11. Negotiations

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📍 Ontario, Canada | 24 de Junio de 2020.


Elena P.O.V.:

—¿Cómo puedes decir eso? —dije, mientras lo veía con ironía aún caminando por el asfalto—Retráctate.

—Acepta que yo soy el interesante de esta amistad.

Negué, todavía terca y cruzándome de brazos—Lo lamento, yo soy la más interesante. ¿No viste que soy la payasa de esto sin nombre?—apunto a ambos—Sin mi, tu vida sería tan tranquila. No tendrías a quien te de dolor de cabeza como yo.

Sonrió divertido—Mi hermoso dolor de cabeza.

—Romántico—exclamé alabada, batiendo mi cabello y ambos reímos por la importante discusión que hablábamos.

¿Quién dijo que estás conversaciones no eran serias? Eramos negativo más negativo, da positivo. Dos idiotas que se gustan hablando de temas importantes como esto.

Esto era lo que necesitábamos desde hacía algunos años, bueno más yo.

La cena transcurrió de forma agradable y demasiado bien para ser de dos adultos de 40 y 39 años que seguían siendo dos niños internamente mientras que la comida elegante acompañó la velada. Después de largas pláticas que se basaron en algunas cosas sin sentido u otras que eran de temas que nos interesaban y tenían cierto sentido en lo que transcurría entre nosotros dos desde hacía un tiempo.

La calidez se escurrió entre mis dedos y bajé mi mirada al ver su mano tomando la mía. Los nervios se dilataron con cierta intensidad a lo que jalé mi brazo fuera de su tacto, pero la sostuvo con un poco más de fuerza y lo miré obvia, sin antes dar un vistazo rápido a alrededor.

—¿Qué haces? —murmuré nerviosa, y él caminaba de lo más tranquilo.

¿Y este no se alarma de que posiblemente nos vean juntos en algún momento?

Nos va a meter en un escándalo que no quiero.

—Cálmate, haz como si no pasa nada—contestó de regreso en el mismo tono, jalándome a sí y chocando hombro con hombro o más bien brazo con hombro.

—No quiero meterte en problemas.

—Cálmate.

—No me digas que me calme, me preocupas más—chillé por lo bajo y se rio, a lo que le pegué en el hombro suavemente—Jamás le digas a una mujer que se calma. Aunque creo que debes saber eso, estuviste casado.

—Solo quiero caminar contigo a tu casa, eso es todo. Como una persona normal.

—¿Normal? —lo miré de reojo con diversión—Nosotros no somos normales.

—Tú eres la rara.

—Hey, pero me amas ¿o no es así? —cuestioné interrumpiéndolo con una pequeña sonrisa petulante—Porque si no, deberías retractarte de las palabras que dijiste esta mañana.

Queens Of Noise ||  Moreau's ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora