Blasfemia | Taiju x Lectora

21 ✝

Yuno: ¿Ella está bien? - preguntó Yuno a Hakkai, ambos estaban en plena calle, era de noche, Hakkai acababa de salir de una reunión con ToMan, la pandilla a la que pertenecía.

Hakkai: Si, ahora Taiju y ella, bueno, prácticamente viven juntos y, bueno, son como una pareja, pero aún no son novios.

Yuno: lo bueno es que ella vive bien, ¿No?

Hakkai: Si, el la trata bien, creí que sería un completo imbécil cómo lo fue al principio pero, me sorprendió.

Hakkai se recargó en su motocicleta.

Hakkai: ¿Y tú?

Yuno: ¿Yo?...

Hakkai: ¿Que hay de tí? ¿Vives bien?

Yuno: Oh, si, de hecho, vivo con una tía, ya sabes, ella no es una religiosa extremista; dijo que denunciaría a mi madre.

Hakkai: me alegro por ti. - dió un golpe leve en el hombro de Yuno - y que bien, tu madre merece esa denuncia.

Yuno: Gracias... - suspiró - si, la tía de ______ también ayudaría en la denuncia, solo espero que nos tomen en serio.

Hakkai: ... Todo va a salir bien. - rió - creo que el problema no es difícil, ya ambos viven bien. Pero, ¿Dices que si gustabas de ella?

Yuno: ah, sí, pero no quería que fuera de esa forma.

Hakkai: entiendo.

Yuno: a demás, ella ya tiene a su 'mitad'. - habló en un tono triste.

Hakkai: Si ella ya tiene a su mitad, entonces ¿Por qué no intentas buscar a la tuya?...

Yuno rió, estaba nervioso.

Yuno: N-no lo sé, no sé si deba.

Mitsuya interrumpió la plática de los dos jóvenes, asustando a Hakkai con un leve golpe en la espalda.

Mitsuya: ¿Te vas?

Hakkai: Creo que iré solo hoy.

Mitsuya: Oh, ¿Y él? - miró a Yuno.

Hakkai: mh, el es Yuno, un amigo. Yuno, el es Mitsuya.

Yuno: un gusto.

Mitsuya: lo mismo digo... Entonces, mañana no faltes a la reunión. - caminó hasta su motocicleta con sus demás compañeros.

Hakkai: ¿Quieres ir a algún lado?

Yuno: ¿Por qué no?

Hakkai guió a Yuno hasta su motocicleta, montándose ambos en esta.

Hakkai: Sujétate de mis hombros o torso, ¿Si? - Yuno asintió.
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- Me siento como una hipócrita.

Taiju: ¿Por qué?

Miraste la entrada de la iglesia, Taiju y tú estaban a punto de entrar.
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- ¿Debería pedir perdón? - ya al frente, en el altar, estabas a punto de ponerte de rodillas, pero dudabas.

Taiju: mejor házlo de pie.

- ah, bien. - cerraste los ojos tratando de concentrarte, los nervios a ti llegaron, incluso sudabas.

Estabas comenzando a concentrarte, pero un mal presentimiento llegó a ti.

Taiju te abrazó de repente, pegándote a el, como si estuviera protegiéndote de algo.