Tomaba fuerte la mano de mi hermana mientras escuchaba Aidan corriendo detrás de nosotras.
—Casi las alcanzó.
Mi hermana soltó un grito y corrió más rápido. Reí ante su miedo y diversión. La solté cuando se subió a los juegos de la casita y yo me tuve que pasar por abajo.
—Casi las atrapó.
—¡Corre Ani!.
Me subí al juego con riesgo a que me callera, aun que con mi peso y mi estatura parecía una niña de 13 años.
Aidan roso mi pierna antes de que me subiera.
—No te acerques a la orilla —tome de la mano a mi hermana para caminar al tobogán.
—Shuss —puse un dedo sobre mis labios para que guardará silencio una vez que nos agachamos en el tobogán. Aidan estaba debajo del juego lo sabía por el sonido de sus pies pisar las piedritas.
—¡Aahh!.
Me senté en el tobogán con mi hermana en mis piernas y me avente al ver a Aidan subir al juego.
Me levante y corrí con mi hermana.
—Ya la tengo.
Aidan tomó en brazos a Madi y le empezó hacer cosquillas mientras daba vueltas con ella. Yo solo reí por los gritos que daba ella para que la soltara.
—¡Ani, corre!.
Cuando intente correr Aidan me tomo de la cintura y me cargo con un solo brazo separando mis pies del suelo empedrado. Reí cuando me dio besos en mi cuello provocando cosquillas.
Nos dejó en el suelo a ambas y Madi se acomodo el suéter que tenía.
—Nos ganaste.
—Si, pero no se valía dejarme ganar.
Madi tomó mi mano y camino conmigo a donde estaba nuestro picnic.
Íbamos a venir solo Aidan y yo, pero mamá tenía que ayudar a papá en la tienda de música y le dije que yo podía cuidarla. Así que la trajimos con nosotros. Y aún que creí que Madi se aburriría, Aidan hiso que se divirtiera. Y aquí estábamos, jugando ambos con ella. Varios nos miraban raro oh con ternura.
—¿Quieres mas, Madi? —señale su platito con frituras.
—Si.
—Ven, lávate las manos.
Tomé sus manitas entre las mías y luego la botella de agua para lavarlas.
—Listo.
Empezó a comer feliz sus frituras y le compuse su moño en su coleta. La había arreglado y peinado así como mamá lo hacía. Le gustaba usar sus moños.
—¿Te divertiste, Madi?.
—Si, Aidan. Me gustó salir con ustedes.
—Que bueno.
Nos quedamos un rato más comiendo la comida chatarra que había puesto. Madi se acomo en mis piernas y se puso a comer sus frituras.
—Llegando a casa vas a comer ¿Eh? —le advertí a mi hermana.
—Pero ya comí —me contesto.
—Eso son frituras, no comida.
—Pero se come.
Puse mala cara y ella sonrió inocente.
—No veo fallas en su lógica —la apoyo Aidan.
Le puse mala cara y le di un suave golpe en su hombro.
Una hora más nos quedamos y luego nos encaminamos a irnos.
—Ani, me compras un helado.
—Madi...
—Ándale.
—Bueno.
Camine al puesto y cargue a Madi para que viera los sabores.
—Napolitano.
Mientras lo preparaban Aidan se acercó con las cosas en mano y me dio un beso en la frente.
—Aquí tiene.
Madi tomó el helado y la baje para sacar el dinero, pero Aidan se me adelantó. Una señora con su hija llegó en ese momento y nos hicimos a un lado.
—No era necesario.
—Si lo era cariño, tu quieres uno. Se que quieres uno.
Sonreí y asentí mirando los sabores.
—De fresa por favor.
—Si.
Nos sirvieron el otro helado y Aidan de nuevo lo pago.
—Que bonita niña tienen —dijo la señora mirando a mi hermana—, se ve que son buenos padres.
Aidan y yo nos miramos y sonreímos siguiendo el juego. ¿Cómo era que ya nos podíamos entender con sólo mirarnos?.
—Si, lo sabemos. Se parece a ella —dijo Aidan señalándome.
—Se nota que juegan mucho con ella. En los juegos se les veía que son una pareja muy unida.
—Si verdad —dije y tome la mano de mi hermana.
—Bueno, no vemos.
Nos alejamos y empezamos a reírnos cuando llegamos al auto.
—¿De verdad creyeron que era nuestra hija?, tengo 17 años, si es mi hija debí tenerla a los 12 oh menos.
—Bueno, las apariencias engañan.
Reí mientras abrochaba el cinturón de Madi.
—Entonces me veo mayor de edad. ¿De cuanto crees que me vio?.
—No aparentas más de 20.
Reímos en todo el camino por lo que había pasado.
Cuando llegamos a casa mi hermano ya estaba y se mostró un poco frívolo con Aidan, pero con la diferencia de que ahora no lo miraba mal. Solo contestaba cortante. Era un gran avance.
Hice que Madi comiera un poco de lo que preparo mi madre y la dejé viendo televisión mientras lavaba los platos.
—Seguro que no quieres comer algo —hable.
—Estoy seguro.
—No quiero que tu madre me diga que no comes por mi culpa.
—Créeme que jamás te echaría la culpa de algo. Te adora.
Empecé a secar los platos cuando mi hermano entró en la cocina.
—Saldré con los chicos, cuídate y, a un metro de distancia no menos.
Salió caminando de espaldas y escuché la puerta principal cerrarse. Negué con la cabeza divertida.
—Creo que empiezo agradarle, ya no es tan serio conmigo.
—Es poco a poco para ganártelo.
Se puso a mi lado pasando los platos y secando los. Lo note tenso y con ganas de decirme algo, así que solo le di un empujoncito para que hablara.
—¿Ocurre algo?.
—No.
—¿Quieres decirme algo?.
Abrió su boca listo para decir algo, pero la volvió a cerrar. Seque mis manos en el trapo que estaba arriba del fregadero y agarre sus hombros para acercarlo a mi.
—¿Que pasa?. Puedes decirme.
—No es nada malo... Pero como ya sabes, la canción con Triny fue la última de mi disco nuevo... Y bueno, eso significa que empieza la gira.
No lo solté, incluso fruncí mi ceño al no entender por qué eso lo tenía tan tenso hasta que entendí... Gira, por días. No nos veríamos por días. Quizá una semana oh dos.
Lo solté poco a poco y traté de que él hecho de no verlo ahora por una semana oh más no me afectará. Una cosa era no verlo por días, pero una semana, ya era mucho.
Y si un día tiene que irse a otro continente para trabajar en películas, oh discos oh que se yo.
Y ese sentimiento albergó mi pecho y sentí una presión que no me gustó. Sabía que el podía irse a otro lado para trabajar.
Ok, Aneli, tranquilízate.
—Pues... Eso está bien, ¿por cuánto tiempo?.
—Dos semanas. La primera estaré en Nueva Jersey, la segunda ya estaré en la cuidad. Pero... Estaré en distintos lugares.
Asentí. Dos semanas, no una, dos. Bien, podría con eso.
—Pues que bien.
—Quiero que vallas conmigo —su propuesta no me la esperaba, oh bueno si, pero...
—Aun que quisiera no puedo, ya entre en clases y... ¿Cuándo te vas?.
—En dos semanas.
—Estoy en semanas de clases, no puedo faltar.
—Entiendo...
Ambos nos quedamos en silencio como si buscáramos una solución, y creo que la encontré, oh encontramos por qué ambos nos miramos al mismo tiempo.
—Puedo ir solo el fin de semana. Solo me dices donde estas para yo ir.
No era el plan más descabellado. Me sonaba razonable y posible. Aun que la primera semana no podría verlo, la segunda si.
(...)
Las últimas dos semanas antes de que se fuera, tuvo más trabajo para ver todo lo de su gira, ver contratos, lugares espacios y ensayos, apenas nos vimos y podíamos estar solos, pero era suficiente, oh eso tratábamos de decirnos para que no nos sintiéramos alejados uno del otro.
Cuando se fue lo despedí en el aeropuerto y aún que se sintió mal mi corazón, supe que lo vería en dos semanas.
La primera semana fue demasiado lenta. Las llamadas en las noches nunca faltaban, aún que a veces eran hasta las dos de la mañana por los horarios de sus conciertos no me molestaban. Me estaba acoplando a su vida de el tan fácil, que a veces me daba miedo acostumbrarme demasiado a él.
La segunda semana cuando supe que estaba en la cuidad no pude ir a verlo por que estaba en horario de clases, además de que su primera parada no sería por aquí cerca. Así pasaron los días, llamadas en la noche, mensajes y esperando a que llegara el viernes para poder ir con el.
En la costa de Manhattan. Si no estaba tan lejos de donde vivíamos, pero si seria un recorrido largo. Por lo que una vez saliendo de la escuela me iría corriendo haya con Hannah que también iría. Pues estaba dispuesta a ir desde la primera semana para apoyar a sus amigos, pero la escuela la detenía.
Espere a que el timbre sonara anunciando mi última clase de la semana. Mire a Hannah que se acercaba a la puerta y me esperaba recargada en un hombro.
—¿Te iras luego de aquí a Manhattan? —mire a Vic qué estaba a mi lado.
—Si, pasaré a traer mi maleta y luego nos iremos.
—Bueno, con mucho cuidado, y tráeme algo bonito de haya.
—Pero si ya me tienes.
Ambas soltamos una risa baja.
—Odio tus cambios de humor donde tu ego te domina, pero lo adoro.
Me dio un medio abrazo y el timbre sonó. Me ayudó a meter mis cosas para más rápido y me deseo suerte cuando salimos al estacionamiento.
—Iremos a tu casa y luego a la mía para traer nuestras cosas —hablo Hannah.
Asentí y emprendimos el camino.
Apenas llegue a casa mamá ya me tenía la maleta abajo y solo subí a ponerme otra muda de ropa y bajar corriendo con mi mochilita colgando en mis hombros.
—Mucho cuidado, ambas. Si te cansas de manejar, deténgase en algún lugar.
—Si señora, no se preocupe, llegaremos bien.
—Cuídense hija.
Papá y mamá me dieron un beso en mi mejilla y salí. Madi estaba en la escuela y no llegaría hasta veinte minutos después en el autobús que la llevaba y traía de la escuela a la casa así que tarde mucho en irme.
Pasamos a la casa de Hannah y la ayude con su maleta. Cuando estuvimos listas Hannah comenzó a conducir a nuestro destino.
Hacíamos paradas cuando nuestros cuerpos ya se cansaba de estar en la misma posición más de una hora, cuando teníamos hambre oh cuando necesitábamos ir al baño.
—¿Nos falta mucho?.
—No, sólo uno cuantos kilómetros.
Bebí agua y me puse la gorra con los lentes, hacía demasiado calor y tuvimos que bajar el toldo al convertible de Hannah. Me sentía como en una película donde era niña rica con auto bonito y todo.
Seguimos nuestro camino cuando estiramos las piernas. Sentía mi cabello volar por el viento dejando una sensación de satisfacción.
Cuando llegamos al Puente de Brooklyn ya era más de media noche, así que las luces del puente se veían hermosas. Miraba hacia arriba mientras pasábamos y sentí una gran satisfacción en mi estómago.
Mi teléfono sonó en una llamada y descolgué al ver el hombre de mi chico de ojos verdes.
—Hola.
—Hola, ¿Cómo estas?.
—Bien. Ya estamos llegando.
—¿Donde están?
—Estamos atravesando el Puente de Brooklyn.
—Las veo en el hotel Hearson, ya acabamos el concierto, estamos yendo para haya.
—Bien, haya nos vemos. Adiós.
Guarde el teléfono después de mandarle un mensaje a mamá con la foto del puente dándome la espalda. Le escribí que estábamos bien y que ya habíamos llegado.
—Nos ve en el hotel —le dije a Hannah.
—Bien, entonces hay que ir haya. Espero que nos invite algo de comer, muero de hambre.
Cuando llegamos al hotel y bajamos del auto, el chico que se encargaba de los autos dio la señal de bajar las maletas y que se llevarán el auto al estacionamiento. Hannah se subió los lentes y camino como si estuviera en una pasarela, más bien, ella no caminaba, ella modelaba y lo único que le faltaba era la pasarela.
Camine detrás de ella subiendo igual mis lentes y entramos en recepción con un chico cargando nuestras maletas detrás de nosotras.
Saque mi teléfono cuando nos detuvimos delante del mostrador y le mande un mensaje a Aidan avisándole que estábamos en el hotel.
—Tenemos una reservación.
—¿A nombre de?
—Aidan Gagher.
La señorita que estaba al otro lado del mostrados tecleo algo en su computadora y esperamos. Pero mis nervios se activaron como si hubieran presionado un botón para activarlos y una sonrisa salió de mi rostro antes de girarme y verlo.
Mi cuerpo reacciono de inmediato al ver su figura, cuando sus ojos me detectaron camino rápido para encontrarme y abrazarme fuerte. Me aferre a su cuello y el a mi cintura. Me separe apenas unos centímetros y lo bese. Cuando lo había extrañado.
—No sabes cuanto te extrañe, Ali.
—Yo también te extrañe, Aidan.
Cuando nos dieron nuestras habitaciones, Aidan y Triny nos llevaron a comer algo en el hotel.
—Dios ya moría de hambre.
—¿No comieron en el camión?.
—Si, pero no tanto.
Me lleve otro bocado a la boca y sentí mi paladar en el cielo cuando el pollo asado inundó mi gusto.
—¿Como estuvo su viaje?.
—Tranquilo —dijo Hannah.
Una vez terminamos nos fuimos a nuestra habitación con Triny.
Me di un baño, me puse la pijama y me acosté sintiendo mi cuerpo cansado. Y en cuanto me asegure de llamar a mamá para decirle que estaba bien y que habíamos llegado bien, me acomode para dormir y apenas mi mejilla tocó la almohada me quedé dormida.
(...)
—Quiero que para esta canción, venga alguien que... Como ya lo he dicho antes, es la persona que me vuelve loco con solo mírame —dijo Aidan mirando a todo el publico que tenia delante.
Mire raro a Triny cuando se acerco a mi y me ponía el cable que tenia ella y Aidan en la espalda junto con el pequeño microfonito de la oreja.
—¿Que haces?.
—No es obvio. Solo si tu quieres, sales.
Abrí mis ojos y mire a Aidan que ahora caminaba decidido hacia mí. El público enloquecía en aplausos y gritos.
—¿Vienes conmigo?.
Negué.
—¿Estas loco? —dije.
—Por ti, si.
—No ni siquiera se que...
—I love you. Ya la has escuchado antes.
Claro que la había escuchado, me aprendí todas sus canciones en una semana.
—Si algo pasa, yo mismo te bajó de este escenario. Una vez me dijiste que querías estar en diferentes escenarios.
—No así... Yo...
—Inténtalo, canta conmigo, Ali.
Mire la mano que el me ofrecía y luego a su cara que tenía una sonrisa nerviosa, como miedo a que le dijera que no. Y tal vez mi miedo me gritaba que dijera que no, pero mi corazón y emoción me decían que sí. Mire a la multitud que esperaban cantando a coro su nombre. Así que tome su mano. Deposito un beso en mi mano para comenzar caminar conmigo así.
Todos estallaron en gritos y aplausos cuando nos vieron salir de las sombras. No se que estaba haciendo y tenía que admitir que tenía miedo, mucho, demasiado. Creo que me iba a desmayar. Una cosa era cantar en el bar y otra aquí, frente a muchísimas personas. No podría. Sentí un nudo en mi garganta y quise correr.
Las luces bajaron dejando solo dos para apuntarnos a nosotros. Los nervios me jugaron en contra y sentí que el aire se me iba. No, creo que no... Yo no estoy lista para esto. Era demasiado.
Sentí los labios de Aidan en mi frente causando que lo mirara con el miedo plasmado en mis ojos. Pero en los suyos solo veía protección, paz. Solté el aire que estaba reteniendo mientras el daba le vez caricias a mi mano.
Sentí mis nervios regresar cuando susurro.
—Déjate llevar, sabrás en qué momento.
La música empezó y Aidan alzó el micrófono empezando.
—Give me a heart to discard of, Give me your love to use, Drink from your heart till it's dried UP, Hand it back and say, I'm broken over you.
Bien, tu turno.
—Fate awaits for me to break, Your heart in two, So know you're going into, Something already doomed, I hate to say okay, And let my heart hurt you, So be careful when you use the words, I love you.
La música seguía y nuestras voces se entonaban formando una melodía única.
Una canción que se volvió única porque resonó por ambos. Aquí me di cuenta que nuestros corazones reproducían la misma canción.
Jamás me soltó de la mano mientras caminaba por el escenario.
Yo me centre en sus ojos para olvidar todo. Y era extraño, por que cada que lo miraba sentía que todo era posible.
—Oh, and lie to yourself, Lie 'cause there's no one else, Even if this love was born to fail, I have no choice, My heart already fell.
—Fate awaits for us to break, Our hearts in two, We should know we're going into, Something already doomed, Oh! I hate to say okay, And let my heart hurt you, So be careful when you use the words, I love you.
Lo abrace escuchando de fondo los gritos y aplausos de los demás cuando acabo. No me podía creer que había hecho esto.
Al llegar al hotel cambie mi destino de mi habitación a la de Aidan. Nos acostamos a una distancia prudente y solo nos miramos. Tenía un remolino de emociones en mi interior y sabía que él lo notaba por la forma en que me miraba. A veces decían que los ojos son el espejo del alma, y estaba dejando que el viera atreves de ellos.
—Te amo —dijo de repente—, y no sabes cuanto. Así que rómpeme, rompe mi corazón una y otra vez, no importa, por que te aseguro que aun que lo rompas mil veces, siempre será tuyo y siempre estará contigo.
Acaricie su mejilla y luego su cabello enredando mis dedos en el.
—Estoy segura que no seré yo quien rompa el corazón del otro.
Me atrajo a él y me acosté sobre su brazo rodeando lo a él con los míos. Era pequeña y con el a mi lado lo era más, pero ese abrazo me transmitió tanto que sentí mi corazón acelerarse.
(...)
Triny le dio un abrazo a Aidan para después bajar por las escaleras y llegar con Hannah y conmigo detrás del escenario. Tomo la botella de agua que le di y seco su sudor con la tolla que le dio una chica.
—Dios, lo bueno que es el último día. Estoy agotada.
—Ya descansa amiga —Hannah recogió su cabellera rubia y la ato en una coleta.
Mire de nuevo el escenario y luego la hora, ya debería despedirse.
—Antes de que me valla, y de que esto acabe; quiero decir que... La chica que canto ayer conmigo... Desde que la conocí, todo en mi vida dio un giro de 180 grados, lo cambió todo. Y no solo me trae como loco, si no que se convirtió en mi fuente de inspiración. Desde que mire sus ojos escribir se volvió tan sencillo que esta canción se la dedico a ella. Pues es de ella y para ella que desde que nos conocimos todas las canciones que escriba, serán para ella.
Me miró solo unos segundos antes de todas luces del escenario se apagarán quedando a oscuras.
La música salió de fondo y poco después se escucho la voz de Aidan.
—Memories made in the time that we had. Memories fade but the best ones will las.
Las luces se encendían en diferentes colores y de fondo era la imagen de fuegos artificiales.
—Kiss me like it was the fourth of July, Fireworks froze like stars in the sky, I'll always remember the fourth of July, The look in your eyes.
El recuerdo de nuestro primer beso llegó a mi mente y sonreí como tonta cuando el camino hacia mi despacio.
Los aplausos no se hicieron esperar cuando Aidan me hiso salir con el al escenario. Me dio una vuelta antes de besarme en mi mejilla.
—And something about your smile that just freaks me out Can't help but feel my heart will give out Beatin' in my chest It's gettin' louder and louder, And I'm shoutin' out.
El hecho de que en esa canción era para mí, hacía que las mariposas en mi estómago aumentarán. Me sentía feliz, nerviosa, melancólica, todas esas emociones me hacían querer llorar de alegría.
—Oh, and hold me near, Before we disappear, And hold me here, Oh, be forever near And hold me near, Before we disappear, And hold me here, Oh, be forever near.
Sus ojos no dejaron los míos cuando se acercaba a mí. Y sentí que me perdía en el color de sus ojos. Ese verde esmeralda que me tenía hechizada.
—Kiss me like we were back there that night. When fireworks froze like stars for you and I. I know you remember the fourth of July
The look in your eyes
The look in your eyes
The look in your eyes
The look in your eyes
Las luces se volvieron apagar y deje de sentir las manos de Aidan.
Hasta que el fondo del escenario se iluminará con una pregunta y las lagrimas amenazaran con salir.
Los gritos de todos quedaron en segundo lugar cuando Aidan apareció a mi lado con una cajita en mano y diciendo lo que decía en la pantalla.
—¿Quieres ser mi musa, mi novia, mi amiga, pero sobre todo, la chica que me hace suspirar cada que dicen su nombre?. ¿Podemos ser todo eso?.
Lleve mis manos a mi boca al ver el anillo de la cajita. Era un anillo de promesa. Dios.
—Si —dije dando un salto y luego abrazarlo.
—Te amo.
—Yo te amo mas.
Me dio un beso que dejó a todos gritando más de lo que ya hacían. Me puso el anillo y me volvió abrazar sellando la promesa.
Pues el anillo de promesa, era el que se daba en el noviazgo, y como su nombre lo decía, era la promesa para que en el futuro, ese anillo cambiará a uno de compromiso.
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La ultima nota de amor
FanficUna gran pasión por la música se desarrollo apenas empezó hablar. Su sueño; cantar para todo el mundo, inspirar a otras personas por medio de su música, por las notas y letras de cada canción que escribía. Pero con miedo y sin tener claro su camino...