XVI.- secret love

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Sarah

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Sarah

— Qué hacían tú y Conrad allá arriba?

Miré nerviosa a belly quién fruncía el ceño.

— Ya te dije que nada, solamente estaba asegurando que ya no le sangrara la nariz.

Asintió aún sin creer en todo mi respuesta pero al parecer decidió ignorarlo y seguimos caminando hasta estar reunidas con los demás.

— Qué planean—. Pregunté sentandome a un lado de Jeremiah.

— Ya que por lo visto nuestra tarde en la piscina se arruinó un poco, hemos decidido que podemos ir a comer algo a un restaurante que está cerca de la playa—. Sugirió Taylor con una sonrisa.

— Sí, hable con mamá y dijo que ellas podían alcanzarnos allá. Para comer todos juntos—. Asentí ante la propuesta de Jeremiah.

— Me parece genial, tú qué opinas bell?

— Sí, me parece genial.

— Solamente hay que avisarle a Conrad, tal vez no quiera ir después de lo que pasó y...

— Me apunto, yo manejo—. Me interrumpió bajando las escaleras corriendo.

— Bien, entonces tenemos media hora para arreglarnos y nos vamos todos juntos.

Todos asentimos ante las palabras de Taylor y volvimos a subir a nuestras habitaciones para quitar todo el agua con cloro que traíamos en cima.

Este había sido de mis baños más rápidos; me puse un short de mezclilla claro y un cinturón negro, una blusa negra de manga corta y mis tenis Fila. Era algo sencillo y cómodo pero no dejaba de verme linda. Decidí no hacerme mucho en el pelo y me lo lleve suelto, aunque aún me chorreaba un poco debido al baño.

Cuando baje ya estaban casi todos, solamente faltaba Taylor y Belly.

— Te ves linda, Sarah—. Dijo Jeremiah a lo que yo le avente un beso.

— Por qué se tardan tanto? Si dejamos que nuestras mamás decidan la comida me vomitare.

— Steven, aún no pasan ni los treinta minutos que nos diste, relájate.

Conrad rió un poco sentandose a mi lado y pasando un brazo por mis hombros.

— No lo entiendes, la última vez tu mamá nos hizo comer verduras de las cuales no recuerdo su nombre.

— Puedes dejar de alterar el orden, Stev?

— Conrad, ni tú ni Sarah tienen derecho a callarme, no les conviene.

Me tense escuchando lo que decía, no podía creer que nos estuviera manipulando de esa forma.

— Como sigas con tus estúpidas bromas de mal gusto, agarraré un cangrejo y te lo meteré en lugares no muy bonitos.

Afterglow || Conrad Fisher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora