Relato 08: El Talismán.

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—¡Corazón! —gritaba Juan mientras entraba en el pequeño departamento con una caja entre sus brazos—. ¡Connor! —dejó la caja en la mesa de la cocina y sacó una botella de agua.

—Aquí estoy, aquí estoy, ¿qué pasa? —preguntó mientras se acercaba a Juan para plantar un beso en su mejilla—. ¿Y esa caja?

—Es la solución a todos nuestros problemas, guapo —abrió la caja, comenzando a sacar algunos objetos que podían ser descritos como antiguos, completamente enigmáticos y quizá, con un valor histórico (y monetario) incalculable—. Son de una excavación que hicieron en el 79 aquí mismo en Autrain, todos desaparecieron, creo, no importa. Lo que importa es que esto nos hará millonarios —decía con emoción mientras tomaba una de las pequeñas esculturas y se las mostraba a Connor.

Al principio este también pareció emocionado con la idea, después de todo le gustaban ese tipo de cosas, pero mientras escuchaba hablar a Juan sobre aquellos objetos y lo que harían con el dinero no pudo evitar hacerse una pregunta:

—¿Cómo los conseguiste? —inquirió un poco escéptico, mientras Juan tomaba un collar que había dentro de la caja y se colocaba. Era una especie de piedra preciosa de colores completamente vibrantes y exóticos—. Juan...

Eso no es importante, mi amor —susurró a su oído para luego darle un beso—. ¿Te gusta?

—Muchísimo —respondió mirando el talismán que colgaba bajo su cuello—. Pero dime, ¿dónde lo conseguiste? Dudo mucho que hayas excavado por ahí o algo así...

—¿Quieres que te diga la versión donde terminamos teniendo sexo o la versión donde te enojas conmigo?

Se separó de Connor, en silencio. Sus ojos hablaban por él y Connor lo miró con cierta decepción y furia.

—La robaste, ¿no es así? —suspiró, frunciendo el ceño mientras acariciaba sus sienes, tratando de mantener la calma—. Juan, ¿cuántas veces hemos hablado de esto, maldita sea? ¿Es enserio? No quiero que mi novio vaya a la cárcel... otra vez...

—No iré a la cárcel, no van a notar que faltan, ¡mira la caja en la que estaban, es obvio que iban a dejarlas en un almacén o algo así, puta madre!

—¡No me importa! —exclamó intentando quitarse el talismán—. Pensé que habías dejado eso atrás, junto con las pandillas, el alcohol y las peleas en la calle.

—Claro, menciona mi pasado... Igual que tus putos padres.

—No insultes a mis padres en español —intentaba calmarse, pero a veces sentía que había tenido suficiente de la actitud de Juan. Se sentó en la mesa, mirando la caja y todas las antigüedades que había ahí con cierto desprecio. Lo amaba, sí, pero no quería verlo de nuevo tras las rejas—. Si de verdad te preocupaba el dinero podías habérmelo dicho y les pediríamos a mis padres, sabes que no tengo problema con eso.

—¡Coño, pero yo sí! Me cansé de que todo el tiempo estén diciendo que soy un... Mi sueldo no alcanza para todos los gastos y no puedo conseguir uno mejor, además de que tengo seguir matándome en la jodida universidad y... n-no lo sé... Mi amor...

—Juan... el dinero no es importante, lo sabes.

Dios, Dios, ¿por qué siempre tienes que salir con tu jodida cursilería gringa? «El dinero no es importante», ay sí, y yo soy Juan Gabriel, debe ser que con amor vas a comprar comida, pendejo...

—¡Entendí eso! —gritó Connor ya hartándose de toda la discusión—. ¿Y cómo diablos me quito esta basura del cuello? —dijo buscando unas tijeras para cortar la cuerda y quitarse el talismán robado—. Mañana vas a devolver todo eso y pedir disculpas.

Welcome to Autrain | Colección de Historias Cortas | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora