Abrí mi casillero y las cartas salieron cayendo al suelo. Rodee los ojos y las levante sintiendo la mirada de los demás sobre mi. Algunas apenas leí lo que decían, y otras simplemente las metí a mi mochila para tirarlas después.
Esto era de casi todos los días, cartas de amenazas, de personas que... Bueno, ni para que contar. Ya llevaba un mes así desde ese día que Aidan me presento en su live. Y por fortuna, hoy no me tope a la chica que me esperaba en la entrada del estacionamiento, Vic me decía que eso ya era acoso, por eso trataba de que ya no me fuera a traer, ni siquiera dejaba ya que Aidan me viniera a dejar al escuela.
Escuche el murmullo de las chicas cuando pasaba por los pasillos, alguna eran insultando me, otras eran criticas, otras simplemente no tenían vida social y tenían que hablar de mi para que fueran escuchadas y no ignoradas.
Entre en el salón y tire las cartas, me senté al lado de mi amiga.
—Te ves fatal.
—Valla, mi día mejora con tu comentario.
—Oye, oye —dijo alzando las manos en señal de rendición. Me miro atenta y luego froto mi espalda acercándose— no me digas que la chica estaba afuera esperándote.
—No, ni me la tope. Creo que ya me dejó en paz.
—Oh, sólo hoy se le hiso tarde.
Saque mi teléfono que por primera vez estaba sin sonar a cada rato. Pues había borrado todas mis cuentas de redes por al noche. El último mensaje donde me amenazaban había sido suficiente para mi.
—Las borraste.
—Si, no tenía de otra —dije.
—Claro, y es mejor para ti ocultarte que hacer algo realmente para que te dejen en paz.
—Victoria, suficiente tengo con que mis padres estén sobre mi, para que aquí también tu lo estés.
—Estas tomando una actitud muy infantil ¿Lo sabes verdad?.
No dije nada, preferí ya no discutir sobre el tema.
A la salida Aidan estaba en la entrada firmando autógrafos. En cuanto me vio se disculpo con las chicas que estaban ahí y camino directo a mi. Me dio un beso en los labios y luego un abrazo.
—Hola.
—Hola.
—Nos vamos, te tengo una sorpresa.
Asentí con una sonrisa y cuando íbamos caminando una chica de cabello claro se acercó a nosotros.
—Perdón, pero puedo tomarme una foto.
Aidan me miró y yo asentí soltando su mano para darles espacio pero la chica negó.
—Con ambos.
Me quedé mirándola, tenía mucho que nadie pedía una foto con los dos juntos.
—Emm... No yo no...
—Por favor.
Dudando un poco me acerque y sonreí para la foto.
—Gracias, soy tu fan Aidan y también tuya Ani.
Alce mis cejas sorprendida.
—¿Mía?.
—Si, eh visto tu video de la canción con la banda de tu hermano y wow, tienes una voz increíble, y cuando ambos cantaron juntos en el concierto fue mágico, definitivamente son mi pareja favorita.
Se despidió mientras se alejaba, yo seguía asimilando lo que acaba de soltar tan de golpe.
Le había gustado mi voz... Le gustaba como canto. Inconsciente una sonrisa se formó en mi rostro y pude sentir mi corazón latir con emoción.
—Me encanta verte sonreír.
Aidan acarició mi mejilla con su pulgar para después besarme.
—Vamos. Pase por tu casa y le pedí a tu madre esto.
Dijo mientras nos acercábamos a la camioneta de el y al costado estaba el mismo tipo que andaba con el con dos bicicletas sujetas.
—¿Mi bicicleta? ¿A donde vamos?.
—Tiene mucho que no salgo en bicicleta, así que, que mejor que volver hacerlo contigo.
Me puso una gorra en la cabeza y luego el se puso la suya.
—Andando.
Me quito mi mochila y la metió en la camioneta mientras yo me subía a mi bici, el se subió a la suya y empezamos andar con la vista de todos sobre nosotros. Pero estaba tan concentrada en andar que los ignore. Me detuve cerca de mi amiga con Aidan un poco más adelante.
—Creí que la chica te quería insultar —dijo mi amiga señalando a la chica de antes.
Negué.
—No, dice que es mi fan —dije un poco más emocionada de lo que quería sonar—, ves que no todas las fans de el son malas.
—No, más bien, no todas sus fans son verdaderas fans, en fin. Ve con cuidado.
Asentí y me despedí para irme.
El iba más adelante, y solo se reía de mi cuando me quejaba con que ya me había cansado. En algunas partes yo lo rebasaba pero tenía que detenerme para saber donde íbamos. Lo seguí unas cuantas calles más hasta llegar al río Hudson.
—¿Es en serio?. Casi 2 kilómetros para venir aquí.
—Así te ejercitas también.
—Pues odio ejercitarme.
Sentía que mis piernas estaban como gelatina, las sentía pesadas y tensas. Me baje de la bicicleta y me acerque al barandal. Aidan se puso a mi lado pasando un brazo por mi cintura y atrayéndome a él.
—No creo que solo me hayas traído aquí en bicicleta para ver la estatua —dije con una mano sobre el barandal y mi cabeza recargada en su hombro.
—No, es esa la sorpresa. Ven.
Tomó mis manos y dejó las bicicletas con el hombre que nos seguía en la camioneta. Me llevó con el tomada de la mano a la estación de Battery Park para tomar el ferry que salía a la isla de la estatua de la libertad.
No sabía por qué me había traído aquí, pero era emocionante. Iba abrazada a su torso mirando todo, y cuando veía algo que me gustaba me separaba y le enseñaba como niña pequeña, el solo me sonreía oh me abrazaba.
—¿Por qué me trajiste aquí?.
—Ya lo veras.
Lo volví abrazar, alzando mi cabeza dejando mi barbilla en su pecho.
—Te amo —me dijo.
—Yo te amo mucho mas.
Tomo mis mejillas y me beso lento. Disfrute del beso mientras sentía el aire chocar con mi espalda moviendo mi cabello de un lado a otro. Se separó de mi y dejó cortos besos en toda mi cara haciéndome reír.
Me voltee dándole la espalda y pegándome a él. El me acorralo entre el barandal y su cuerpo y nos quedamos así.
—Como fue que la estatua llegó a Nueva York —pregunté sintiendo curiosidad al verla.
—Fue un regalo del gobierno Francés para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
—¿En serio?
—Si, entre los que la hicieron fue el escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y el ingeniero Alexandre Gustave Eiffel, quien años después construiría la Torre Eiffel en París. Y en 1924 se declaró la estatua como monumento nacional.
—Wow... ¿Cómo sabes todo eso?.
—Me gusta leer de ves en cuanto.
Llegamos a la isla y sentí que era demasiado pequeña al estar frente a la estatua.
—Como la trajeron aquí.
—Realmente, eso no lo sé.
Sonreí por la cara de pena de Aidan, tome su mano y camine balanceando nuestras manos.
El sol se estaba poniendo cuando estuvimos hasta el punto más alto de la estatua, no sabía cómo le había hecho pero logró que llegáramos hasta aquí. Así que el aire era demasiado frío cuando golpeó mi rostro.
—Ten.
Me dio su chamarra abrazándome. Me dio un beso en la cabeza.
—Hoy hace cinco mese que te conocí, y quiero reclamar este día como nuestro.
Lo mire con ternura y bese su barbilla.
—Esto es para ti cariño.
Me hiso girar y mirar al frente justo cuando el sol se ocultaba por completo y las luces de la cuidas empezaban a encender. Mis ojos estaban maravillados con la vista, pero eso no fue lo que más me gustó, si no fue que en los edificios más altos, ciertas partes se iluminaban formando un corazón junto con un te amo.
Lleve mis manos a la boca conteniendo las lágrimas de alegría.
Me gire a él y me lance a sus brazos enrollando mis piernas en su cintura.
—Me encanta, te amo.
Me separe de el un poco besándolo, sentí mi espalda baja chocar con el barandal y su cuerpo presionó el mío. El cosquilleo en mi vientre empezó aparecer y lo bese con más ansias. Enrede mis dedos en su cabello y tire un poco de ellos ganando me un leve gruñido por parte de él que me volvió loca. Quise seguir pero entonces en el me alejo.
—Pará...
—¿Eh?
Me bajo y me dio un beso en la frente.
—¿Hice algo que...? —dije con pena.
—No, no, esta bien, solo... No pasa nada.
Y entonces la alegría que tenía se esfumó. ¿No quería que hiciera eso?¿Le molesto?.
Varías preguntas invadieron mi mente y todas llegaba a una conclusión, el no sentía lo mismo que yo cuando nos besábamos así. Y debía parar. Y quizá mis pensamientos estaban siendo locos, pero mi cuerpo me gritaba que quería algo.
(...)
Baje del auto de mi amiga y camine a su lado sintiendo de nuevo las miradas de los demás sobre mi. Empezaba hartarme esto.
En los dos días que habían pasado me había entrado mas miedo del que tenía. Incluso ya me daba miedo que mi hermanita saliera al jardín trasero de la casa. Mis padres ya estaban demasiado molestos conmigo y con Aidan, sobre todo con el. Aun que trate de decirles que el no sabía de esto, se molestaron; y ya le empezaba a caer bien Aidan a papá, llega esto y lo empeora.
Abrí mi casillero con mi amiga a mi lado fulminando con la mirada a toda chica oh chico que me mirara. Era una clara advertencia su rostro de "di algo y te encontrarán muerto después de una semana". Las cartas como siempre salieron cayendo al suelo, las levante pero mi amiga me las arrebato y la dejé. Saqué lo que necesitaba y dejé lo que no; cuando cerré el casillero mientras mi amiga miraba las cartas con cara de disgusto.
—Vamos.
Trate de quitárselas pero las alejo.
—En serio no piensas hacer nada.
Me enseño la carta que estaba leyendo y señaló con su dedo una parte.
No se ni que ve en ti el para que te vuelvas su novia, ni siquiera cantas bien y no eres bonita. Estaba mejor con Hannah que contigo. Si no te alejas de él...
Deje de leer. Ya no tenía que leer para saberme la amenaza de memoria.
—Por eso no las leo.
Intente volver a quitárselas pero las volvió alejar.
—Debes hacer algo.
—Si, ignorarlas.
Camine sintiéndome cansada de tener esa conversación con cada personas que me conocía.
En el descanso nos sentamos con Hannah para comer. Y mientras ellas platicaban escuchaba los murmullos que habían sobre mi. ¿Qué no tienen otra cosa de que hablar?
—No te han dejado.
Mire a Hannah.
—No, pero los ignoro.
—He visto lo que hacen, yo pase por eso también, y te aseguro que debes hacer de todo menos ignorarlo cuando ya son amenazas.
Mis vista se fue a mi amiga, le había dicho.
—No pasa nada, se cansaran.
—No lo creo. Llevan meses así, Ani. Debes decirle ya, no querrás que se entere de una forma que no quieres.
La mire entrecerrando mis ojos y pronto vi un poco de rubor en sus mejillas. Oh no, no, no.
—¿Le dijiste? —no contestó—, Hannah.
—Tenía que.
—No, no tenías.
—Ya es acoso Aneli, no puede seguir así.
—Ya me odian sus fans, no quiero que me odien mas.
—Las verdaderas te amarán oh almenos no te insultaran.
La fulmine con la mirada queriendo asesinarla. No quería que esto llegara a sus oídos. Agh.
Escuche l teléfono de todo sonar al mismo tiempo. Incluso el de mi amiga. Un video de la cuenta de el aparecía como nueva notificación, así que me acerque con Vic para verlo.
—Hola. Este video es muy corto y voy hacer directo. Hace poco me enteré sobre algo que no tenía idea, había visto algunas cosas y aún que había contestado a eso, no se detuvieron; tengo que admitir que no me enteré de la mejor manera —empezó hablar—. Aun así, no me quedaré de brazos cruzados ahora. Así que espero que piensen bien sus actos y la forma en como ellos traen consecuencias grabes.
Soltó un suspiro y miró a la cámara con una seriedad que jamás la había visto en el.
—A partir de hoy dejare las redes sociales por tiempo indefinido. La razón, es muy fácil, mi novia ha estado recibiendo acoso, insultos y más cosas por el simple hecho de ser mi novia, y eso me molesta mucho. No creí que esto pasaría y mas con que llegarán a mandarle cartas de amenazas, es el limite, así que así como ella se alejo de redes, yo también lo haré. Se que sin mis fans no soy nadie, pero no permitiré que la dañen a ella por amarme y por yo amarla.
>>Espero que paren. Porque con ella no se vuelven a meter.
El video acabó y sentí la mirada de más personas sobre mi. Genial.
Hannah me miró y tomó mi mano.
—Es lo mejor.
—Almenos debiste dejar que yo se lo dijera.
—Si hubiera esperado, jamás lo habrías hecho.
Todos los que estaban frente a mí mesa se giraron a la puerta de la cafetería, mire sobre mi hombro la figura de él. Hay no.
—Aidan, hola.
—Hola Vic, Hannah.
—Hola.
Me miró serio y me sentí pequeña ante el. Extendió su mano para tomar mi hombro y darle un leve apretón antes de inclinarse y besar mi cabeza.
—Tenemos que hablar —dijo cerca de mí oído.
Asentí y tomé mis cosas para levantarme y seguirlo.
—No puedo irme todavía, tengo clases —dije cuando lo vi caminar a la salida.
—Tranquila ya arregle eso.
Salí con el en silencio. Sabía que no querría hablar aquí por lo que me llevaría posiblemente a su departamento. Oh a mí casa.
Cuando entró en el estacionamiento de su edificio quise irme. No quería que esta conversación llegara. Pero ahora estaba pasando y tenia que enfrentarla. Hace dos días estábamos tan bien y ahora estábamos como si una distancia de millones de kilómetros estuviera entre ambos.
Entre en su departamento y deje mi mochila en el sofá.
—¿Quieres comer algo, oh beber algo?.
—No gracias.
Asintió y me llamó para sentarme con él en el sillón. Me senté frente a él con mis piernas apretadas sintiéndome incomoda.
—¿Por qué no me dijiste nada?.
La primera pregunta.
—No quería que se armará todo lo que esta pasando ahora.
—Entonces tu mejor manera era ignorarlo.
—Si.
Negó con la cabeza agarrándose el puente de la nariz.
—Ten.
Me dio un folder amarillo pálido. Lo mire confusa antes de abrirlo y ver el documento, mis ojos viajaron por todo el papel pero me detuve en la palabra, "Demanda". ¿Demanda? Esperen, había hecho una demanda. Leí con detenimiento cada letra hasta que lo terminé.
—¿Hiciste una demanda?.
—Si.
—¿Porque?.
—Porque era lo que se tenía que hacer.
Lo mire enojada, mi ceño se frunció y mis labios me alinearon.
—Por esto no te quería decir nada. Pará que no armaras todo esto —señale el papel en mis manos.
—¿Qué no armará todo esto? Aneli, te estaban amenazando.
—Si unas amenazas que no eran más que palabras. No iban hacer nada.
—¿Y que hubiera pasado si lo hubieran hecho? ¿Qué hubiera pasado cuando esa chica que te esperaba en la entrada de la escuela te hubiera hecho algo?. Que no mides el riesgo que esto conlleva.
—No me iba hacer nada.
—¡Aneli, quiero que te des cuenta que eso no está bien y se tenían que poner medidas!.
—¡No se tenia que hacer nada más que ignorarlas! ¡Y no me grites!.
Nos quedamos en silencio. El camino de un lado a otro pasando sus manos por su cabello y no pude evitar ver lo atractivo en eso, pero estaba enojada así que desvíe la mirada a otro lado.
—Ali, esto lo estoy haciendo por que ya era demasiado peligroso, debiste decirme desde que recibiste la primera amenaza.
—¿Pará qué? ¿Pará qué subiera un video diciendo que te ibas a ir de redes?.
—Aneli...
—¡No! ¡No entiendes, si así no les caigo bien a tus fans así menos lo haré!.
—Las que de verdad lo sean te querrán oh almenos te respetarán.
—¡Agh! Ya basta con esa frase. Hasta tú mismo lo dijiste, sin ellas no estarías donde estas.
—Entiendo eso, pero no permitiré que te vuelvan amenazar, que te insulten oh que te acosen. No mientras yo esté vivo, y aún cuando muera no te dejare sola.
—Ash, por favor. Aidan, retira la demanda.
—No lo haré.
—Pues vas hacerlo.
—Dije que no lo haré.
—¡Y yo te estoy diciendo que la vas a quitar!.
—¡Que no, Aneli!.
Y el simple hecho de escuchar mi nombre completo ser pronunciado así por el no me gustó.
—Aidan, ignora esto, borra el video y sube otro diciendo que esto se arreglo y quita la demanda.
—No, no lo haré Aneli. Tus padres deben estar odiándome por lo que te esta pasando y el que no haga nada.
Solté un bufido por la cólera que estaba empezando a querer explotar.
—Tus padres te han mantenido alejada de todos estos conflictos y vengo yo para meterte en ellos. Si no me hubieras conocido...
—¡No, no, no! —lo detuve— No empieces con ese sermón de "Si no me hubieras conocido estarías mucho mejor". Por que no es así. Eres el único que ha hecho que me suba a un escenario después de mucho tiempo y cantará, y hasta una chica me dijera que le gusta mi voz, así que no digas eso que no es verdad y lo sabes.
—Ali...
—No. No quiero escucharte decir esas tonterías.
—Ahora entiendo por qué tu madre me abrió la puerta tan seria la vez que fui. Y su insistencia por que te cuidara.
Nos quedamos callados, sintiendo el ambiente tan tenso que se podría cortar con un cuchillo. Me levante del sillón y le tendí el folder.
—Quiero que quites la demanda.
—Pues no lo haré.
—Aidan...
—No lo haré Aneli.
Y como me estaba enojando que me dijera por mi nombre completo y no como el me decía.
Aguante mis ganas de corregirlo. Me di media vuelta dándole la espalda.
—Ali, no la voy a quitar. Se metieron contigo y no voy a tolerar eso.
—Pero no tenías por qué poner una demanda.
—Si tenía. Nadie debe soportar esto, no tienes que soportarlo.
—Solo quitarla.
—¡Aneli qué no lo haré entiende!.
—¡No, no entiendo! ¡Joder solo quítala!
—¡Que no! ¡Te insultaron, te acostaron, te amenazaron y yo como estúpido no me di cuenta! ¡Creí que solo eran comentarios y aun así no hice nada para detenerlos!
—¡No tenias por qué hacerlo, yo podía sola!
—¡Aneli entiende que no sólo te amenazaron a ti, si no también a tu familia! ¡Si algo te hubiera pasado no se que haría! ¡TUS PADRES ME HUBIERNA CULPADO Y YO ME HUBIERA CULPADO MÁS POR ESO, ENTIENDE SOLO QUIERO PRTEGERTE Y YA! ¡OH ME DIRAS QUE YA NO TE DABA MIEDO SALIR TU SOLA POR LO QUE TE PASARA, A MADI, A TU MADRE!
—¡¡PUES NO SOY UNA DAMISELA EN PELIGRO!! ¡PUEDO CUIDARME SOLA!! ¡Y se que ellas podían protegerse y no dejaría que alguien las tocará!
Y entonces solo fueron gritos por parte de ambos. Gritos que sentía que me oprimían mi pecho y me hacia sentir mal. Mi garganta dolía por la fuerza que soltaba al decir las palabras.
Jamás habíamos discutido así, más que hace un tiempo pero fue una pequeña, una discusión que se terminó cuando yo lo pedía, pero ahora no.
—¡Estas tomando una actitud irresponsable e inmadura Aneli!
—¡Y tú estas siendo un paranoico en estos momentos!
Me dolía tan solo decir las cosas. Mis oídos se cerraban y sentía que en cualquier momento lloraría.
—¡¡Ya basta!!
—¡No Aneli, tu ya basta, no voy a quitar esta maldita demanda, no voy a borrar ese video ni diré nada!
Y entonces el timbre sonó. Ambos estábamos a la defensiva y nos mirábamos directamente a los ojos retándonos.
Fue el quien rompió ese duelo de miradas para abrir. Entonces sentí una lagrima resbalar mi mejilla, la limpie con el dorso de mi mano y camine al sofá donde estaba mi mochila. La tomé y me centre en la señora que estaba al otro lado de la puerta.
—Estamos bien, disculpe.
—Si, solo quería ver que estuvieran bien...
Su vista fue a mi y me detallo.
—Si viene por los gritos me disculpo —dije para después caminar y mirar Aidan—, yo ya me iba.
—Aneli, todavía no terminamos esta conversación.
—Yo ya terminé, ya dije lo que tenia que decir. Con permiso.
La señora se apartó de la puerta dejándome pasar y escuche los pasos de Aidan detrás de mi.
—Aneli —lo ignore hasta que llegue al ascensor—, Aneli, no puedo dejar que te vallas así, déjame irte a dejar.
—No, estoy bien. Tu quédate, ambos necesitamos espacio, estamos enojados. No quiero gritarte más.
El ascensor se abrió y entre en el. Aidan puso su mano en la puerta impidiendo que se cerrará.
—Ya no gritaremos, pero no te vallas así.
Tome su mano quitándola de la puerta.
—Déjame ir. Y por favor no me sigas, quiero estar sola.
Las puertas se iban cerrando cuando lo vi acercarse más queriendo impedirlo y apenas escuche como un susurro de el.
—Te amo.
El ascensor empezó a bajar.
—Yo también te amo —dije mientras el ascensor bajaba.
Cuando llegue al final no había notado la lluvia caer con fuerza.
—Se encuentra bien señorita —el portero, Chisse me preguntó.
Limpie las lágrimas que se habían resbalando de mis ojos.
—Si, estoy bien.
El teléfono de la recepción sonó y el se paso atrás del escritorio para atender. Me quede de pie en la entrada buscando con la mirada un taxi.
—Si, ajam... Claro, bien, ya lo hago.
Escuche que dijo, y sabía con quien hablaba, se escuchaba su voz apenas, pero era demasiado clara para mí.
—¿Quiere que le pida uno de nuestros taxis privados?.
—Si, por favor.
Espere a que llegara el taxi y antes de subirme en el, mire a Chisse que me sostenía la puerta con una sonrisa.
—Dile a Aidan que gracias por mandarme en taxi, el paga.
Asintió y me subí al taxi. Y entonces mis lágrimas sin poder contenerse más se resbalaron por mis mejillas. Ahogue un sollozo con mi mano y me quise hacer pequeña en el asiento.
Cuando llegué a casa no escuché los gritos de Madi, así que entre sin hacer mucho ruido y la vi acostada en el sillón dormida. Sonreí al verla.
Aidan en algo tenía razón, ya tenía miedo de a veces salir sola, de que algo le pasara a mi hermana. Por que ella era lo que más quería, era la lucecita que me guiaba cuando estaba en lo más oscuro. Y si alguien la tocaba, oh le hacía daño, tendría que cuidarse de su hermana mayor.
Camine a las escaleras; me dolía mi estómago por los esfuerzos por no llorar en este momento, me dolía la garganta y sabía que tenía los ojos hinchados y rojos por estar llorando en el taxi.
Escuche las voces de mis padres en la cocina y me apresure a subir las escaleras pero del pasillo salió Ethan con una sonrisa que se borro en cuanto me vio.
—¿Ani? ¿Qué te paso?.
Mi hermano apareció detrás de él y me miró preocupado. Sus ojos me inspeccionaron de arriba abajo y supe que ideas se estaba haciendo.
—Hija, que bueno que... ¿Mi niña?, nena ven.
Subí las escaleras cuando mamá apareció en la puerta de la cocina y me vio. Subí de dos en dos los escalones.
—¡Aneli! —la voz de mi hermano me llamó pero lo ignore.
—Jay, déjala. Necesita estar tranquila.
Agradecí internamente a mamá antes de encerrarme en mi habitación, cerrar con seguro y sentarme en el suelo con las rodilla pegadas al pecho y liberar ese dolor que me estaba ahogando.
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La ultima nota de amor
FanfictionUna gran pasión por la música se desarrollo apenas empezó hablar. Su sueño; cantar para todo el mundo, inspirar a otras personas por medio de su música, por las notas y letras de cada canción que escribía. Pero con miedo y sin tener claro su camino...