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Luego de recibir el reto de su madre, por su escape, de la noche anterior. Se dispuso a recibir al hombre, que no cumplió con su deber, en el sector de los olivos.
-Mis Señores - dijo el hombre, y reverenció al principe, y Reina. Ya que Desteny, decidió ver, dé que se trataba aquello.
-Dime cómo te llamas, y cuál es tu cargo aquí.
-Mi nombre es Anhef mi Señor, y soy encargado de llevar adelante, la producción de aceites y aceitunas, en el palacio.
-Dime Anhef. ¿Por qué no has respondido, a la solicitud de Kedsha, para el cuidado de todos los olivos? - el hombre palideció - . ¿Acaso el palacio, no te provee del dinero necesario, para sus tierras?
-No es eso mi Señor, es solo que el viejo Kedsha, ya no sabe lo que hace - intentó excusarse el hombre, de forma animada - . Él es tan viejo, que se olvida de pedirme lo que necesita.
-Sin embargo, creo que está bastante consciente, de lo que se necesita. Uno de mis hombres, me ha traído esto - el príncipe sostuvo en el aire, un papel - . Es una lista del puño, y la letra de Kedsha. Pidiéndome todo lo que se precisa, para el mantenimiento de los olivos - el sujeto, de forma nerviosa, refriego sus manos, y rostro - . Y debo decir, que es demasiada detallada - el sujeto, no supo que decir, a esas palabras - . Además. Dices que eres el encargado. Pues con solo ir al lugar, te darías cuenta, que allí se necesita trabajar, en varias cosas - Anhef bajo la mirada al piso - . Quiero que presentes, el libro de las cuentas de los Olivares...
-¡Pero Señor!
-¿Qué ocurre? - le hablo la Reina al hombre exaltado- . ¿Acaso es algo difícil de entender, lo que tú príncipe pide?
-No mi Señora. Es solo, que esos papeles, los tengo en casa - Desteny se puso en pie. Caminó hacia el sujeto, y le miró de arriba, abajo.
-Escucha Anhef. Por tu bien, traeras esos papeles de inmediato al palacio - la Reina estaba furiosa - . Y ruega que todos estén, en orden. O corre a esconderte, debajo de las rocas... No. Incluso allí te encontraré - el hombre palideció, y dió un paso atrás aterrado - . Vete. Sal de aquí, y trae esos papeles.
Madre e hijo, vieron al hombre, salir casi corriendo, de esa sala.
-Él no volverá.
-Lo sé, pero debo darle el derecho de la duda.
-Creo que deben ir tras él.
-En cinco minutos lo haremos - dijo la Reina, y respiró profundo - . Has hecho bien. Veo que deseas involucrarte más, en el Reino.
-Pero eso no quita, que me veas, como un irresponsable. Pues, hace unos minutos, te faltó decirme que lo era.
-Escucha Rashid...
-Perdona madre. Pero sé bien, lo que se espera de mi. No solo ser un gran Rey. También esperan, que contraiga un matrimonio perfecto, que logré cosas por mi mismo. Pues solo puedo prometer, que intentaré hacer lo mejor. Ahora. No me obligues a buscar mujer, entre esas jóvenes, que revolotean por el palacio. Antes prefiero unirme, a Kidhara. Porque aunque no vea su rostro, puedo ver más allá de esas telas, que es una mujer más cabal, que todas ellas.
