Capítulo 16

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—Bueno..., en realidad solo vine a dejar un pedido —hago saber.

—¿Pedido? —frunce el ceño al no entender.

—Un pastel. De hecho debe de estar tirado por ahí, en alguna parte.

—¿Desde cuando empezaste a trabajar? —cuestiona con suma curiosidad mientras se cruzaba de brazos.

—¡Seong-jin!, por Dios. Deja de preguntar y ayúdame. —Me quejo de mala gana y estiro mi brazo para que lo tomara.

Pero en vez de eso, observo cómo quita su gabardina color beige de encima y la pone sobre el acera.

Justo ahí, fue cuando entendí lo que pretendía hacer.

—Que... ¿qué estás haciendo? —pregunto desconfiada a que mis sospechas fueran a ser ciertas.

—Quieres que te saque de ahí ¿no es cierto?, entonces eso es lo que voy a hacer. —Da el informe, antes de sentarse sobre el mural de ladrillos.

—Si, pero no quiero que. —Ni siquiera me deja acabar cuando se sumerge con cuidado al agua para no salpicar o empaparse de más.

La verdad me sorprendió mucho como se había mojado solo hasta las rodillas. Claramente debí olvidar lo alto que era.

Sin perder tiempo, da dos pasos para acercarse a mí, pero retrocedo cuando siento que pone sus manos a los costados de mi cintura.

—Lo siento. —Se aclara la garganta—. Pero solo así podré cargarte para que llegues hasta arriba.

Dudo un poco en lo que me dice pero al final cedo. Sabía que si me negaba no habría otra manera.

Me quedo quieta, y le doy permiso para que pusiera sus manos de nuevo en mi cintura y me levantara con un solo impulso; haciéndome sentar en el mural.

Tan pronto como lo hace, da un paso hacia uno de mis lados para tratar de salir él ahora.

Aunque, con un fácil movimiento que realiza con sus manos y la fuerza de su cuerpo, logra estar en el exterior en cuestión de segundos.

—Aún no me has dicho cómo es que terminaste ahí dentro —curiosea por saber, mientras se ponía de pie y caminaba hasta su gabardina, para depositarla luego encima de mí.

—La cuestión es... —trato de explicar pero la voz agitada de alguien más me roba la palabra.

—Ay no, perdón, lo siento mucho. —Se disculpa la chica del pedido haciendo varias referencias—. Jamás imaginé que fuera a pasar esto.

—¿A qué te refieres? —intenta saber Seong-jin.

—Que mi plan saliera mal —comienza a explicar—. Pedí un pastel para Xi-heon, pero como no quería entregárselo personalmente le dije a ella que se lo diera. —Se detiene un momento y fija su mirada en mí—. Por cierto, ¿qué fue lo que dijo?, ¿por qué reaccionó de esa manera?

—Bueno... —dudo por un momento en confesarle la verdad de las cosas, pues no tenía palabras para explicarle lo grosero que había sido conmigo—Insistí mucho para que aceptara el pastel..., de tal modo que al rechazarlo me dio tanto enojo que se lo estampé en su espalda.

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