Un verano que lo cambiara todo.
¿Qué tan posible es que tu amor imposible de la infancia se fije en ti?
Un verano que traerá un remolino de emociones, muchas lágrimas y muchas risas, pero sobre todo un romance caótico.
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Sarah
Deje de escuchar la voz de Conrad así que supuse que se había resignado y volvió a entrar a la casa. Eso o que ya iba lo suficientemente lejos.
Mientras seguía caminando sin rumbo alguno, recibí una llamada de mamá.
— Sarah, tienes que volver si quieres ir con nosotras de compras.
— Sarah, tienes que venir para ver vestidos!—. Escuché la voz de Susannah y sonreí.
— Creo que paso por esta vez. Vayan ustedes, luego iré yo.
— Okay. Cuando regresemos tenemos que hablar de lo que acaba de suceder—. Dijo en un susurro.
— Claro, nos vemos—. Y colgué.
Camine hasta un lugar en el que al parecer se podía hacer un tipo de picnic. Lo supuse gracias a que había varias personas sentadas en el pasto mientras comían, pintaban, hacían manualidades o simplemente platicaban.
Suspiré y me deje caer en el pasto, no traía ninguna manta pero supuse que era mejor que estar en el mismo lugar que cierta persona la cual había empezado a tener diferentes cambios de humor. Al parecer las cosas habían cambiado con Conrad desde el año pasado.
No veía la razón por alterarse solo porque estaba con un chico, son cosas que tarde o temprano pasarían. Su lado hermanal (si es que esa palabra existe) estaba más alterado que nunca.
Eso o somos unas ciegas.
No.
Mi teléfono volvió a timbrar pero está vez era una llamada de Christian. Volví a suspirar y conteste.
— Nos podemos ver, quiero hablar conmigo.
— Claro, también quería hacerlo—. Respondí pensando en el tema profundo que iba a tener con él.
— Estás en tu casa o quieres que nos veamos en otro lugar?—. Le pase el nombre del lugar en el que estaba y me dijo que en cinco minutos llegaba para después colgar.
Me levanté del pasto luego de ver cómo su camioneta se estaba estacionando y una vez lo hizo se bajó para después acercarse a mí.
Es ahora o nunca.
— Lamento todo lo que pasó anoche, desde lo del beso hasta lo del golpe, te juro que no era mi intención. Las copas se me subieron y no reaccione de la mejor manera con tu amigo—. Empezó hablando rápido sin siquiera detenerse a saludar.
— Oye, calma. No tienes por qué disculparte, sé que fue un accidente y forma de defensa por lo de Conrad. En realidad lamento su compartimiento y quiero creer que él también. A veces es un poco...impulsivo—. Le respondí con una mueca.
— Yo creo que más bien se puso celoso—. Dijo haciendo una mueca.
— Soy como una hermana para él, tal vez aún no está acostumbrado a que tenga algo que ver con chicos.
