SarahSuspiré al verme en el espejo. Había logrado quitar las ojeras con el maquillaje pero mis ojos aún estaban rojos y algo hinchados.
Había decido ponerme un vestido corto con mangas de color negro con brillos de escote cuadrado, un sencillo collar adornaba mi cuello.
Aún no estaba segura de asistir al baile, pero ayer Laurel y Susannah habían logrado convencerme un poco. No había bajado para nada y era porque no quería hacer el ambiente incómodo y hacer enojar más a belly.
Mire el brazalete en mi mano, el que le había regalado y ambas lo compartíamos.
— Cariño, estamos por irnos, vas a venir?—. Susannah asomo solamente su cabeza por la puerta.
— Creo que sí. Los chicos ya se fueron?
— Sí, se iban a ir en el auto con Conrad—. Asentí aliviada de no tener que compartir por ahora espacio.
— Entonces sí, estoy lista.
— Sé que está siendo difícil para ti, linda, pero tendrá que haber un momento en el cual resuelvas las cosas con belly—. Susannah entro a mi habitación y paso sus brazos por los míos en un gesto reconfortante.
— Quisiera que fuera ya, pero no solamente es poner de mi parte.
— Vamos a volver a estar bien, estoy segura—. Dejo un beso en mi mejilla.
— No sé qué haría sin ti, suss.
La abrace sintiendo al menos un poco de paz, sin duda alguna Susannah era un ángel.
— Tenemos que irnos, linda.
Asentí y ambas bajamos a la sala en donde solamente estaban mamá y Laurel.
— Te ves hermosa, cariño—. Laurel levanto su pulgar.
— Si papá estuviera aquí ya te estaría tomando miles de fotos—. Reí por primera vez sabiendo que era cierto.
— Tenemos que irnos, tal vez bell necesite ayuda o algo así.
Las tres asintieron y salimos de la casa, nos iríamos en el auto de mamá así que ella manejaría mientras que yo me iría en la parte trasera del auto.
No tardamos mucho en llegar al lugar, el cual ya se encontraba repleto de gente. Amaba este baile.
Entramos y supe cuál era nuestra mesa ya que Conrad ya estaba sentado. Me fue imposible no soltar un suspiro al verlo en ese traje, se veía igual de lindo que cuando ambos bailamos.
Trate de hacer mis pasos lo más cortos posibles en un estúpido intento de atrasar mi encuentro con él. Cuando me miró casi me quedé sin respiración, había pasado solo un día sin verlo pero ya lo echaba de menos.
— Viniste—. Se levantó de la silla.
— No me perdería el baile de bell.
— Pensé que...olvídalo. Estás bien? Ya sabes, por lo que pasó.
— Creo que es una pregunta algo estúpida, no ha cambiado nada, Conrad.
Ambos nos volvimos a sentar, y a pesar que trate de estar separada de él, fue y se sentó a un lado mío. Empecé a buscar en donde se habían metido nuestras madres e implorando que vinieran a interrumpir.
— Sarah, no tiene por qué cambiar nada. Aún cuando entre nosotros no haya nada, belly no va a perdonarte. Es mejor que se acople a la idea de que tú y yo estamos juntos a que nos tengamos que alejar tú y yo.
— No es solo eso, Conrad. Cuando nos vayamos de nuevo tú estarás en un lugar muy distinto al mío. No solo tendríamos que luchar con esto, si no también con la distancia y no sé si estoy preparada para afrontarlo.
— Y te crees que yo sí? Claro que no, pero por ti estaría dispuesto a intentarlo.
Tomó mi mano y volví a sentir esa chispa de siempre, esa que solamente salía cuando estaba con él.
— La respuesta sigue siendo no, es momento de que lo aceptes.
— Y tú ya lo hiciste? Puedes tolerar tenerme cerca sin siquiera pensar en besarme?—. Acercó su rostro al mío, podía sentir su respiración.
Claro que no podía no pensar en besarlo, menos vestido así.
— No es tan fácil como crees. Ambos tenemos planes diferentes.
— La diferencia es que tú puedes estar en los míos, tú eres la que no dejas que entre a los tuyos.
— No volveremos a hablar de esto—. Puse mi mano en su pecho para alejarlo aún cuando no quería hacerlo.
Gracias al universo nuestras mamás habían vuelto y el baile había empezado.
El baile de los chicos había estado entretenido pero sobre todo bueno, Steven y Jeremiah habían estado geniales ahí en medio.
— Se ven tan lindos—. Dijo Susannah a lo que yo asentí con una sonrisa viendo las fotos que les había tomado.
— Tienes que pasarme esas fotos, Sarah—. Mamá asintió ante la petición de Laurel.
— Claro.
Habían tomado un pequeño descanso antes de empezar a anunciar el baile de parejas, pero jeremiah había ido a quién sabe dónde.
Empecé a preocuparme al ver a belly sola y al no ver a jeremiah. Estaban a nada de empezar.
— En dónde está Jere?—. Pregunto mamá.
— Lo ví salir pero no ha regresado, pensé que tendría que atender una llamada.
— Ya empezó y Jeremiah no ha llegado—. Dijo Laurel.
Fue entonces cuando Conrad se paró de su silla llamando la atención de todas. Empezó a caminar hasta que llegó con belly. Observe como a bell se le iluminaron los ojos al empezar a bailar con él, mientras que a mí solamente se me empezaron a humedecer al verlos juntos.
Me levanté no queriendo ver más de eso, el pecho empezaba a dolerme. Sabía que mayor parte de la culpa era mía y solamente mía.
— Iré a fuera, tal vez pueda encontrar a Jeremiah—. Me levanté y salí de ahí sin esperar respuesta de ellas.
Las lágrimas empezaron a salir nuevamente una por una, era un extraño sentimiento.
Empecé a caminar sin rumbo alguno, lo único que quería era alejarme de ahí, afortunadamente nuestro vuelo salía hoy.
Mientras caminaba me encontré con Jere quién iba camino al salón, me sorprendí al verlo con los ojos llorosos así que me acerque a él antes de que entrará.
— Hey, estás bien?
— Sarah...
— Qué sucede, Jere?
Me quedé paralizada en el momento en que me abrazo y se puso a llorar más, no me esperaba nada de esto.
— Ella se irá, Sarah. Nos va a dejar.
— De qué hablas?—. Pregunté preocupada.
Puso en mis manos el celular de Susannah, estuve a punto de cuestionar el por qué lo tenía hasta que ví el correo que había en el.
Tratamiento del cáncer...
— Jeremiah—. Está vez sentí un nudo en la garganta por algo muy diferente.
— No nos lo había contado, ella morirá, Sarah, y no hay nada que pueda hacer para evitarlo.
Volvió a abrazarme y está vez llore con él, volviendo su dolor el mío.
— Tal vez todo tenga una explicación, tiene que haber una—. Él solamente nego con la cabeza.
Susannah nos iba a abandonar de la peor manera posible
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Afterglow || Conrad Fisher
أدب الهواةUn verano que lo cambiara todo. ¿Qué tan posible es que tu amor imposible de la infancia se fije en ti? Un verano que traerá un remolino de emociones, muchas lágrimas y muchas risas, pero sobre todo un romance caótico.