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En la mañana siguiente, Abigail entro a la recámara de Evangeline. Las cortinas de sus ventanas, aún no habían sido abiertas. Algo poco común en ella.
-Evangeline...
-Vete Abigail. No quiero levantarme aún.
-¡Por Dios niña! Si no lo haces, no podrán trasladar a Debon, al lado Norte del Rancho - Evangeline, se sentó rápido en la cama.
-¡¿Qué has dicho?! - Abigail se sentó en el borde de la cama.
-Al parecer, a Thomas se le ocurrió una idea - ella sonrió - . Ha convencido a tu abuelo, en llevarlo, a uno de los establos vacíos.
-¿Estás segura?
-Por supuesto. Allí abajo está Thom y Angus, esperando por ti, para ayudar a llevar a Debon, hasta ese lugar. Necesitan cargarlo en la jaula, y no tienen, la más mínima intención, de hacerlo ellos.
-Bien vamos.
-No puedes ir así.
-¿Qué? - Eva miró su cuerpo. Se había olvidado, que la noche anterior. Se había despojado, de toda la ropa, antes de meterse a la cama. Por lo que solo, llevaba ropa interior puesta - Lo siento. Bajaré en un momento.
Cuando bajó corriendo las escaleras, encontró a Abigail, y a Margoth en la cocina. Dió un gran beso a Margoth, y a Abigail, en tanto les robaba una galleta, y corrió hacía el corral, donde estaba Debon. Pues, una camioneta, con una gran jaula, esperaban por ella.
-¡Esperan por ti! - gritó Abigail.
-¡Thomas! - exclamó ella, y este volteó, al oír su voz. Segundos después, se sorprendió de que ella, lo abrazase con fuerzas. No supo que hacer, pero dentro suyo, hubo algo que lo hizo estremecer- . Lo único que diré, es gracias - se alejó un paso de él, y le dio un beso grande, en su mejilla. El corazón de él, latió desbocado, en su pecho.
-¿Y para mí no hay nada?
-¡Por supuesto que si! ¡Mejor abuelo del mundo! - Daniels sonrió satisfecho, al ver qué Thomas, aún no reaccionaba por el beso- . Si alguien lo niega, le daré de golpes.
-¿No crees que eres exagerada?
-Abuelo. Tu sabes lo importante, que es Debon para mí.
-Lo sé. Por ello, acepté la idea de Thomas. El único problema, es que no sé, si ese animal querrá entrar en esa jaula.
-Lo hará. Me seguirá...
-¡No! No entrarás allí.
-Abuelo. Confía en mí.
-Daniels ella puede - habló Thomas, ya repuesto de la impresión del abrazo, y el beso en su mejilla - . Déjale intentar.
Lograron trasladar al animal, sin ningún problema. Ya que Evangeline, lo calmaba. Una vez, en su nuevo corral, quedaron observando su reacción.
