40 Fuego.

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Bellas, publique sin querer el capítulo 42

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Bellas, publique sin querer el capítulo 42. Pero aún estoy pasandolo. Les dejo los dos previos que ya están listos para leer.
Gracias por esperarme.

Rashid pidió a dos de sus hombres de confianza, acompañarle a dar un paseo.
Tomó sus ropas simples, y salió a escondidas de sus padres.

Cruzó los muros, y corrió en dirección de los caballos, que uno de sus hombres, había llevado hasta allí.
Sonrió divertido, al competir con ellos, para galopar en dirección al Río.
Se detuvo de inmediato, al ver la luna en lo alto.
Ella estaba a plena vida. Su grandeza, iluminaba toda la playa.
En aquel lugar. Notó la imagen, de dos personas a lo lejos.

-Pediremos que se retiren.

-No. Dejales - le dijo, en tanto desmontaba del animal - . Ellos han llegado primero, nosotros mantendremos distancia...

-¿Mi Príncipe, se encuentra usted bien? - preguntó uno de sus hombres, al verlo abrir su boca impresionado.

-Dime Kher - le dijo Rashid al centinela - . ¿Es real, la imágen que está allí? - El joven soldado se dió la vuelta, y contempló, la imagen de la joven, que caminaba junto al rio. La brisa, y el sonido de las aguas, golpear la orilla. Llenaban aquel momento, de una estela mágica, para el principe de Minrhab, la observo maravillado - ... Su cabello es de fuego.

-Lo es mi Señor... Por favor Señor, no vaya... Espere. Estaremos expuestos - rogó su escolta, pero él no detuvo su marcha.

El joven que acompañaba a Kidhara, notó la presencia del príncipe.

-Señorita Kidhara, creo que es mejor irnos...

-¿Por qué? ¿Qué ocurre?- le preguntó  ella, en el momento, en que giró su rostro, y en  frente, se dibujaba la imagen de Rashid, caminar hacia ella.

El principe de Minrhab, se quedó asombrado por la bella mujer.

-Por favor mi Señor, es mejor volver - dijo el soldado - . Ellos se están retirando de aquí. No llegaremos...

-¡Ustedes dos! - gritó Rashid.

-Mi Señora, el príncipe nos habla a nosotros...

-No le mires. Haremos de cuenta, que no le hemos oído. Vamos, es hora de volver pronto a casa - Rashid corrió, al verlos subirse a los caballos. Pero no logró alcanzarlos.

-Creo que no les han oído Príncipe.

-No lo sé. Estoy dudando de ello.

-Príncipe. No debe exponerse de esa forma. Estamos aquí, lejos de todos, y ...

-Por favor, debes relajate Kher - dijo el primogénito del Rey, al muchacho agobiado. Mientras veía a su otro hombre, acercarse a ellos, con los caballos. Montó - . Volvamos al palacio - unos minutos después, golpeo la puerta, de la habitación de su hermana.

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