La ultima nota de amor

Capítulo 9. Tu hora de brillar.

Mire de nuevo la entrada del bar. Eran casi las nueve de la noche y como había prometido estábamos adentro del bar, solo que tuve que entrar mucho antes con Vic y su novio para que no tuviéramos problemas.

Escuche el sonido de los besos que se daban a mi lado. No era incomodo, pues creo que ya me había acostumbrado, incluso a veces les hacía burla y los separaba jugando. Como en esta ocasión.

Metí el popote de la bebida de Vic entre ambos y se separaron riendo.

—No coman delante de los pobres por favor.

—No te hagas Ani, si ya tienes con quien —dice David con diversión.

—Es cierto.

Rodee los ojos y mire de nuevo la entrada. Tenía diez minutos que Aidan, Hannah y Triny habían llegado, pero como todos tenían que esperar a que les tocará su turno. Les dije que llegarán con nosotros, pero los reclamos de Triny por la llamada nos decía que era culpa de Hannah que llegaban tarde.

Mi teléfono vibró en mi mano y lo desbloquee. Se abrió en el chat de Aidan.

AIDAN<3.
En segundos ya estamos adentro.

Me mando una foto del guardia a unos pasos de el.

Aquí te esperamos.

Tome una foto de la entrada mostrando el barandal para que viera donde estábamos mandándolo en respuesta.

Lo vio pero ya no me contesto y su figura con la de las chicas entró en el lugar. Su mirada escaneo todo arriba y cuando me encontró sonrió. Guio a las chicas para subir y me sentí nerviosa pero con una sonrisa.

—Me gusta verte así —la voz de mi amiga me hiso mirarla—, se que tu felicidad no debe estar ligada a una persona pero... Me gusta verte feliz, desde que estás con el.

No pude contestarle nada por que llegaron los demás y tomaron asiento en los bancos altos que estaban desocupados. Le pedí a papá que me diera una mesa grande para que todos estuviéramos cómodos y aceptó.

—Dios mío, Ani. El bar de tu padres es increíble. Es mejor que cualquiera que haya ido antes.

—¿Quieren algo de tomar? —preguntó Triny.

—No gracias.

Alzamos nuestros vasos Vic, su novio y yo mostrando nuestras bebidas.

Papa me tenía vigilada con lo que tomaba. Y si, hace dos semanas tomé, pero fue por error, y cuando les conté casi me matan, pero entendieron -almenos mamá- que no lo había hecho porque quería y ya no insistieron con el tema.

Claro que ahora también tenían vigilada a mi amiga con lo que tomáramos hoy. Pues había ordenado no darnos alcohol. Nos tenía bien vigilados.

—Nunca había subido aquí.

—Solo se abre esta parte cuando hay eventos especiales —le explique a Aidan.

Ambas chicas, la rubia y la pelirroja las perdí de vista cuando fueron al mini bar que tenía la parte de arriba del lugar. Según papá para que no tuvieran que subir y bajar los que estaban arriba.

Cuando llegaron las chicas mi hermano salió para empezar con su espectáculo. Varias chicas los miraban con demasiada atención, y como dije antes, mi hermano y los del grupo eran demasiado atractivos, y de cierta manera entendía su fanatismo con ellos.

—Mírala —escuche a Hannah— se mas disimulada con el hermano de Ani.

Mire como le golpeaba el brazo con diversión a Triny y ella se pasaba un mechón de su cabello tras la oreja.

—Cállate Hannah —me miró y sus mejillas se pusieron rojas y desvío la mirada.

—No te culpo Triny —dijo mi amiga— llegó un momento donde también tuve un como crush con el.

Su novio la miró entre divertido y enojado.

—Pero fue hace mucho, ya solo eres tu —le dio un beso en los labios sonriendo.

—¿Te gusta mi hermano?.

—¡No!, no.

—Si, le gusta desde hace tiempo, creo que por eso... —puso una mano en la boca de Hannah cuando noto su falta de saber disimular.

—No le creas...

—No me molesta —dije—, al igual y te lo puedo presentar, si quieres.

Una sonrisa y una ilusión se mostró en el rostro de ella al momento de asentir con timidez.

Llevábamos ya casi tres horas aquí, entre que Hannah nos llevaba a todas a bailar y volver para beber algo. Hannah se tomaba fotos cada dos segundos y Triny luchaba con ella para que no se las tomará. Mi amiga se la pasaba con su novio y me jalaba a mi para ir con ella. Aidan se mantenía a mí lado sonriendo de las tonterías que hacían sus amigas y riéndose conmigo cuando hablábamos.

Mi hermano seguía cantando y notaba su mirada a veces en mi. Pero era diferente a otras veces que me miraba, era como si me llamara, como si me dijera que algo iba a pasar.

—Ok, ok —Hannah hiso una mueca y movió su mano a nuestra dirección alzando su brazo con el teléfono—, una foto de recuerdo. A ver, Triny —jalo a su amiga y está de mala gana se dejó.

Me acerque a Aidan para salir mejor todos y sentí su mano en mi cintura, apenas tocándome. Sonreí para la foto y el flash de la cámara me cejo por un momento.

—Mi madre ya sabe que iras a casa mas tarde - mire a Aidan.

—¿En serio? ¿Qué te dijo?.

—Que estaba muy emocionada con conocerte.

Sonreí sin poder evitarlo cuando en su mirada note ese brillo que me gustaba. Escuché en el fondo como Hannah hablaba y alzaba su teléfono.

—Tortolitos, saluden —mire a la Hannah que nos enfocaba con su teléfono.

Sonreí con pena y baje la mirada.

Mi hermano canto la última canción de su tiempo y bajo del escenario.

—Ahora vuelvo —,dijo Aidan a mi oído.

Asentí. Mire el escenario para ver a papá subir en el. Comenzó a cantar como era costumbre en este día. Todos empezaron a levantarse para bailar y animar el ambientales.

Aplaudí al ritmo de fondo de la música. Me gustaba cuando papá cantaba. En unos instantes me miraba con una sonrisa y se la devolvía llena de orgullo. Papa siempre quería que sus hijos si se iban por el mundo de la música, quería que el primer escenario que tocaran fuera ese. Pues el empezó así, y quería que nosotros también. A mi me había insistido mucho en hacerlo, pero me negaba, el miedo y el pánico eran muy malos juntos.

Mi vista se desvío cuando Aidan iba subiendo las escaleras y se acercaba a nuestra mesa a paso rápido.

—¿Qué pasa? —pregunte cuando llego a mi lado.

—Nada, ven —dijo llevándome con el.

Me tomo de mi mano y me hiso bajarme del banco. Mi amiga me sonrió con ternura, al igual que los demás en la mesa. ¿Eh?.

Bajo las escaleras conmigo siguiéndolo y empecé a sentirme nerviosa. Como cuando tienes que exponer delante de toda tu clase y no sabes bien el tema. Mis manos empezaron a sudar y un miedo se mezcló con adrenalina en mi pecho haciendo latir mi corazón con fuerza.

Aidan me llevó detrás del escenario, donde mi hermano y los chicos se preparaban para salir.

Los mire confusa cuando todos estaban aún con sus respectivas guitarras y esperando algo.

—¿Lista duende? —dijo mi hermano con una sonrisa.

—¿Que?. ¿Lista para que?.

Todos miraron Aidan. Yo lo mire igual esperando que me dijera que hacíamos aquí.

—Recuerdas la promesa que te hice hace unas semanas, que haría que un día te subieras a un escenario y mostrarías tu talento. Bueno, este es el momento.

Me quede tan quieta que hasta creo que deje de respirar. Mis ojos viajaron a mi hermano que se acercaba con un micrófono en mano. Me lo tendió y tuve miedo de tomarlo.

¿Iba a cantar? ¿Querían que cantará?.

Reaccione por fin y me sentí pequeñita. Mi estómago se oprimió sintiendo un vacío en el. Una onda de nervios y miedo recorrió todo mi cuerpo.

—No, no, no yo no...

—Ani —la voz de mi hermano me hiso mirarlo—, ¿Cuándo tiempo tiene desde que te subiste a un escenario por última vez?. Es tu hora. Es tu momento.

Me volvió a tender el micrófono y lo mire con miedo. No, no podía.

—Ali —las manos de Aidan en mis mejillas llamo mi atención y sentí paz al tener su tacto—, quizá es muy rápido, y necesitas tiempo, pero ¿Cuándo lo harás?, ¿Cuándo sabrás si eres buena o no? si nunca lo intentas. Te prometo, que si no puedes, que si te da miedo, yo mismo desconecto todo, apago las luces y te bajo del escenario. Pero inténtalo, puedes hacerlo. Se que puedes y se que tú también sabes que puedes. ¿Si?.

Mire a mi hermano detrás de el que me sonreía mostrándome apoyo. 

—Yo estaré detrás de ti. No te dejare sola.

Aidan se apartó y tomó el micrófono y me lo tendió. Mire a ambos dudando y luego al micrófono delante de mi, pero entonces cuando sentí el miedo crecer en mi interior, agarre el micrófono.

(...)

Me mantuve al margen cuando papá dejó de cantar, tenía al lado a mi hermano con su mano en mi espalda. Los chicos estaban detrás de mí con su mano en mis hombros. Me sentía nerviosa, pequeña y creo que hasta con ganas de vomitar.

Mis nervios aumentaron cuando papá señaló a nuestra dirección y mi hermano me empujó para que caminara.

—Mis mayores orgullos. Mis hijos.

Los chicos se pusieron en sus respectivos lugares y me quede frente el micrófono. Tomé con fuerza el tubo y mire a mi hermano que asentía con una sonrisa.

Mire al frente y sentí que me desmayaba. Aidan apareció en mi campo de visión ya alzo sus pulgares en aprobación.

Escuché la música empezar. La guitarra de Ethan entonar al ritmo, Gabriel en la batería entonando, Ben en el piano, y mi hermano atrás de mi en la guitarra.

Sentí un nudo en el estómago cuando respire profundo antes de cantar.

—Do you ever feel like a plástic bag, dirfting through the wind wanting to start again? Do you ever feel, feel so paper thin like a house of cards, one blow from caving in?.

Me sentí nerviosa apenas empecé, pero se reemplazo al segundo en que sentí que era libre, de alguna manera. El miedo se disipó, los nervios se convirtieron en algo más, una adrenalina inundó mi pecho y solo quise cantar y cantar para jamás detenerme.

—Do you know that there's still a chance for you cause there's a spark in you?

Entonces sólo me deje ir, deje que fluyera todo.

—You just gotta ignite, the light, and let it shine.

Zafe el micrófono de la pinza de suspensión y me aleje un poco de el.

—Just own the night like the 4th of July, cause baby you're a firework. Come on show em what you're worth. Make em go, Oh, oh, oh. As you shoot across the sky.

Me deje llevar por la emoción y me agache un poco para después enderezarme elevando un brazo dejando atrás el miedo.

—Baby you're a firework, come on let your colors burst, Make em go, Oh, oh, oh. You're gonna leave em falling down-own-own.

Baje el tono de mi voz y sentí felicidad cuando todos bailaban al ritmo de la música. Me di media vuelta acercándome a mi hermano y cantar al lado de él que tenía una enorme sonrisa. Me desplace por todo el escenario sin dejar de cantar y mover la mano que no tenía el micrófono.

—Baby you're a firework, come on let your colors burst, Make em go, Oh, oh, oh. You're gonna leave em falling down-own-own.

Di vueltas en el escenario saltando al igual que los demás. Me sentía tan feliz y plena que quería quedarme así para siempre.

—Bom, Bom, Bom. Even brighter than the moon, moon, moon. It's always been inside of you, you, you. And now It's time to let it through.

Mire hacia arriba disfrutando del momento, hasta que la baje y se cruzo con los ojos verdes que me tenían ahora cantando arriba de un escenario. Le sonreí mientras cantaba y no pude evitar sentirme nerviosa y con las tan ya conocidas mariposas.

—Baby you're a firework, come on show em what you're worth, Make em go, Oh, oh, oh. As you shoot across the sky.

Volví a saltar al ritmo y cantar con todas mis fuerzas. Estaba dejando el corazón en el escenario.

—You're gonna leave em falling down-own-own. —extendí la última palabra para hacer un eco mientras mi hermano cantaba detrás de mí— Even brighter than the moon, moon, moon. Bom, Bom, Bom. Even brighter than the moon, moon, moon.

Alce mi brazo doblándolo detrás de mi cabeza y cerré los ojos al terminar.

Oh por dios había cantando. Frente a público.

¡¡Lo lograste!!

¡¡Lo logramos!!.

Salte de felicidad cuando todos aplaudieron. Abrace a mi hermano al estar cerca de mi. Lo abrace tan fuerte del cuello y me tomó con ambas manos de la cintura levantándome y girando conmigo. Sentí más brazos a mi alrededor y los ánimos y gritos de los chicos llenaron mi corazón de alegría.

Me soltaron y me gire a la persona que me esperaba abajo del escenario.

—¡¡Lo logré!!.

—Sabía que podías.

Salte sobre Aidan cuando estuvo frente a mí y enrede mis piernas en su cintura. El me tomó con firmeza y enterró su rostro en mi cuello.

—Lo hice, lo logre. Gracias a ti —tomé sus hombros y lo separe de mi—, gracias.

—No, no tienes nada que agradecer. Te lo prometí, y a ser honesto, aceptaste más rápido de lo que supuse que lo harías.

Volví abrazarlo con una sonrisa y sentí mis mejillas teñirse de rojo cuando reaccione de como lo estaba abrazando y de como estábamos. Casi de inmediato hice que me bajara y me dejó en el suelo con delicadeza.

—Esa es mi niña —llegó papá haciendo a un lado a Aidan y abrazarme con fuerza.

—Estoy muy orgullosa hija —mamá me dio un beso en mi mejilla.

—No es del todo el crédito mío —dije apartando a papá para que viera a Aidan.

—También gracias a ti muchacho.

—No fue nada. Su hija puso la chispa que faltaba.

Su mirada se cruzo con la mía y sentí mi estómago remover se con emoción. Esta noche el me cumplió esa promesa que me dijo hace semanas, y yo cumplí un sueño que tenía desde que tengo memoria.