Parte 10

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Brisa

-Mi pasta. – estiré la mano con la intensión de alejar la sartén, pero sentí un tirón en mi brazo alejándome de ahí.

Angie me puso detrás de ella y veía el fuego maquinando que hacer.

-Dios Brisa, que hiciste.

-¡Fue todo tu culpa!

-¿Cómo es esto mi culpa?- me grito.

Angie trato de jalar el trapo de donde no estaba incendiado, pero lo soltó de inmediato por el calor y este callo al piso, la cocina tenia una alfombra que cubría casi la mitad de la habitación por lo que en seguida también esto estaba en llamas. Me di cuenta que ahí ya no podíamos hacer algo nosotras. Retrocedimos por que las llamas ahora eran mas y estaban abarcando casi toda la cocina.

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-Entonces ¿no te diste cuenta cuando la comida empezó a echar humo? - uno de los bomberos pregunto.

Cuando salimos de casa por el peligro Angie había llamado de inmediato a los bomberos, los cuales habían llegado por fortuna, muy rápido.

-No. - dijo Angie simplemente, parecía muy molesta.

El bombero me dio una mirada acusatoria a mí y de regreso a Angie, pensando lo que no. Al salir rápido a la calle yo había tenido que salir tal y como estaba vestida, solo que ahora llevaba la remera grande de Angie para taparme, ella había quedado en un bra deportivo y ambas íbamos en medias.

-Supongo que sé por qué. – dijo serio.

Yo lo mire avergonzada y Angie lo miro aún más seria que él.

-¿Está muy mal?- le pregunte yo.

-¿Qué, tu outfit?- el bromeo.

-La casa, hombre. - Angie lo miro mal.

-Bueno, eh. - el bombero aclaró su garganta. - Ya no tienen cocina.

Ay no, mierda.

-Pero hay buenas noticias. Sus vecinos deben estar muy celosos. - rio. - Y bueno, el resto de la casa esta bien, el fuego se quedó en la cocina. Pueden volver a su eh... "juego" ahora.

Quitándose su casco el bombero se alejo de nosotras yendo a reunirse con sus compañeros.

-¡No es lo que parece!- grite tratando que me escuchara.

El hombre ni siquiera se giro y yo voltee a ver a Angie, que ahora estaba cruzada de brazos mirándome seriamente.

-Ya que estábamos hablando de vos haciendo las cosas por ti misma Brisa, necesitas encontrar un trabajo. Quiero mi cocina de vuelta.

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-Entonces, ¿vas a volver a modelar o qué?

Le había contado a Angie que antes modelaba para algunas marcas gracias la buena cantidad de seguidores que tenía, así que intentaría volver para poder pagarle su cocina, pero cuando salí esta mañana y trate de contactar con los que llegaba a hacer una que otra campaña antes solo recibí "nos" de todos, ni siquiera sabían explicarme porque, solo me echaban. Claro que yo sabía la razón.

-Ninguna marca me va a querer contratar. - dije molesta. - Es decir, ¿Qué tiene que ver mi carrera de modelaje con el asunto de mis papas?

-Lamento escuchar eso, Bri.

-Gracias, pero ¿ahora que voy a hacer?

-Lo mismo que hacemos todos. Seguir adelante, estoy segura que encontraras algo. – salió de la sala y se dirigió a su garaje.

La seguí, y ahí la vi quitarse la chaqueta y abrir el capo de un auto estacionado ahí, este era uno nuevo. Tenía razón cundo dijo que llegaba a arreglar autos de lujo, ¿sería así como mi papa conoció al suyo?

-¿Y si trabajo contigo?

-¿Queres arreglar autos conmigo?- me miro con el ceño fruncido y luego rio burlona.

-Si, o sea puedo ser tu asistente o algo.

-Lo dudo. – miraba atentamente algo en el motor.

-¿Crees que no puedo aprender a arreglar ese estúpido pedazo de chatarra?-

Era un auto de lujo, pero el motor no se veía muy bien que digamos, podía ver que se veía viejo, al menos.

-Podría ser mejor que vos en esto, eh.

-¿Y, qué sabes de autos?

-¿Qué necesito saber?

Me miro un momento, pero luego negó con la cabeza como descartando algo.

-No tendré tiempo para enseñarte nada desde cero, Brisa.

-¡¿Entonces que hare?!- le dije desesperada.- Lo único que se es modelar ropa elegante para las marcas.

-Ese es tu problema, princesa. - chasqueo la lengua y se puso a buscar algo en una estantería. - Incendiaste mi cocina, ahora tengo que usar dinero extra en delivery.

-Solo fue un pequeño incendio.

-Princesa. - se acercó. - Tu llegaste a mi casa, de la nada y ahora casi la incendias completa. Lo menos que puedes hacer es ayudarme a pagar la cocina.

-Fue tu culpa también, sabes.

-¿Por qué mi culpa?

-Estabas tan ocupada paseando tus ojos por mi cuerpo que no notaste el fuego.

-Eso... eso no fue...

-Angie, solo admítelo. - le di una sonrisa orgullosa. - Te distraje.

-VOS fuiste la que se distrajo. - contraataco.

-¡Deja de culparme! No es mi culpa ser tan linda.

-En eso tienes razón. – rio y con una herramienta empezó a mover algo en el motor.

-Dilo, Angie, te morías por besarme esa noche. ¿Y sabes qué? Aquella fue tu maldita última oportunidad.

Me di la vuelta para dejarla sola y de repente escuché el sonido del metal, como si hubiera dejado caer la herramienta ruidosamente y luego sentí su mano en mi cadera regresándome a donde estaba. Me giro y me presiono contra el capo del auto.

-Pero ¿Qué haces? - fingí estar molesta.

-No creo que vos no hayas querido besarme también.

-No vas a jugar conmigo, Angie.

Ella me miro con un brillo rebelde en sus ojos. Miré de sus ojos a sus labios y la vi abrirlos ligeramente para decir algo, pero se detuvo cerrándolos. La tensión en el aire se sintió pesada, me obligue a mí misma a detener mi respiración un momento, como si temiera hacer algo que la alejara. Era como si constantemente nos atrajéramos como imanes a tocarnos, pero algo en nosotras no cedía. Teniéndola tan cerca me di cuenta que extrañaba el sentimiento de estar con alguien, no lo había sentido antes, era por Angie.

Apreté mis manos en puños para luchar contra el impulso de tocarla y respire hondo. Aun así, que acerqué y le hablé al oído.

-Creo que las dos sabemos lo que queremos, Angie.

-¿Por qué no me mostras, entonces?

-No estoy tan interesada, igual.

-Seguite convenciendo de eso, Brisa. Apenas parpadeas cuando camino por la casa sin remera.

-¿Así como vos cuando salgo del baño en toalla?- puse mis manos en la parte alta de sus brazos y los acaricie bajando hasta tomar sus manos.

Las tome alejándolas suavemente de mis caderas y me aleje entrando en la casa. No sin antes darle una mirada y ver que me miraba con una sonrisa encantadora negando con la cabeza.

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Cute Mess (Brangie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora