04 | CUIDADO, RICHIE

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El primer paso para darse cuenta de lo imbécil que estaba siendo era que Daxton admitiera que los amigos de Charlie no eran tan malos.

Claro, Daxton quiso cubrirse la cara con una almohada y gritar cuando Eddie le dio una conferencia de diez minutos sobre cómo lavarse las manos la primera vez que lo conoció. Stan y Bill eran demasiado amables, al igual que Ben. Pero no había nada de malo en ser amable, ¿o sí?

La puerta se sintió aún más pesada cuando Daxton la empujó. Una parte de él esperaba que Charlie estuviera profundamente dormido solo para posponer su disculpa. Sin embargo, Charlie está completamente despierto, hojeando una revista de deportes.

Al cerrar la puerta, Daxton murmuró—: Lo siento.

Eso llamó la atención de Charlie. Sus ojos finalmente dejan la revista, aterrizando en Daxton. Colocó una mano detrás de su oreja, como si no hubiera escuchado.

—Lo siento, ¿qué fue eso? —preguntó Charlie sarcásticamente.

—Soy un imbécil, ¿de acuerdo? —admitió Daxton—. Intento no serlo. A veces digo cosas que no quiero decir —hizo una pausa al recordar su anterior conversación con Emilia—. Pero... que mi vida no fuera fácil, no significa que pueda actuar como un idiota. Lo siento.

Charlie apoyó la barbilla sobre la palma de la mano y luego se encogió de hombros, diciendo—: Está bien —y se arrastró hacia atrás, golpeando su cama con la mano.

Daxton estaba confundido al principio, pero se movió torpemente, deslizándose para quedar apoyado al lado de Charlie.

—No me importaría ir a la cantera mañana —admitió Daxton—. Si la invitación sigue ahí.

—Sí —respondió Charlie sonriendo, y luego estiró un brazo y presionó su dedo índice debajo de su ojo—. Si me dices de dónde salió esto.

La punta de su dedo apuntaba a una cicatriz que sobresalía de la piel ya pálida de Daxton. Comenzaba en la sien y bajaba por debajo de su ojo, rodeando el borde en lugar de atravesarlo.

Daxton nunca le había contado a nadie cómo sucedió, pero antes de que pueda apartar la mano de Charlie, dice—: Mi mamá.

—Ah —dijo Charlie, retirando su mano. Para la sorpresa de Daxton, no insiste—. Todos hemos estado allí.

Su sorpresa no se desvanece y Daxton no puede ocultarlo, levantando las cejas—. ¿Sí?

—Sí —dijo Charlie. Su mano cae al dobladillo de su camiseta y la levanta revelando su cicatriz. Tenía la forma de una serpiente, arremolinándose desde su torso hasta su ombligo—. El novio de mi mamá. Ella... la pasó mal después de que mi papá muriera.

Un mal presentimiento se abrió paso en el pecho de Daxton. Él no tenía a ninguno de sus padres, y el último recuerdo que tenía estaba grabado en su mente; recordaba que se estaba preparando para ir a la escuela y, por primera vez, Wells Shields había decidido ayudar a su hijo. Le ató los zapatos, le sirvió un tazón de cereal y lo acompañó a la parada del autobús antes de despedirse. Daxton recordó que ese día, por primera vez, se sintió amado. No se sentía como una carga para sus padres.

Eso fue hasta que terminó el día escolar. Cuando llegó a su casa, estaba vacía, solo había una nota de su madre diciendo que no estaría en casa hasta tarde. Se durmió en el sofá viendo dibujos animados y se despertó con el fuerte hedor a alcohol que hizo que sus ojos se humedecieran y las lágrimas se derramaran cuando su madre balbuceó que el hombre de la casa se había ido y que estaba atrapada con él.

—El mío también murió —mintió Daxton como si fueran las palabras más fáciles que jamás había dicho.

En realidad, no era del todo una mentira. Wells Shields era un imbécil y estaba muerto para él de todos modos.

DEAD BOY | Richie TozierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora