🍞Día 26: Extractor de leche🍞

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Aleksey ya había cumplido un mes y Mickey al final tuvo bastante razón al respecto del malestar nocturno del pequeño.

Estaba más inquieto en la noche y a veces los asustaba con su llanto a medianoche.

Al segundo mes, Aleksey seguía malito con los cólicos, pero ya no lloraba como cuando estaba empezando con ello. Afortunadamente, al tercer desaparecieron y pudieron descansar nuevamente. Poco a poco el apoyo de los demás se fué haciendo innecesario, hasta llegar al punto en que Seung era el único que iba a y venía a ver a su ahijado, porque sí. Yuri le pidió que fuese el padrino del niño y obviamente, Jean también lo sería.

Pinche J.J.

El cuarto mes no dudaron en presumir a su hijo, incluso le habían comprado una pequeña chaqueta de cuero y uno lentes oscuros para cuando iban a dar un paseo por el parque o el centro se la ciudad.

Sin duda, ver a la pareja junto al bebé más bonito del momento, los hizo el inmediato centro de atención. Muchas chicas se acercaron a ver al pequeño, quien con gusto recibía los obsequios que algunas le daban, incluso se hizo amigo de otros bebés.

Yuri disfrutó mucho ver que tantos estilos de peinado tenía su hijo al quinto mes. Al parecer sería como él, ya que el pelo le estaba creciendo muy rápido. Ojalá fuese igual de sedoso que el suyo y que no se le antoje tener el peinado de su padre porque sería muy difícil tener un mini Otabek. Por lo menos tenía que heredar de él algo más que sus ojos.

Ahora, una semana después de que el pequeño cumpliera los seis meses, volvía a encontrarse con esa cosa que le daba vergüenza y rabia.

-...No deberías tener esa mueca...—Yuuri rió mientras revisaba las instrucciones del aparato—...No es como si te fuera a quitar el-

-...¡Ya sé! —Exclamó sonrojado—...Pero es que...—Volvió a hacer la mueca, sosteniendo aquello en sus manos. Aleksey los observaba desde su corralito, abrazando con mucha fuerza aquel conejo de peluche al cual parecí querer arrancarle las extremidades.

-...Nada...—Rodó los ojos—...Sabes que es lo mejor para cuando nosotros queremos pasear con él.

-...Pero-

-...¿O es que acaso no quieres un tiempo a solas con Otabek-Kun? —Enarcó una ceja.

Las mejillas del rubio se tiñeron de un leve rosa mientras por su cabeza pasaban mil y un ideas de todo lo que podía ocurrir en ese par de horas.

Maldición, el tipo era realmente muy convincente.

-...De acuerdo...—Cedió. Yuuri sonrió de lado—...Pero que quede entre nosotros.

-...¿Y como para qué debería de hablar al respecto con alguien más? —Una gota de sudor bajó por su frente—...No es un buen tema de conversación.

-...Solo te advierto...—Gruñó y levantó su camisa, acercando aquello a su pecho.

Jadeó cuando sintió el frío en su piel y tomó un largo respiro para concentrarse por lo que estaba a punto de hacer. Tomó la blanca palanca y la movió.

La succión y el leve chorro blanco lo hizo volverse tan rojo como sangre. Yuuri había desviado su mirada al pequeño, tratando que soltara el pobre peluche. El rubio cerró los ojos  y continuó la extracción.

Nadie en su corta vida le hubiese hecho pensar que algún día iba a usar uno de esos. Y menos que fuera su padrastro quien se lo entregara. Ya lo había intentado en el hospital y no había funcionado, pero ahora necesario y solo por ello lo estaba utilizando.

Sino hubiese mandado ese aparato del demonio a la mierda hace rato.

Ahora solo esperaba que su novio no bajara y lo viera en esas condiciones, le daría mucha vergüenza.

Pero claro, la vida no le sonrió y le envió a su padre y al mejor amigo de su novio.

Genial. Imbéciles al cuadrado.

-...Caramelo de chocolate, empápame así. Como un pionono de vitrina, enróllame así. Con azúcar en polvo, endúlzame, y es que tú eres mi rey. Qué lindo eres tú, eres mi bebé. Mi bebito Fiu Fiu~ —Canturreaba el albino felizmente—...¿Dónde está mi hermoso nieto~? —Su sonrisa pasó a ser sorpresa al verlo.

¿Porqué la tierra no se lo tragaba y lo botaba en Halo? Por lo menos ahí los Flood se lo cenarían rápido.

Con mucho dolor, pero lo harían rápido.

-...Uy, esos pezones...—Se burló Jean, haciendo que rápidamente bajara su camisa y le gruñera—...Ahora entiendo porque Otabear está encantado contigo.

-...Por eso y por otras cosas más, Jean...—La voz de su pareja solo lo hizo querer hundirse en el sillón y no salir nunca más—...Yura ¿Porqué estás tan rojo? —Enarcó una ceja, sentándose a su lado.

-...Se estaba ordeñando...—Dijo el pelinegro, confundiéndolo—...Ya sabes...—Trató de hacer la mímica de lo que el rubio había hecho.

Claro, Otabek seguía sin captarlo.

-...Yurio se está extrayendo leche...—Explicó Yuuri, ya que Viktor seguía impactado y el otro no ayudaba—...Vamos a salir con Aleksey y necesito un par de biberones con leche por si acaso.

Los labios del kazajo formaron una O perfecta y volteó a ver a su pareja que no miraba y ocultaba algo bajo su pecho.

-...Yura...

-...¡No! —Exclamó y se levantó de golpe, corriendo lejos de ellos.

-...Déjenlo solo...—Dijo al ver como el kazajo hacia amago de perseguirlo—...Si se pone tenso no va a dar leche.

-...Lo dices como si fuera una vaca...—Jean rió por lo bajo.

-...Pues para Alek-Chan lo es...—Sonrió al sentir el apretón en el dedo que le dió el bebé.

-...¿Debería comprarte uno mi Yuuri? —Preguntó mientras lo abrazaba por la espalda.

-...Yo no soy lactante, Vitya...—Rió y le dió un golpecito en la amplia frente—...No lo necesito.

-...Pero lo harás. Juro que lo harás...—Pucheó, quejándose por el golpecito que le dió.

-...Para eso debes embarazarlo, anciano...—Bromeó J.J—...Y no creo que la leche en polvo sirva para ello.

Otabek y Yuuri rieron por lo que dijo, aunque a Viktor no le causó gracia y por ello es que comenzó a perseguir al americano por toda la casa.

Y al final de día Yuri si usó el extractor y sí tuvo su momento a solas con Otabek.

El Pan Del Tigre #AgostodeM-Preg2022 [Otayuri] 🍞Terminado🍞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora