Me quedo procesando dicho nombre en mi mente, hasta que al fin logro recordarlo.
—Oh, Seong-jin —exclamo con asombro—. Eres Seong-jin. Claro, yo sabía que te conocía de algún lado. —Hago una pequeña pausa y posteriormente vuelvo hablar—. Bueno ya que me dijiste tu nombre, haré una excepción y te dire el mío. Soy Olivia Quivera.
—Hmm, me gusta como suena.
Una punzada terriblemente fuerte hace pegue mis manos en mi abdomen y me agache casi hasta el suelo para poder soportarlo.
—Compre una bolsa de agua caliente. Espero que sea de ayuda —levanto mi cara de las rodillas, y me percato de cómo la mostraba—. La llenaré cuando estemos en casa de Sun-hee.
—¿Sun-hee?
—Es una de tus amigas. De hecho está dormida en el auto.
—Debemos irnos, ¿ya te encuentras mejor? —vuelve a hablar tiempo más tarde.
Permanezco un rato más en la misma posición, y extiendo mi mano hacia su dirección para que me ayudara a levantarme. Solo que en vez de hacerlo, se agacha al igual que yo, y me carga lentamente.
Me aferro a su chaqueta como si fuera mi ángel guardián, y dejo que se encargara de llevarme de nuevo hasta tu coche.
Al momento de estar frente a la puerta, la abre no se de que manera, y se las ingenia para depositarme en el mismo asiento en el que venía. Abrocha el cinturón de seguridad, y regresa a su lugar para seguir conduciendo.
Aunque deseaba poder mantener mis ojos abiertos para cuando llegáramos a casa de la chica, sinceramente lo veía imposible. Mis párpados poco a poco se fueron cerrando hasta caer en un profundo y relajante sueño.
UN SONIDO TAN MOLESTO hace que despierte de golpe y me dé cuenta de que se trataba de mi alarma. Tenía que ir a trabajar.
—Ay no —reniego y pataleo las cobijas de la cama—. Es muy temprano. —Me acerco hasta la luz tenue del celular y apago la alarma.
En cuanto los recuerdos de la noche anterior pasan por mi mente, me quedo quieta, y trato de concentrarme para recordar mejor lo que sucedió.
—Ay no puede ser —murmuro en español.
Considerando que me encontraba en casa de Sun-hee, busco el modo de encender la luz de la lámpara que estaba sobre el buró, y así prepararme para ir al trabajo.
Cuando lo consigo, me levanto de la cama con un enrome dolor de cabeza; y me dirijo hasta el armario para sacar una de las mudas de ropa que tenía en esta casa.
Entro al baño con la intención de darme una ducha, pero al tocar mi ropa para desvestirme, me doy cuenta de que traía puesta una pijama.
Y ¿mi vestido?, ¿en qué momento me lo quite?
—¿Es posible que...? —Me callo de pronto al pensar en la posibilidad de que Seong-jin me haya desvestido y puesto la pijama—. No, de ninguna manera. Lo tuve que haber hecho yo.
Sin darle más vueltas al asunto, me quito la ropa y doy un relajante baño.
Cuando termino, me visto, cepillo mi cabello y dientes, y salgo de nuevo a la habitación para acomodar bien la cama.
Solo que al estarlo haciéndolo, sale volando una bolsa de agua caliente para los cólicos. Ahí es cuando recuerdo otra parte más de lo sucedido en el centro comercial.
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Idiomas Destinados
RomanceOlivia, una chica cuyo sueño era emprender un viaje al país que desde años admiraba, consigue cumplirlo después de trabajar y sacrificarse por años. Lo que no sabe, es que su vida tendrá un giro inesperado que ni ella misma logrará imaginar. ¿Qué...