Si me pidieran que describiera la cabaña que tenía frente a mí en una sola palabra, diría que fantástica.
Sin embargo, es mucho mejor poder describir todas aquellas cosas que por ahora solo me permitían ver las luces exteriores como las interiores con las que contaba el lugar, sin dejar fuera la de la luna.
Si bien, la fachada delantera que mostraba la casa, eran sus dos grandes torres de doble piso en forma de hexágono, una por cada lado entre la entrada principal.
Y esto, sin contar que toda la vivienda se complementaba por tener su estilo único de madera, y por sus innumerables ventanales con terraza.
Por último, y lo que hacía darle un toque más bonito, era el jardín que se hallaba en toda la parte delantera de la estancia.
Sin duda alguna, me sentía como si anduviera metida en un sueño.
—¡Oigan!, ¡ustedes dos! —Los gritos de Chul-moo me sacan de mis pensamientos—. ¿Quieren ayudarme? —Se queja desde la parte trasera del auto.
—¿Con qué? —cuestiono mientras caminaba hasta él.
—Con sus maletas.
Oh, así que él había ido a recogerlas.
—Claro. —Me ofrezco a tomar la mía en cuanto la saca de la cajuela.
—¡Seong-jin!, ¡ven acá! —grita de nuevo para llamar la atención del chico.
—¡Es solo una pequeña maleta!, ¡puedes traerla tú! —alza la voz sin dejar de caminar a la entrada de la casa.
—Tss. Desgraciado —susurra, para luego bajar el dichoso equipaje de su amigo y cerrar la cajuela.
Al entrar por la puerta principal, quitamos nuestros zapatos y nos adentramos al lugar.
Lo primero que ven mis ojos, es la cocina y un sofá rojo de cuero que estaba posicionado en una de las paredes.
—Chul-moo, muéstrame cuál será mi habitación —escucho hablar a Seong-jin desde algún lugar, hasta dejarse aparecer frente a nosotros.
—También la mía —pido.
—De acuerdo —sube los brazos a la altura de sus hombros y abre paso por una escalera.
—Seong-jin, este es tu dormitorio —señala a una puerta de madera—. Y ese de allá será el tuyo Olivia —señala la última puerta del fondo.
—Gracias —inclino un poco mi cabeza para agradecer—. Iré a descansar un rato.
—Cenarás primero —menciona Seong-jin.
—Amm, bien, entonces tomaré un baño —hago saber y me adentro al cuarto.
Dejo la maleta sobre la cama y le hecho un vistazo a mi alrededor.
Como en toda la casa, las paredes no estaban pintadas. Si no que dejaban al descubierto la madera natural.
Asimismo, habían algunas lámparas pequeñas pegadas en las paredes, y un lujoso y elegante candelabro de cristal colgado sobre el techo, que esté a su vez, me brindaba buena iluminación.
La habitación la sentía muy acogedora, puesto que solo se hallaba un armario, una puerta que suponía que debía ser el baño, otra más para salir a la terraza, un peinador, un pequeño sillón en una esquina, y por supuesto, la cama matrimonial.
Inhalo con fuerza y abro la maleta para sacar el conjunto de una pijama. El pantalón era largo al igual que su respectiva blusa, y tenían un color rosa claro con estampado de cerezas pequeñas.
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Idiomas Destinados
RomanceOlivia, una chica cuyo sueño era emprender un viaje al país que desde años admiraba, consigue cumplirlo después de trabajar y sacrificarse por años. Lo que no sabe, es que su vida tendrá un giro inesperado que ni ella misma logrará imaginar. ¿Qué...