🍞Día 5: Dudas/Miedos🍞

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Ya tenía tres meses y medio de embarazo cuando sucedió.

Caminaba de un lado al otro, pretendiendo ser lo más normal posible, pero claro, un chico joven sudando, yendo un lado al otro con una mueca muy acentuada en su rostro era lo más normal del mundo, sí.

Otabek le seguía con la mirada, en silencio. Estaba seguro de que si abría la boca vomitaría, ya que estaba mareado de verlo caminar.

Su padre, en cambio, ya estaba K.O en el piso, siendo ignorado totalmente por el joven. Era mejor así, no estaría molestando como lo hacía desde que llegó ahí.

-...Soldado...—Llamó, tratando de detener su absurdo andar, pero este no le prestó atención—...Yura.

¿Porqué estaba así? Porque su padre/madre no estaba en casa.

Yuuri había tenido que salir por una una emergencia con Seung, al parecer lo habían rechazado o algo así y él iba a ser de ayuda para aliviar su tristeza.

Pero al hacerlo, dejaba al menor en el peor momento de su estado.

-...Beka ¿Y si mejor...lo interrumpo? —Dijo, deteniéndose después de varios minutos de caminar de un lado al otro.

-...¡¿Ah?! —Tanto el kazajo como el ruso mayor exclamaron. Nada más oírlo hizo que Viktor se despertase.

-...Bueno, aún estamos a tiempo...—Bajó su mirada un poco—...Traer un bebé ahora en este tiempo, con el mundo como está ahora, tan peligroso...—Hizo una mueca—...No me parece buena idea.

-...Pero ¿Porqué ahora dudas? —Enarcó una ceja—...Estabas tan emocionado con la idea del bebé que...

-...Es que...Mira Beka...—Se acercó un paso—...Nosotros somos muy jóvenes para un bebé ¿Qué crees que dirán nuestros amigos? ¿Nuestros conocidos? —Su expresión se tornó afligida—...Tendríamos que dejar el patinaje y todo por lo que hemos luchado desde uff...—Suspiró pesado y puso una mano en su vientre—...No quiero que todo se acabe por un desliz, Beka.

El kazajo suspiró pesado y pasó una mano por su rostro. Tenía que estar en calma si quería que el rubio no hiciera algo contra su integridad física o peor, la del bebé.

Puso una mano en su mentón y pensó un momento hasta tener una idea que le diese el suficiente tiempo al japonés para regresar y poner todo en orden.

-...Ven Yura, sentémonos un momento para contemplar los pro y los contra ¿Te parece? —Propuso, tratando de acudir a su raciocinio. Claro, si es que aún lo tenía.

-...Está bien...—Asintió. Eso sorprendió a los dos mayores, puesto que el tigre siempre estaba en contra de cualquier forma de comunicación que tuviese temas serios de por medio.

Viktor se puso de pie y siguió a la pareja hasta el comedor. Admitía que había sido buena idea, pero no sabía cuanto distraería a su hijo.

Solo esperaba que su Yuuri llegara pronto.

Con un vaso de leche, un plato con galletas integrales, una libretilla y un bolígrafo, los tres tomaron asiento y comenzaron con la discusión.

-...Muy bien, soldado. Cuando quieras...—Asintió y se preparó para anotar todo lo que dijese.

Yuri pensó un poco antes de empezar a contar todo lo que aquejaba.

El kazajo estaba sorprendido ante varias de las cosas que decía. No creyó que fuese tan inseguro. Uno a uno anotó cada pro y cada contra, hasta que pasaron las horas y finalmente regresó el japonés.

-...Lamento tardar, Seung estaba muy mal y tuvimos que hacer mucho para calmarlo...—Suspiró, dejando su abrigo en el perchero de la entrada—...¿Chicos? —Parpadeó confundido al no escuchar nada. Entró de lleno en la casa y los buscó—...Emmmm...¿Qué pasa aquí? —Preguntó, una gota de sudor bajaba por su frente al verlo así, como si estuviesen en una junta de empresa.

-...Ah, Yuuuuuri~ —Viktor se levantó rápido y se le acercó a llenarlo de besos. Estaba tan sumergido en la conversación que no se percató de su presencia.

Y se dió un golpe mental por ello.

-...¿Ya me van a decir que está pasando aquí? —Recibió cada beso, sin dejar de mirar a la joven pareja.

-...Danos un minuto, cerdo...—Dijo el rubio—...Y otro contra, ni tu ni yo vamos a querer cambiar pañales, Beka...—Hizo una mueca de asco.

-...Muy bien, explíquenme ya...—Suspiró y se sentó en la silla que había ocupado su esposo con anterioridad—...No me está gustando lo que estoy escuchando ¿De qué me he perdido?

-...Pues...—Otabek miró de reojo al rubio que jugaba con sus pies—...Yura ha estado un poco...paranoico con todo esto del bebé y sus cuidados.

-...Yo creo que es mejor interrumpirlo y regresar a nuestra vida normal...—Suspiró el rubio y pegó su frente a la mesa.

-...Lo que estás diciendo me hace enrabiar, Yuri...—Los ojos verdes se abrieron grandes ante la sorpresa.

Todos en el mundo son conscientes de que, cuando una madre usaba su nombre sin motes ni cariños de por medio, significaba que era realmente serio y que posiblemente estuviese muy enojada.

Yuuri funcionaba exactamente igual.

-...Cerdo...

-...No. Nada de cerdo...—Gruñó y le miró, quitando sus lentes. Joder, sí que estaba muy cabreado—...¿Crees que esto es un juego que simplemente puedes terminar y ya? —Azotó sus manos en la mesa, haciendo que diese un brinco en la silla—...Estamos hablando de una vida inocente, Yuri. Es tu futuro, es el futuro de ambos...—Miró al kazajo también—...Sí, puedo entender que se les haga difícil muchas cosas, pero es normal ya que son primerizos y tienen que aprender a superarlo. Los dos, juntos...—Pasó una mano por su frente—...¿Has pensando en como se sienten aquellos que quieren tener la oportunidad que se te dio, jovencito? —El rubio tragó duro y negó—...Exacto. Así que es momento de tomar los miedos y las dudas para transformarlas en la fuerza que los ayudará a seguir con esto.

-...Pero...

-...Yurio, eres fuerte ¿No? Eso es lo que siempre dices...—Sonrió y acercó su silla, tomando sus manos—...Ahora es que puedes demostrar esa fuerza de la que te jactas y así poder contarle a ese bebé que su papá es genial ¿No crees?

Yuri pareció pensarlo por varios segundos antes de sonreír y asentir efusivamente.

-...¡Seré el jodido mejor papá de la historia! —Se levantó rápido y luego enverdeció.

Terminó corriendo al baño, seguido de Otabek.

Yuuri solo suspiró y negó. Ese niño era un caso perdido pero igualmente seguía queriéndolo.

Después de todo, era su deber como madre el enseñarle y cuidarlo hasta cuando pereciera.

El Pan Del Tigre #AgostodeM-Preg2022 [Otayuri] 🍞Terminado🍞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora