XIX.- painful betrayal

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Sarah

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Sarah

Un vestido verde de satén que me llegaba por en cima de las rodillas y con escote en v se amoldaba a mi cuerpo, era un vestido elegante pero no tanto. Había optado por dejar mi pelo suelto sin hacerle nada, simplemente natural al igual que el maquillaje que me había hecho.

Ya teníamos un buen rato en la fiesta, había perdido a todos de vista por lo cual me tuve que unir con un grupo de chicas que no conocía de nada.

— La envidia que le tengo a Nicolle es grandísima; mira que tener a Conrad Fisher en su casa y más aún acostarse con él cada que quiere es de envidiarle—. Dijo una chica rubia.

Fruncí los labios al escucharla.

— Igual no son nada.

— Tú cómo lo sabes? Ni siquiera los conoces—. Respondió de una manera tosca.

— Paso los veranos en la casa de los Fisher desde que tengo memoria, así que puedo decir que los conozco lo suficiente.

— No te creo, jamás hemos escuchado hablar de ti—. Todas las chicas asintieron a lo que yo solamente me encogí de hombros.

— Si me crees o no, no me quita el sueño.

Me fui de ahí antes de empezar una discusión, tenía que encontrar a cualquiera de los chicos.

— Has visto a Jeremiah?

— Creo que lo ví allá a fuera, estaba con sus amigos.

— Bien, gracias—. el chico solamente asintió.

Salí de la casa y efectivamente Jeremiah estaba ahí, sentado en una de las jardineras mientras que platicaba con unas chicas.

— Puedo estar aquí?

— Sarah! Te perdí de vista un buen rato—. Sonrió pasando su brazo por mis hombros—. Claro que puedes estar aquí.

Las chicas parecieron disgustarse y se fueron mientras hablaban en susurros.

— Creo que he alejado a tus conquistas de la noche.

— Pff, da igual. Además una de ellas decía cosas extrañas, tal vez me iban a secuestrar y yo ni en cuenta—. Reí ante tu tonta ocurrencia.

— A veces me sorprendo de las estupideces que dices.

— Es como un don que tengo.

Nos quedamos en silencio, uno cómodo, a pesar de que la música estaba demasiado fuerte no era tan desagradable.

— Oye Jere...

— Mhm?

— Alguna vez has tenido miedo de lastimar a alguien que quieres?—. Me miró confundido.

— Tú sí?

— No, es solo que creo que para conseguir un poco de felicidad tengo que lastimar a alguien que quiero y no quiero hacerlo.

Afterglow || Conrad Fisher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora