Cute Mess (Brangie)

Parte 8

Brisa

Apenas avancé un metro sentí el asfalto en mis manos, Angie me había prestado unos patines que casualmente tenía guardados y habíamos caminado unas manzanas hacia un parque cerca. Las manos me quemaron un poco porque me detuve en ellas y escuché detrás de mí la risa de Angie.

-Jesús, sos peor de lo que pensé Bri.

Me levante en seguida, pero me tambalee un poco y ella solo se siguió riendo.

-Angie, por favooor. Ya me humillé lo suficiente esta semana.

Al fin pude dejar de balancearme y me quedé parada frente a ella mirándola mal.

-Vos fuiste la que estuvo de acuerdo con todo esto de la cita. - se recargo en una de las grafitadas paredes. - De todos modos, te vez linda en eses patines.

Me miro los pies burlona.

-Te odio, si sabes ¿no?

-Mh, seguite convenciendo de eso, princesa.

Entrecerré mis ojos, me molestaba que después de todo tuviera razón, nunca la odiaría, nunca me había divertido así con ninguno de los estirados que tenía por amigos. Nunca me sentí como cuando pasaba tiempo con Angie. Como sea, no es algo que admitiría ante ella.

-Despierta. - dijo sacándome de mis pensamientos, no me di cuenta que había empezado a avanzar en los patines inconscientemente. - ¡Con cuidado! No movas tus brazos así de brusco, te hace perder el equilibrio.

Fui demasiado rápido así que avancé sin control hacia la pared donde ella estaba recargada y a tropezones me recargué bruscamente en ella.

-Brisa, no serás solo vos en esa pista. - me miro molesta. - Tendrás que mirar por donde vas, te aseguro que habrá niños.

-¿Sabes qué?- suspire.- Si estas tan preocupada iré sin vos. Les diré que no sé, me fuiste infiel o algo.

-Vaya, que desgarradora historia. - elevo las cejas. - Seguro que te van a creer.

-Actuare como una fuerte mujer independiente. - me encogí de hombros. - Como siempre.

Reímos a la par.

-Dale Angie. - gire la mirada hacia ella, ambas aun recargadas en la pared. - Podemos hacer esto.

Nuestros rostros estaban muy cerca al habernos girado una a la otra, como quería convencerla y que se dejara de quejar hice un puchero, miro mis labios por unos segundos y se acercó un poco más. ¿Me iba a besar? Si me iba a besar, creo que yo no haría nada para evitarlo. Claro que como soy torpe me olvide que estaba en patines y me relaje demasiado al estar contra la pared por lo que uno de mis pies en patines se resbalo sorprendiéndome. No me caí, pero fue como un tropezón, arruinando el momento. Angie soltó un largo suspiro.

-Buena suerte entonces yendo sin mí. - dejo de recargarse en la pared y metió sus manos en sus bolsillos.

-¿Me dejaras sola en esto?- la mire con los labios muy abiertos.- ¡Pero vos fuiste la que me metió en esto en un principio!

-Vos ganas. Ya ya, iré.

-Ay dios. - avance hacia ella y rodee su cuello con mis brazos. - Gracias

-Pero solo porque te tuve misericordia. – la sentí rodearme por la cintura. - Y no quiero que tu semana empeore.

-Lo que digas, Angie. - la solté.

-Pero me vas a deber un favor.

-Lo que quieras.

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-Mirate. Hoy no te ves tan ruda.

Angie y yo estábamos en una banca de aquella pista de patinaje poniéndonos los patines rentados. Yo me había puesto unos simples jeans negros y un top blanco hasta mi ombligo, temí un poco que al mudarme estuviera perdiendo esas ganas de verme siempre dando un extra en cuanto a mi ropa, pero quería estar cómoda. Pero Angie, Angie estaba en realidad linda, tría pantalón de cuadros blanco y negro y arriba un top blanco sin tiras, aun que como seguía siendo Angie traía sus botas negras.