Capítulo 18. Cuatro meses sin ti.

147 9 0
                                    

Moví mi cabello con una mano pasándolo atrás de mi espalda. Me volví acomodar sobre el pecho de Aidan y tomé una uva del tazón que habíamos traído y la comí.

Aidan me pidió una y se la di en la boca. Sonreí y mire a los niños que corrían de un lado a otro en el parque de Central Park.

Comí otra uva y le di otra Aidan.

—Te puedo decir algo —dijo y baje la mirada mirándolo.

—Dime.

—¿Te gustaría tener hijos?

Eso no me lo esperaba por lo que me quedé callada de inmediato. ¿A que venía esa pregunta?

—Eh...  Si, supongo, en un futuro. ¿Y tu?

—Si, me gustaría formar una familia. Sabes, antes decía en mis live que un día encontraría a una chica y que me enamoraría de ella, y que nos casaríamos, y tuviéramos una relación bonita y fuera una típica pareja de enamorados más cliché que exista.

—Bueno, encontraste a la chica, si es que puedo considerarme la chica afortunada que buscabas...  Lo demás, bueno, es muy pronto.

—Te aseguro que tu eres la chica que por tanto tiempo busque.

Sonreí y volví a comer una uva.

—Recuerdas que hace unas semanas fui a un casting —dijo de pronto.

—A la que te acompañe.

—Si, esa —guardo silencio un momento donde me llenaba la intriga.  Cada día después de ese siempre le preguntaba sobre si le habían dado el personaje o no, y siempre era un "todavía no me han llamado, así que por el momento es un no".

—Bueno, ¿Qué paso?.

—Me dieron el personaje.

Abrí mi boca conteniendo el aliento. Me levante de su pecho y aplaudí emocionada sonriendo.

—¡Dios mío! ¡Aidan es una gran noticia, que bueno, estoy muy feliz por ti! ¡No sabes lo orgullosa que estoy, Aahh estoy tan emocionada por ti...! —pero toda mi emoción se quedó atrás cuando vi que el no sonreía—, pero veo que a ti eso no te emociona como debería.

—No, claro que me emociona. Pero las grabaciones no serán aquí, serán en Canadá.

Entonces mi ánimo disminuyó. En Canadá. Tan lejos.

—Pero...  Es, es una gran noticia, conseguiste el personaje, tu carrera como actor crecerá, eso es bueno.

—Me iré por cuatro meses.

Eso me borro toda sonrisa. Traté de que mi voz saliera firme y mis pensamientos no me traicionaran con decir que no fuera.

—Bueno, eso...  Eso es bueno, que vallas a tener un nuevo proyecto será magnífico en tu carrera.

—Aneli.

—No, oye, si lo que quieres decir es que no lo tomaras por quedarte, te juro que te daré un zape por eso. Ve, es tu carrera y a lo que te dedicas, lo demás no importa.

—Me alejare de ti.

—Serán solo cuatro meses —dije restándole importancia aún con el nudo en mi garganta amenazando con hacerme llorar—, pasan rápido esos cuatro meses.

—Y si vienes conmigo.

—Aidan, me encantaría pero...  Tengo escuela, estoy a nada de entrar en final de semestre lo que me lleva a exámenes finales, no puedo faltar.

El asintió. Acaricie su mejilla y subí mis piernas en las suyas.

—Tranquilo, ese tiempo separados será opacado cuando estemos juntos de vuelta.

—Cuando vuelva juro que no me despegare de ti.

—Eso espero, por que me pegare como garrapata a ti cuando regreses. Tenlo por seguro; porque después de este viaje, estaremos juntos todo lo que podamos.

Me dio un beso en mi nariz antes de abrazarme y acariciar mi espalda.

—Pero si volverás para estar en mi graduación ¿verdad?

—Claro que si, te lo prometo cariño.

Lo bese tomando su rostro en mis manos sintiendo en mi palma la leve barba que empezaba aparecer en su barbilla.

—Ya necesitas rasurarte —dije señalando su barbilla.

—Estado pensando en dejarla crecer.

Acaricio su barbilla hablando y moviendo su cabeza de un lado a otro.

—¿También te dejaras el bigote? Porque ya te esta creciendo —pase mis dedos por encima de sus labios.

—No se, supongo que si. ¿Tu que dices?

—Yo digo que...  —me quede callada un momento detallando su rostro y tratando de imaginarlo con barba—, si, te verías mucho más guapo.

—Entonces me la dejare crecer.

Me tomó en sus brazos para acostarme y ponerse de lado y acariciar mi cabello mientras dejaba castos besos en mis labios.

Me reía cuando paseaba su mano en mi cintura y trataba de bajarla más pero lo detenía.

(...)

Las semana en la que Aidan se iba a ir paso tan rápido que sentí que apenas había pasado un día.

Saber que se iba a ir por cuatro meses dolía bastante, pero quise dejar eso de lado y disfrutar el tiempo que pasaba con el.

Sabía que si le pedía que se quedara lo haría, me lo dijo, pero no lo iba hacer, no pensaba hacerlo por más que quisiera. Era su carrera, su sueño y no pensaba quitárselo. Debí suponer que esto pronto pasaría; que se tendría que ir por su carrera de actor, y quizá por mucho tiempo. Debí estar lista para ese momento, más no lo estaba. Me había acostumbrado tanto a estar con él que me resultaba difícil dejarlo ir así de repente.

Cada día que pasaba era como un recordatorio de que después de ese viaje, tendría que aceptar que no todo el tiempo estaría conmigo.

Y cuando estábamos juntos y nos quedamos callados era mi momento donde un nudo en mi garganta aparecía haciendo que quisiera llorar. Más me aguantaba, por el, por mi.

No quería ser yo la causante de que se retrasará en seguir creciendo en su vida, la que lo frenará en lograr objetivos y sueños. Quería ser quien lo animará y alentará a seguir, así como el conmigo. Que a pesar de que no había vuelto a cantar en publico, mi música me acompañaba en las noches, en el momento en que me quedaba sola y podía encerrarme en mi habitación a componer mis canciones.

—¿Qué te parece así?

Le mostré la libreta de mis anotaciones a Aidan. Sabía que el era compositor de sus propias canciones, y le pedía consejos al igual que a mí padre y mi hermano, pero disfrutaba más los de Aidan.

Solo porque vienen acompañados de besos.

—Esta bien, pero para eso le quedaría un coro largo y sutil.

Asentí sin comprender muy bien.

—Algo así.

Tomo la guitarra que tenía en mis manos y consiguió un ritmo que me encantó.

—Y luego agregas un...

Canto con voz suave la misma frase que tenía en el coro solo que mas suave y menos resaltada.

—Me entiendes.

—Si, ya entendí.

Tome la libreta y seguí escribiendo.

A veces nos la pasábamos así en las tardes. Me ayudaba con mi música y a veces yo le ayudaba a la suya.

—Mañana me voy —dijo de repente.

Me quedé quieta sin poder seguir. Ese tema aún me afectaba de una manera que me era más difícil manejarlo. Ese nudo en mi garganta me obligaba a cerrar los ojos y aguantar las lágrimas.

—Me acompañaras al aeropuerto.

—Si, claro que si. Quiero hacer mi despedida dramática como en las películas.

El río y yo trate de no quebrarme.

—¿Sabes que todavía puedo decirles que...?

—No, ve, estoy bien. Estoy...  Pensado que mas poner.

Sentí sus brazos rodear mi cuerpo con la guitarra y acercarme a él.

—Te amo, lo sabes ¿No?.

—Si lo se. Yo también te amo.

Gire mi cabeza para besarlo.

—¡Hey! ¡Hey! Un metro de distancia.

La voz de mi padre nos hiso separarnos.

—Has estado ahí todo este tiempo.

Papá pareció nervioso ante mi frase, sabía que era capaz de estar ahí, solo que no lo admitiría.

—No —dijo.

—Aja.

—Yo aquí hago las preguntas. Y un metro de distancia.

(...)

El tan temido día había llegado. Mis nervios eran los que me tenían alerta, mis emociones se querían salir de control y sabía que si hacía algún drama, el no se subiría al avión que lo esperaba al otro lado de la sala de espera.

Por dios, porque esto no podía ser más sencillo.

Sabía que posiblemente esto era una tontería, y que el hecho de saber que me alejaría y sentirme horrible por eso era una tontería pero...  Así me sentía. Era como esas veces que terminas una serie y te quedas con el sentimiento de que quieres mas, de que no quieres que acabe... Así me sentía y no podía evitarlo.

Tomé su mano con más fuerza al ver que quedaba minutos para que lo llamaran.

Quería llorar, oh hacer algo para irme con el. Más mi sentido común me decía que no fuera dramática y que aceptará esto, que no era para tanto y que lo volvería a ver.

Si, lo volvería a ver... Estaba segura que lo volvería a ver. Pero ¿Por qué se sentía como si este viaje cambiará todo después de su regreso?.

—Sabes que puedo quedarme...  No aceptare este...

—No —lo detuve—, solo son nervios. Pero debes ir, ya te dije, no quiero ser yo la persona que te frene en tus sueños.

Escuche como los altavoces anunciaban que su vuelo ya saldría. Cerré los ojos con fuerza al sentir lágrimas acumularse en ellos.

—Nos vemos mamá —le dio un abrazo a su madre y luego a su padre con una palmada en la espalda.

Triny al igual que Hannah se despidieron también de sus padres y de los padres de Aidan.

Hannah iría a la misma parte que Aidan, pues aun que dijo que se separaría un poco de la actuación hasta que terminará la escuela, tomó ese papel cuando la llamaron para que supiera que se había quedado con el personaje. Triny iría de gira por un tiempo allí a Canadá y volvería en menos de un mes.

—Nos vemos Ani.

—Adiós.

Me dio un abrazo y luego siguió con mi hermano que estaba detrás de mí. No sabía exactamente qué relación tenían ellos dos, pero ya era común ver aparecer a Triny por la casa oh ver desaparecer a mi hermano por horas y volver con una sonrisa que ni los gritos de Madi, ni sus juegos le lograban quitar.

—Nos vemos Ani, espero que me llames todos los días.

—Eso haré Hannah.

Nos dimos un abrazo y se apartó para que Aidan se despidiera.

—Nos veremos en cuatro meses... —mire de nuevo Aidan.

—Si...

Asentí tratando de olvidarme de ese nudo en la garganta, no iba a llorar. Pero me fue imposible, por que me abrase a su dorso como el a mi cuerpo.

Lo abrase fuerte, tratando de grabarme su olor. Coco. Como había amado ese olor en tan poco tiempo.

—No llores cariño.

—No estoy llorando —mentí sin separarme de él.

—Y si lo estas haciendo que te hago.

—Lo que quieras —dije soltando una carcajada.

—En ese caso... —alzó mi barbilla con una de sus manos y unió sus labios a los míos en un beso tierno pero con dobles sentidos.

Sonreí sobre sus labios al sentir sus manos en mi cintura y apretarla.

—Te voy a extrañar.

—Y yo más.

Paso mi cabello detrás de mi oreja sin despegarse demasiado. Unió su frente a la mía y susurro un tierno y lleno de amor:

—Te amo.

—Yo te amo mas —dije.

Me aferre a su camisa y las hice puño. No quería que se fuera.

—Aidan, es hora.

Asintió sin separarse de mi. Me miró a los ojos y beso mi nariz.

—Prometo que regresaré, cariño.

—Se que lo harás.

—Nos veremos después de este viaje.

Asentí y me aleje para que tomará sus maletas. Camine a su lado hasta aquella puerta que separa la sala de abordaje con la de espera.

Me quedé quieta mirándolo pasar. Mis nervios aumentaron al verlo caminar con Hannah y Triny. Apenas dio unos pasos y con un nudo en la garganta, avance al mismo tiempo que el soltaba las maletas y se giraba hacia mí dirección.

Pase corriendo por el arco que pasaban todas las personas empujando a los que estaban, los policías que estaban me trataron de tomarme de mis brazos pero me zafe. Aidan me encontró a mitad del camino y me lance a sus brazos envolviendo mis piernas en su cintura.

—Te voz a extrañar.

—No llores cariño.

Negué y metí mi cabeza en el huevo de su cuello y hombro.

—Nos veremos pronto, y te juro que no me separarse de ti, estaré siempre contigo aun que quieras alejarme —dijo acariciando mi cabello y sujetándome de la cintura con su otra mano.

—Eso espero.

Me baje de sus brazos y lo bese solo presionando sus labios con los míos.

—Señorita, debe salir de esta área.

—En seguida va oficial —dijo Aidan mirándolo.

—Prométeme qué después de esto no te alejaras de mi.

—Cuando vuelva de esto, ya habrás salido de la preparatoria y podrás irte conmigo a mis viajes. Así como yo me iré a los tuyos cuando te conviertas en la cantantes de quieres ser.

Mi estómago sintió las ya conocidas mariposas que tenía cuando el estaba cerca. Lo abrace una última vez antes de alejarme.

—Te estaré esperando.

—Y yo esperare para volver a ti.

Me salí del pasillo y camine al gran ventanal. Minutos más tarde los tres aparecieron para abordar en avión. Moví mi mano en despedida y sonreí con lágrimas recorrer mis mejillas. Le lance un beso Aidan y el lo devolvió con una exageración grande de sus brazos.

Te amo.

Entendí que dijo antes de meterse en el avión. Lo vi despegar y sentí mi pecho estar presionado con un sentimiento que no sabría como describirlo.

—Gracias por acompañarme...  Aun que más bien fueras para irte a despedir de tu novia —dije a mi hermano una vez estuvimos en casa.

—Ojala lo fuera.

Sonreí y entramos en la casa. Subí a mi habitación y me quede a solas con mis sentimientos y pensamientos. Me deslice en la puerta hasta sentarme en el suelo y abrazar mis piernas.

Respire profundo queriendo llorar junto con esa presión en mi pecho volverse más fuerte.

La ultima nota de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora