 5 metros de ancho y no-sé-cuántos metros de profundidad, perdí la cuenta, pero es bastante profundo. La localización de la entrada ha sido completamente bloqueada y se ha intentado camuflar para que absolutamente nadie entre allí por accidente.

Estoy divagando, así que continuaré: cuando llegamos a la entrada del túnel, Cassandra tuvo un pequeño ataque de pánico que nos incomodó bastante, era claro que ella no quería estar ni entrar a ese sitio. No puedo culparla, básicamente estábamos haciendo esto contra nuestra voluntad y no sabíamos a qué nos podríamos enfrentar al entrar en la completa oscuridad. Éramos ignorantes. Todavía lo somos.

Dentro del túnel las lámparas eran casi inútiles, pero al menos nos servían para no tener tanto miedo. Había escuchado a Cassandra sollozar, supongo que por el miedo que sentía. Eso me daba mala espina y mi sentido común me decía que abandonara todo esto, pero no podía hacerlo, por más que quisiera.

Welcome to Autrain | Colección de Historias Cortas | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora