El Pan Del Tigre #AgostodeM-Preg2022 [Otayuri] 🍞Terminado🍞

🍞Día 20: Pañal🍞

Nada preparó al kazajo para eso.

Después de comprar unas cuantas prendas para Aleksey, tranquilamente fueron al hospital. Sin embargo esperaban ver a los dos donceles observando fijamente al bebé que se pasaban el uno al otro con una mueca en sus labios.

-...Emmmm...—Llamó la atención de ambos—...¿Qué está pasando?

-...Tu hijo se cagó.

-...¿Eh?

-...Que se cagó tu hijo, Beka.

-...¿Y ahora es solo mi hijo? —Enarcó una ceja mientras se cruzaba de brazos.

-...Salió de tus bolas ¿No?

El rojo subió a las mejillas del kazajo quien carraspeó para disimularlo. Había olvidado que su pareja era así de sin vergüenza.

-...Dámelo, ya lo cambio yo...—Se acercó a tomar al pequeño.

-...¿Siquiera sabes como hacerlo, Beka? —Yurio ladeó el rostro, viéndole colocar al bebé sobre una pequeña mesilla, mientras el japonés le acercaba un pañal limpio.

-...No, pero para algo están los tutoriales de YouTube ¿No? —Dijo y tomó aquello, sacó su celular y buscó entre los millones de videos el que se le hiciese más fácil.

Era sorprendente que acudiera a eso, la verdad.

Bien, el primer paso era retirar el pañal sucio. Parecía fácil, pero en realidad se le complicó al pelinegro ya que sus dedos no lograban soltar los costados de aquel material extraño que desconocía y que empezaba a odiar muchísimo.

-...Aish...—Mila rodó los ojos y se acercó para ayudarlo a desprenderlo. Gracias a Dios ella tenía uñas largas.

El kazajo le agradeció con un sentimiento de cabeza y siguió con su labor.

Madre mía Willy.

Sus ojos se enfocaron en el rubio que yacía sentado en posición india, observándolo fijamente.

-...¿Qué?

-...¿Qué demonios le diste a Aleksey? —Preguntó entrecerrando su mirada, en sus labios un muy marcada mueca de desagrado apareció—...Pareciese que comió lentejas, iugh...—Desvió su mirada y trató de envolver aquello rápido para no tener que seguir viéndolo y a su vez, sin tratar de embarrarse en el proceso.

-...Bueno, ya que solo está ingiriendo leche, hace que su popó sea así...—Dijo Seung, quien portaba cubrebocas.

Ah ¿Mencioné que el olor no era muy agradable que digamos?

Jean fingió desmayarse, cayendo en los brazos de la pelirroja, quien apenas y podía sostenerlo. No lo veían, pero el coreano sonreía un poquito.

El segundo paso era limpiarlo hasta que no hubiese residuos en la zona. Tragó duro mientras sacaba una toallita húmeda para hacer aquello. Teniendo en cuenta lo había en el bulto en la mesa, la zona sucia era bastante grande, y era difícil de hacerlo. Volvió a tragar duro y comenzó a limpiarlo con cuidado de no lastimar sus genitales.

Yurio se estaba deleitando con el sufrimiento de su pareja. No se comparaba con el dolor de haber dado a luz, pero por lo menos era como una pequeña recompensa para él.

Otabek tuvo que usar tres toallitas más para dejarlo totalmente limpio. Suspiró aliviado y dejó aquello junto al pañal que ahora estaba dentro de una bolsa plástica. Tercer paso, colocar el talco. Gracias a Viktor tenían uno. Tenía que ser cuidadoso, ya que no podía colocarle demasiado o podría ser molesto para él.

Revisó la tapa del frasco y la abrió. Dejó caer un poco en su mano y lo esparció en ambas para luego comenzar a aplicarlo por la delicada piel de su hijo. Una vez estuvo satisfecho con su trabajo, siguió viendo el video.

El cuarto paso era colocar el pañal nuevo. El mayor desafío para el kazajo. Sus manos temblaban mientras tomaba aquello y lo acercana a donde su hijo le miraba con curiosidad, agitando sus bracitos para intentar quitárselo. Tomó sus piernecitas y con cuidado lo elevó lo suficiente para colocar el pañal debajo y así poder colocárselo. Tardó mucho ya que no entendía la forma de aquello, pero lo logró, y aunque se caía de un lado porque no estaba bien ajustado, por lo menos funcionaba para su propósito principal.

Orgulloso de su trabajo, llevó al pequeño con Yuri, quien trataba de no reír. Por lo menos se había ganado ese mérito, porque de ser él, seguro se hubiese cabreado y no lo habría logrado.

-...Bueno, por lo menos lo cambió...—Habló Viktor después de que el chico saliera a deshacerse de los desechos.

-...Sí...—Asintió el rubio mientras jugaba con las inquietas manitos del bebé—...Deberías aceptar a Beka, anciano. Después de todo nos casaremos en cualquier momento.

-...¿Y? —Enarcó una de sus albinas cejas—...Aunque de él haya salido el nieto más bonito del mundo, no lo voy a aceptar...—Se cruzó de brazos con el labio echado hacia fuera a modo de puchero.

Sin duda alguna el ruso era demasiado infantil para su edad.

Luego de eso, los siguientes días que pasaron Otabek se encargó de limpiar y cambiar al pequeño Aleksey. En ocasiones lo había bañado e incluso se había atrevido a cambiarle su ropita. Para el rubio era mil veces más atractivo de lo que era antes de tener al bebé.

Ahora se veía más masculino.

-...Soldado, si no dejas de mirarme me vas a desgastar...—Sonrió de lado. Estaban solos en la habitación, ya que Yuuri quería que revisaran su cuerpo para saber si estaba en óptimas condiciones de poder engendrar.

-...¿Te había dicho que eres malditamente guapo? —Dijo, sacando de onda al kazajo—...Como quisiera arrancarte los pantalones y comer lo que tienes entre las piernas, Beka.

La sinceridad del rubio sorprendió y avergonzó al kazajo.

-...No me tientes Yura, aún no podemos y lo sabes...—Desvió su mirada.

Su pareja también había cambiado. Se veía más lindo y aunque su cuerpo estaba más esbelto que antes, seguía siendo el gatito gruñón del que se enamoró

Aunque al parecer ese gatito estaba deseoso de tomar su leche desde la fuente misma.

-...No deberían hacer esas cosas...—Seung tocó la puerta, sacándolos de su burbuja lujuriosa—...Y menos con la puerta abierta.

-...Ah, tío Seung...—Yuri suspiró y se sentó mientras el coreano le arrebataba el bebé a su novio—...Oh...—Sus ojos se entrecerraron al ver también a Jean entrando en la habitación—...¿Vinieron juntos?

-...Nos topamos en la entrada...—Dijo el americano, visiblemente de mal humor.

Uy. Que buen momento para joderlo muchísimo ¿No?