Expedición del Equipo EX-ALPHA a la montaña de Autrain, Oregón.

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Los cinco hombres permanecían en silencio mientras se movían entre los árboles y se adentraban a la temible montaña, hasta que el comunicador del líder comenzó a sonar.

—Aquí Equipo EX-ALPHA, habla el agente EX001, nos acercamos a la ubicación indicada. Esperaremos indicaciones, cambio. —decía mientras sus compañeros lo seguían, algunos más asustados que otros.

—Dr. Tyler Oswald aquí. Indicando fecha para el registro: ██ de ██████ de 1980 —la lejanía de la montaña ocasionaba interferencias, lo que molestaba a EX001—. La Organización requiere cualquier ser que se encuentre dentro de los parámetros previamente indicados sea completamente capturado (vivo) para su posterior estudio. No matar a menos que sea completamente necesario, cambio.

—Entendido.

Llegaron a la entrada de aquella cueva. Había sido cerrada, pero no les fue difícil abrirla. Comenzaron a caminar hacia el oscuro túnel, cuando uno de ellos pareció tener un ataque de pánico. El líder, EX001, intentando hacer que se tranquilizara, lo golpeó y tiró al suelo.

—¡¿Le tienes miedo a algo de oscuridad, soldado?! —gritó apuntándolo con la linterna.

—¡No, se-señor! Fue un mo-momento de debilidad, señor —respondió escupiendo un poco de sangre y poniéndose de pie.

Continuaron sin problemas hasta llegar a la que había sido la base de operaciones del grupo anterior. A pesar de que varios miembros del equipo de científicos habían desaparecido en ese mismo lugar hace tan solo un año, no encontraron cadáveres. Los documentos estaban destruidos y la maquinaria usada era un desastre.

—El lugar estaba cruzando la entrada del medio y luego bajando las escaleras, ¿no? —preguntó EX044, el mismo que había tenido el ataque de pánico minutos atrás.

—Exacto —respondió EX002, siendo él el primero en acercarse y comenzar a bajar hacia el sitio—. Tengan cuidado con estas escaleras, son confusas —habló mientras las bajaba, deteniéndose a descansar a la mitad—. Mierda...

—¿Pasa algo? —preguntó EX036, quien estaba justo detrás de él.

—No, sólo... me cansé por un segundo, no fue nada. Continuemos.

El lugar estaba casi completamente oscuro, a excepción de una luz que provenía de un lugar que no podían ver debido a las altas construcciones tan llenas de misterio, con aquellas formas cambiantes que podían marear si las mirabas por mucho tiempo. Podían escuchar algunas goteras en la lejanía, algo que los confundió un poco.

—Debemos estar cerca del lago —mencionó EX018 mirando hacia el techo. Observó como el símbolo tallado tan cuidadosa y misteriosamente emitía un ligero brillo de color verdoso, apenas perceptible para sus humanos e inconscientes ojos. En el centro de la ciudad arcana se encontraron con un gran hoyo, ahora vacío y sin vida—. ¿No había algo aquí que fue descrito como «apenas imaginable para nosotros» por uno de los científicos? —preguntó al intentar iluminar aquél agujero y sólo encontrar oscuridad.

—«Había» es la palabra clave —dijo EX001, continuando con el camino—. Todavía falta algo que revisar —añadió.

Todos llegaron al fondo de la ciudad después de una larga caminata que no significaba nada para sus entrenadas piernas, después de todo, tenían que estar entrenados para la peor situación posible.

Allí, ocultada bajo varios kilómetros de tierra, bajo el pueblo, bajo la montaña, yacía una puerta de proporciones monumentales. Una vetusta entrada hacia algún lugar... o algo que no debía escapar. Dos enormes pilares de un material duro y frío se erguían hacia el techo, con símbolos indescifrables tallados que emitían el mismo brillo verdoso que el techo. EX044 tomó fotografías de los símbolos y las envió a los servidores de La Organización, con la esperanza de que los científicos lograran descubrir el significado de la inscripción.

—Presiento que no debemos estar aquí —dijo EX018 para después tocar la puerta y comenzaba a temblar—. Deberíamos... no, deberíamos... tenemos que abrir la puerta —añadió, para recibir miradas confusas por parte de sus compañeros, quienes se asombraron del rápido cambio de opinión del agente—. Tenemos que abrirla.

—¿Qué? Olvídalo, vinimos a hacer un solo trabajo y está resultando muy fácil, además, jamás nos dijeron que había una puerta, ni siquiera se menciona en el documento escrito por el tal Black —explicó EX002, enojándose un poco. No soportaba la idea de desobedecer a La Organización, además de que EX018 no le caía bien y llevarle la contraria era divertido.

—Concuerdo con EX002. No hay que arriesgarnos —dijo EX001, acercándose a la puerta—. Y si tuviéramos que abrirla, no podríamos. Somos fuertes, sí —carcajeó un poco—. Pero ni cien de nosotros podrán mover esta cosa.

—Sé cómo moverla —murmuró EX018 mientras continuaba tocando la puerta—. Sólo... sólo hay que... eliminar esos símbolos en las columnas... Eso... eso es todo...

—¿Por qué te interesa de todas formas? —preguntó EX044, un poco más asustado que el resto—. Hace unos segundos ni querías estar cerca...

EX018 no respondió. Ni siquiera miró a sus compañeros cuando los apartó y se acercó a las columnas que lucían imponentes.

—¿Qué demonios...?

El agente dio un salto y comenzó a escalarla rápidamente, de una manera casi mecánica. Sus cuatro compañeros sólo podían gritar que se bajara de ahí o tendrían que disparar. En un abrir y cerrar de ojos, EX018 ya había llegado a la cima. Sacó entonces una navaja suiza que siempre llevaba consigo y sin dudarlo, con una mirada que sólo podía expresar demencia absoluta, comenzó a tallar en aquél material tan extraño, deformando así los símbolos y acercándose cada vez más a ver la dichosa puerta abierta.

Cuando terminó, bajó de la columna y se acercó a la siguiente, apartando a los demás agentes que intentaban detenerlo. No sabían por qué, pero sentían que EX018 no era él mismo en ese momento. EX036 disparó al pie de EX018, pero poco pareció importarle pues continuó caminando a pesar del insoportable dolor. Su fuerza era tal que logró incluso hacer a un lado a EX001, quien era el más grande y fuerte de todos.

—¡DETENTE, EX018! —vociferó EX002 con aquella grave voz que sólo él poseía, apuntándole a la cabeza—. ¡JURO QUE DISPARARÉ SI NO...!

Un potente chasquido lo hizo callarse. Frente a ellos, la entrada comenzaba a abrirse, liberando una hedionda neblina verde desde su interior. Los cuatro retrocedieron, siendo asombrados por la luminosidad detrás de la puerta.

EX018 bajó y para sorpresa de sus compañeros, los miró y sonrió. Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la deslumbrante y majestuosa entrada, mientras entre dementes risas mascullaba palabras en una lengua ya muerta y olvidada hasta por los dioses.

«Benditos sean aquellos que veneran al Desterrado,

Pues sólo ellos heredarán el mundo sufriente y perfecto

Que nos tiene preparado».

Los esfuerzos para detenerlo fueron inútiles. Continuaba caminando hacia la puerta hasta que desapareció entre la asquerosa neblina y la cegadora luz que rápidamente se había convertido en colores fuera de la comprensión de aquellos hombres, dolorosos y esplendorosos de ver, completamente ajenos a la imaginación humana y sin palabra alguna en nuestro pobre vocabulario capaz de describirlos.

Cuando sus ojos comenzaron a sangrar por presenciar tal escena, un poderoso rugido proveniente de la entrada hizo temblar la tierra, los hizo arrancarse los oídos, gritar y reír hasta que sus gargantas sangraron, mientras un dedo de tamaño inimaginable se asomaba por la puerta y la destruía bruscamente para lo que sea que estuviera del otro lado pudiera salir. Su enorme garra oscura, la textura viscosa y escamosa de su necrótica piel fueron sólo el primer vestigio de algo mucho más colosal que yacía del otro lado y que ahora entraba a nuestro mundo.

Welcome to Autrain | Colección de Historias Cortas | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora