39 Si el Amor Hablase.

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Muchos años más tarde...

Salem.

La princesa de Minrhab, hija de Desteny y Mohamed, sostuvo en su mano el libro de antaño de Salem.
Dónde leía la historia, de las crónicas de Amir y Hassana. En tanto sus abuelos Maternos, tomaban el sol junto a ella.
Cerró las tapas de aquel libro. Sonrió, respiró profundo, y reposó su cabeza contra el árbol de dátiles.

-¿Algo interesante? - le preguntó Evangeline a su nieta, al verla de aquella forma.

Hada Abrió sus ojos, dejando ver el azul profundo, de su mirada. Que resaltaba su tez blanca, como la de su madre Desteny, y su cabello negro azabache, como el de su padre Mohamed. Aquellas cualidades, le daban un aire mágico, como el de una Hada.
A ello, se debía su nombre.

-Amir y Hassana, fueron increíbles para su época.

-Lo fueron - dijo Evangeline.

-En la nuestra, creo que hemos sido nosotros - le dijo Hasef. Evangeline sonrió, y acarició el rostro de su esposo.

-Sin duda. Dime Hada. ¿Cuándo viajarás a Londres?

-En unas semanas, inician mis clases.
Pero antes, debo volver a Minrhab. Mis padres me esperan, para el aniversario, y el cumpleaños de Rashid.

-Ese muchacho me preocupa.

-Abuela. Tú deseas que todo el mundo, se una en matrimonio...

-¿Y está mal, querer que hayen el amor?

-De no tener diecisiete años, me arrastrarías al altar, con cualquier chico bueno, que tú conozcas.

-Cuando llegué la hora, te llevaré. No lo dudes - ambas sonrieron.

-Debo alistar mí equipaje, mañana temprano parto a Minrhab - los tres se miraron con nostalgia - . Voy a extrañar, el poder verles seguido.

-Solo serán unos meses - dijo Hasef, con una sonrisa apagada. Pues detestaba tener a su nieta, lejos de ellos - . Además, mañana viajamos contigo, e iremos a verte, cuando estes instalada en Londres.

-Si no lo hacen. Vendré a Salem, y les molestaré, cada día libre que tenga.

Ellos sonrieron, y recibieron el beso de Hada. Luego, la observaron partir, en dirección al palacio de Salem.

-¿Creés que estará bien?

-Lo estará - dijo Eva - . Ella es mejor que su madre, y yo juntas. Solo que aún, no lo sabe.

-No habló de ella. Habló de Rashid.

-Ya lo veremos. Por ahora, lo único que deseo, es disfrutar este día junto a tí.

-Te Amo Ev.

-Lo sé mi Amor.

-¿No sé supone, que debes decirme, yo también?

-Eso se espera, de alguna tonta sin cerebro...

-Dirás enamorada.

-Cariño. Te demostraré cuan enamorada estoy, y cuanto Te Amo.

-¿Cómo? - sonrió divertido, el príncipe de Salem.

-Ven a la Recamara, y te lo mostraré.

Él carcajeó con mucha fuerza. Aunque, los años pasaban, ellos se sentían plenos, en el acto del amor.

-Somos dos viejos insaciables.

-Viejo eres tú. Yo soy una fruta madura, que aún tiene mucho sabor.

-Te Amo Ev. Siempre voy a amarte. En esta vida, y más allá de ella.

El Amor De EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora