Un verano que lo cambiara todo.
¿Qué tan posible es que tu amor imposible de la infancia se fije en ti?
Un verano que traerá un remolino de emociones, muchas lágrimas y muchas risas, pero sobre todo un romance caótico.
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Sarah
Cuando salimos del restaurante nos regresamos a casa tal y como vinimos, solamente que está vez todo estaba más tenso.
— Por qué no pones algo de música? Puedes poner a Taylor Swift si quieres—. Me sonrió de manera tierna Conrad.
— Creo que será después, tengo mucho sueño.
— Sarah sin querer poner Taylor Swift? Te sientes bien, linda?
— Solamente tengo sueño, Jere, ya lo dije.
El camino siguió en silencio hasta que estuvimos en casa, todos bajaron casi queriendo huir de la incomodidad en el auto. Al contrario de los demás, Conrad se espero en el auto conmigo.
— Sé que lo que pasó allá te molesto, pero tienes que saber que entre Nicolle y yo no sucede nada. Hoy la traje solamente porque ya la había invitado, pero no pasó nada.
— Ya sé que no, confío en ti. Pero no puedo evitar sentirme mal por Belly, hoy en el restaurante hablamos y sí que tiene una ligera esperanza la cual no me soy capaz de quebrar.
Suspiró recargandose en el volante, tomo mi mano y con su otra mano libre tomo mi rostro para que lo mirara.
— Estoy ansioso porque se lo cuentes, sé que te duele lastimarla, a mí también, pero me muero por gritarle a todos que eres mía.
No pude contestar ya que junto nuestras bocas en un beso tierno.
— Aún hay algo que me ocultas, lo sé—. Dije casi en un susurró.
Su cuerpo se tenso pero no se separó de mí.
— No te oculto nada, eres la persona en la que más confío, Sarah.
— Claro que no, el Conrad de ahora no es ni la mitad del Conrad de unos años atrás. Aún cuando no puedas contarmelo sabes que estaré aquí por si el algún momento quieres hablar, bien?
— Entonces te gustó más mi yo del pasado?—. Negué.
— Me gustas tú en cualquier faceta, solamente te odio un poco en la idiota.
Se rió y dejo un último beso en mis labios.
— Andando, ya nos estamos tardando mucho aquí y no querrás que salgan todos a buscarnos.
— Te recuerdo que fuiste tú el que quiso tener una plática profunda en una Jeep—. Respondí abriendo la puerta y saliendo del coche.
