Capítulo 5

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Cuando finalmente decido dejar a un lado las preocupaciones, trato de prestar atención a lo que decía Sun-hee y de paso ver cómo se encontraba vestida, ya que fue algo que no había hecho desde el principio.

—Bueno eso lo veremos después, ahora tienes que vestirte lindo para ir a una fiesta conmigo —suelta una sonrisa emocionada y se acerca a mí para mover mis hombros con sus manos tratando de animarme.

Ella estaba vestida con un hermoso vestido corto color rojo que hacía resaltar su piel blanca, y además llevaba unos tacones negros de estatura moderada que se le hacían ver muy bien. Finalmente, su largo cabello negro lo tenía amarrado en una coleta alta encima de su cabeza dejándole ver a la perfección una pequeña gargantilla en su cuello.

—Tenía pensado ir a dormir. Además, no me traje ropa bonita para fiesta, solo me traje lo más básico de México.

—Si ese es el problema, no te preocupes; yo tengo ropa de muchos estilos que de seguro te ha de quedar a la perfección. Así que anda, vamos a mi casa. —Me toma de una de mis manos y me dirige hasta la puerta.

—De acuerdo, solo deja traigo algunas cosas. —exclamo, y de inmediato me dirijo hacia mi habitación para traer mis llaves y mi bolso—. Ni me vayas a decir nada porque iré vestida así a tu casa, ¿escuchaste Sun-hee? —La apunto con uno de mis dedos amenazándola cuando me dirijo de nuevo hacia ella.

—Está bien. No tenía pensado hacerlo. —La escucho decir a mis espaldas mientras cerraba la puerta de la casa.

DESPUÉS DE HABER perdido la cuenta de cuantos vestidos me probé, al fin había encontrado algo a mi medida y que en verdad me sentaba bien. Llevaba puesto una falda café oscuro que llegaba a mitad de mis muslos y una blusa de gasa color crema, todo esto combinándolo con un gran saco del mismo color que la falda y unos tacones pequeños del mismo color que la blusa.

En realidad, no sentía como si estuviera tan elegante pero tampoco tan sencillo, simplemente sentía que estaba perfecto para mí.

Desenredé un poco mi cabello suelto y puse solo un poco de maquillaje en el rostro para no demorar demasiado. Pronto ya habíamos salido de la casa dirigiéndonos al lugar donde sería la dichosa fiesta.

Y aunque sinceramente imaginaba una fiesta tranquila en una casa, me sorprendí cuando llegamos en su lugar a un antro enorme casi repleto de personas.

—Sun-hee. —Me quejo desplazando su nombre—. Pero si esto es un antro.

—Claro, ¿qué pensabas? —toma una de mis manos y empieza a abrir paso entre las personas, adentrándose cada vez más al lugar.

Ay no puede ser, ¿pero cómo es que me vino a traer aquí?, sentía que no pertenecía a estos lugares o ambientes, y mucho menos de socializar.

—Toma. —Sun-hee me grita para que escuche, y me entrega un vaso de cristal con líquido después de habérselos quitado a una camarera que entregaba bebidas.

—Gracias. —Le hago saber a pesar de que no tenía la intención de darle tan siquiera un trago.

—Ven, iremos a la segunda planta del lugar donde hay menos personas.

Al decir esto, ella se empieza a mover de nuevo y yo solo la sigo sin perderla de vista. Luego empezamos a subir a una lujosa escalera y llegamos a un lugar donde efectivamente no había tantas personas y donde el ruido de la música era menos.

De alguna manera tenía que ser especial, había menos personas que abajo, pero eso podía ser porque preferían divertirse y bailar a estar platicando en una mesa o sillón de los que había aquí arriba.

Además, era aún más agradable porque todo era más tranquilo. Casi la mayoría de las personas se encontraban bebiendo o platicando en las mesas que había alrededor del lugar o en la barra de bebidas que estaba al fondo.

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