Relato #16: INSIDE

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James caminaba por los pasillos de la secundaria recibiendo todo tipo de miradas. No sabía la razón de aquello, y no fue hasta que entró a su salón que Quinn y Erik le hicieron notar que tenía una nota pegada en la espalda.

—Amigo, debes tener más cuidado —dijo Erik, mientras Quinn asentía—. Esta vez fue una nota, ¿luego qué? En serio, debes enfrentarte a ellos.

—Oh, por supuesto, para que Greg y sus matones me hagan mierda, cómo no, mañana mismo —decía con algo de humor mientras se sentaba—. Aunque... sé algo que podría ayudarme, pero... en fin... Por cierto, Quinn, practiqué lenguaje de señas el fin de semana, así que pronto podrás dejar de usar esa pizarra para comunicarte con nosotros.

Ella sonrió y volteó los ojos, un poco divertida.

«GENIAL. SÓLO FALTA QUE ERIK QUIERA APRENDER» escribió mostrándosela a ambos. Borró lo que había escrito y luego añadió algo más: «ME GUSTARÍA DEJAR DE LLEVARLA A TODAS PARTES».

Erik carcajeó un poco, tomando la pequeña pizarra.

—Entonces la llevaré yo.

La clase comenzó sin más demora, aunque James estaba más concentrado en otra cosa que en la clase: quería vengarse de Greg y sus lacayos, darles su merecido, aunque no sabía cómo podía hacerlo... Ciertamente, no tenía la suficiente fuerza para hacerles frente físicamente, así que eso estaba descartado. Pensó en aquello que había ocurrido en la biblioteca hace unas semanas atrás y aunque sabía que eso perjudicaría a Greg, no sabía si debía exponerlo. Pronto aquél pensamiento dejó su mente cuando el timbre sonó y los obligaron a salir del salón.

—¿Qué harán hoy en la noche? Pensé que podíamos ir a ver una película.

«ME GUSTARÍA» escribió Quinn.

—No sé si pueda. Mis padres tienen otra reunión de esas y tengo que quedarme a cuidar a mi hermano pequeño, entonces... no lo creo.

—Oh, por favor... ¿A dónde mierda van tus padres cada lunes en la noche?

James se encogió de hombros, realmente no le daba importancia a aquél asunto. Desde pequeño había aprendido a estar preparado para cuando sus padres no estaban, así que ya estaba acostumbrado y había dejado de tener curiosidad por aquellas misteriosas salidas nocturnas, por lo que su día transcurrió como era de costumbre.

***

Al llegar a casa sus padres ya se habían ido.

Su hermano menor dormía plácidamente en su cuna, algo que lo tranquilizó un poco. Se sintió un poco mal, ya que de verdad había querido ir al cine con Erik y Quinn, pero tenía prioridades. Pensó, entonces, en llamarlos para que fueran a su casa y ver la película ahí, pero descartó la idea rápidamente.

Salió a regar las plantas y luego se dio una ducha, sólo para que a mitad de la misma su nariz comenzara a sangrar sin motivo aparente. «¡Mierda!» pensó mientras salía rápida y cuidadosamente, tomando un pañuelo y luego buscando algo de hielo. Las cosas no hicieron más que empeorar a ese punto: su hermanito comenzó a llorar y la sangre de su nariz no se detenía. La cabeza comenzaba dolerle y el malestar, sumado a los otros, se le hacía insoportable.

Lo último que escuchó antes de desmayarse fue a alguien tocando la puerta.

Al despertar sus padres habían llegado. Él estaba en su cama, como si nada hubiera pasado. El dolor se había ido y el sangrado también. Se sintió confundido y algo aterrado. Bajó rápidamente y observó a su madre cocinar mientras su padre yacía sentado intentando darle comida al bebé.

—Ma-mamá... estaba... yo...

—Tranquilo, cariño... sabemos qué fue lo que te ocurrió. Te contaremos todo cuando regreses del colegio y... por favor, intenta no enojarte.

Welcome to Autrain | Colección de Historias Cortas | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora