Capítulo 15

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Sin duda alguna podía decir que todo lo que acaba de pasar hace algunos minutos, aún nos tenía perplejos a todos.

Cada uno de nosotros teníamos la vista puesta hacia la cima de la escalera, sin saber muy bien que decir o hacer en una situación cómo está.

—Al parecer él era su expareja ¿verdad? —Young-soo se anima a romper el hielo y así tratar de confirmar sus sospechas.

—Así es —afirma Gyeong-hui cruzada de brazos.

—Está loco.

—Lo sé —apoyo—. ¿Deberíamos..., ir con ella?

—Por ahora lo mejor sería dejar que se calme un poco —sugiere Dong-yul.

—De acuerdo. Esta bien.

—Chicos, lamento recordarles esto de nuevo, pero nos irá mal si no llegamos a tiempo a la sesión.

—Oh, Young-soo tiene razón, deberían irse ya; no queremos que se vayan a meter en problemas por eso — exclama Gyeong-hui con preocupación.

—Bueno entonces nos vamos, espero que Sun-hee pronto se sienta mejor.

Después de los buenos deseos de Dong-yul, los tres se despiden y abandonan la casa, dejándonos solas a mi compañera y a mí en medio de todo el silencio.

Por un momento me paso por la cabeza subir a preguntarle a Sun-hee como se encontraba, pero decidí que mejor lo haría luego de que Gyeong-hui y yo termináramos de limpiar la cocina, así le daría un poco más de tiempo para que se tranquilizara.

UN SUSPIRO SE ESCAPA de mis labios mientras bajaba de las escaleras. La desesperación e impotencia que sentía al saber que Sun-hee no ha había salido de su cuarto en todo el día, ni siquiera para probar bocado, me estaba torturando.

— ¿Y bien?, ¿qué pasó? —cuestiona de inmediato Gyeong-hui al verme llegar al salón.

—Me dijo que no quería cenar, y que no desea hablar con nadie.

—Ay Olivia ¿qué podemos hacer?, no quiero que siga así.

—Y yo tampoco quiero que siga así, y menos por un hombre como él, que no vale la pena —digo en cuanto me siento en uno de los sofá para hacerle compañía a  Gyeong-hui.

—Lo sé. Y ¿sabes que creo?, que Sun-hee ha estado aparentando todo este tiempo que no le afecta en absoluto lo que le hizo ese tipo, pero la verdad es que si.

—No, estoy casi segura de que ella estaba sobrellevando muy bien su situación, pero recayó en cuanto ese chico vino hasta aquí a decirle todas esas cosas —doy un soplido con coraje—. Y ahora no sabe que hacer porque está confundida.

—Olivia tenemos que hacer algo, te imaginas si cae en una depresión.

Esta vez no le respondo, tan solo me limito a poner a mi mente a trabajar para buscar una manera eficaz que la pueda ayudar a salir del pozo en el que la hundió ese infeliz.

—¿Donde está Sun-hee?

La voz de Seong-jin hace que salga de mis pensamientos y gire mi cabeza para verlo.

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