DEAD BOY | Richie Tozier

21 | OJO DE LA TORMENTA

Habían pasado 10 años desde que Daxton Shields tomó un sorbo de alcohol por última vez. Su alcoholismo solía ser su mecanismo para afrontar lo que le pasaba, era lo único que aliviaba la oscuridad que crecía dentro suyo.

Siempre supo que había algo más, algo que aún no había descubierto, porque simplemente no podía recordar. Ahora que estaba en Derry, Daxton finalmente se dio cuenta de lo que estaba tratando de ocultar. Miedo. Eso era lo que lo detenía, y pensó que la recuperación fue difícil al principio, pero nada comparado con el dolor de mirar fijamente a una botella de alcohol con la boca seca.

Daxton había estado observando la botella de whisky durante demasiado tiempo, porque de repente desapareció de su vista.

—No —dijo Charlie—. Toma un solo sorbo y tendremos que llevarte al hospital para que te la quiten de...

Daxton sacudió la cabeza con un movimiento rápido. Había peleado con Charlie para dejar el alcohol; no lo volvería a hacer. Además, no quería que los Perdedores lo vieran así, los que estaban allí de todos modos. Los demás estaban en algún lugar del hotel preparándose para reservarlo, rebuscando en sus maletas o simplemente desapareciendo, como Bill y Mike.

—Tiene razón —murmuró Beverly—. No ayuda.

El taburete junto a Daxton se movió de repente con el peso de Ben. No estaba interesado en los hermanos, sino que su mirada estaba fija en Beverly—. Dímelo.

—¿Decirte qué? —preguntó Beverly.

—Lo que tienes miedo de decirme —Beverly casi inmediatamente giró sobre sus talones y dejó la botella de alcohol en el estante. Los ojos de Ben la siguieron mientras ella se marchaba—. Bev, cuando llamaste a la esposa de Stanley...

Volvió a saltar de la silla para detenerla con las manos en alto. Las cejas de Daxton se fruncieron cuando la vio estremecerse; recordaba vagamente con qué facilidad notaba esa mirada, esa reacción en otros de saltar cuando alguien se movía demasiado rápido.

Ben respiró hondo—. Ella te dijo que lo encontró en la bañera, pero... pero te vi. Te escuché decirlo antes.

Richie dobló la esquina antes de que Daxton y Charlie tuvieran un segundo para procesarlo—. De lo que sea que estén hablando, háganlo rápido, ¿sí? Tenemos que irnos —dijo, volviéndose hacia la escalera y gritando—: ¡Vamos!

El grito hizo que Charlie se frotara las sienes—. Richie, por centésima vez, cállate.

—Me callaré cuando todos hayan empacado y estemos lejos de Derry —dijo Richie sin siquiera mirar en dirección a Charlie—. ¡Vamos, ve a buscar tus cosas!

—Hay algo que no nos estás diciendo —dijo Ben, ignorando a Richie—. Sabías cómo había muerto Stanley. Lo sabías.

Daxton esperó a que Beverly se defendiera, pero no lo hizo. Simplemente observó con recelo a Ben, con los labios entreabiertos, pero sin pronunciar palabra.

—Espera, ¿qué? —dijo Richie.

Daxton se levantó de la silla y la miró fijamente—. Bev. Dinos que eso no es cierto.

—No puedo hacer esto —susurró Beverly, levantándose y tocando el timbre del escritorio.

Ben siguió los rápidos pasos de Beverly, rogándole que hablara con él. Ella lo ignoró y decidió que no quería esperar a un empleado, agarrando la llave de su propia habitación.

—No te puedes ir así —dijo Ben—. Bev. ¡Háblame! ¡Vamos! ¿Cómo lo supiste?

Beverly miró directamente a Ben y solo a Ben cuando declaró—: Porque lo vi. Nos he visto morir a todos.