🍞Día 30: Primeros pasos🍞

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-...Pffffff....—Yuri trataba de aguantar la risa mientras el pequeño jugaba con su padre.

-...No me parece divertido...—Gruñó Viktor, cruzado de brazos.

-...Pero lo es...—Siguió riendo—...Bueno, parece ser que le gustó la palabra, así que no se puede hacer mucho, calvo.

-...¡Ahhhhhhhh! —Viktor haló su cabello, fastidiado.

-...Nunca pensé que su primera palabra sería un insulto a Vitya...—Acariciaba la espalda de su esposo, tratando de calmarlo—...Aunque si lo pienso bien, con tantos insultos que oía a diario...—Tembló—...Es mejor que esa haya sido.

-...Yuuuuri...—Se quejó el albino, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

-...Lo lamento, pero es la verdad  Vitya...—Se encogió de hombros y reajustó sus lentes.

-...Yo hubiese preferido que dijera cerdo...—Hizo un puchero—...Pero al parecer le gustó más calvo...—Sonrió de lado.

Como le encantaba ver a su padre así.

Mentalmente felicitó a su hijo.

Heredó su maldad.

-...Con lo rápido que está aprendiendo, no me sorprendería que caminara pronto...—Observó al bebé que gateaba hacia su peluche de abeja—...Se volverá más activo de lo que es, cuando empiece a correr.

De tan solo imaginarlo le daban escalofríos.

-...Ya veremos cuando pase...—Sonrió el rubio—...Debemos ponerlo a intentar caminar. Ya se pone de pie, apoyado en algo, pero lo hace...—Rió el recordar cuando lo vio parado en la cuna, viéndole como si le recriminara por no ir más rápido.

-...Pero aún es muy pronto ¿No crees? —Yuuri ladeó el rostro.

-...Pronto, pfff, está a dos meses de cumplir su primer año...—Se cruzó de brazos—...Si logramos que camine antes de eso, será un milagro.

-...Ha pasado el tiempo demasiado rápido...—Suspiró Viktor, volteando hacia donde el kazajo jugaba con el bebé—...Parece que fue ayer cuando nos enteramos que venía en camino...—Sonrió un poco.

-...Y todavía no apruebas a Beka...—Rodó los ojos—...Nos vamos a casar en un par de meses, supéralo ¿Ok? —Bufó.

-...No es un mal muchacho, pero aún me duele que nos hayas ocultado tu relación con él, Yurio...—Entrecerró su mirada.

-...Conociéndote, sabía que harías un drama y lo hiciste...—Gruñó—...Beka ha estado conmigo desde el principio y va a seguir ahí hasta el final, calvo.

-...Él tiene razón, suegro...—Habló Otabek, llegando hasta ellos puesto que el menor gateaba hasta el rubio—...No pienso abandonarlo a él ni a Aleksey...—Se sentó junto al ruso menor y lo abrazó por los hombros.

-...Cavo...—Señaló Aleksey, siendo levantado por su madre.

Viktor fingió caer como si le hubiese disparado. El bebé solo rió divertido ante ello.

-...Mi niño pronto correrá por toda la casa ¿Verdad? —Hablaba con voz de bebé mientras haloneaba las mejillas del menor que balbuceaba, tratando de tocar su nariz.

-...¿Debemos ir comprando alguna correa de entrenamiento? —Otabek enarcó una ceja.

-...Es un bebé, no un perro...—Frunció el ceño.

-...No, Yurio. Él habla de la que se les coloca a los niños para que no se pierdan cuando salen a pasear o a hacer las compras...—Explicó.

-...Oh...—Asintió al comprender—...Pero no creo que Alek sea tan reboltoso.

-...Lo mismo pensamos de ti y terminamos comprando una cadena e incluso te colocamos un cascabel para que no te nos perdieses...—Viktor tenía una gota de sudor en su frente de solo recordarlo.

-...Patrañas.

-...Mordisqueabas las correas y por la baba se terminaban dañando y cuando menos lo esperábamos, ya estabas perdido...—Negó varias veces—...Diste muchos dolores de cabeza cuando empezaste a caminar, Yurio. Y teniendo en cuenta que mi nieto es la viva imagen tuya cuando eras así de pequeño...—Tembló—...Les sugiero mantenerlo muy vigilado cuando camine.

-...Ya verán los dos que Alek no va a hacer eso...—Hizo una mueca y acarició los lacios cabellos negros de su hijo—...Por lo pronto es ejercitarlo. No quiero que sea un cerdito...—Sonrió y dejó un besito en su frente.

La siguiente semana fué de ejercicios y mimos para el pequeño que intentaba aprender a caminar. Aleksey no entendía que querían sus padres, pero trataba de hacer lo que le mostraban.

Al cumplir once meses, comenzó a dar lentos pasos, apoyado en un sillón, los cuales terminaban por una caída de culo al suelo, el cual era amortiguado por el pañal.

Se frustraba y se quejaba por ello, por lo que terminaba gateando hasta quien lo estuviese vigilando. A veces era uno de sus padres, su tío coreano o su abuelo japonés.

A Seung le daba mucha ternura ver como su ahijado trataba de caminar sin tropezar, por lo que hizo uso de la técnica secreta de todas las madres. Tomó sus manitos con algo de fuerza para que no se cayese y comenzó a inducirle el caminar. Al principio el pequeño le mirara como si fuese un bicho raro, pero luego comprendió de qué se trataba.

Daba pasos torpes y lentos, pero poco a poco avanzó, hasta que llegó el día que ansiaba sus padres y que su abuelo ruso no quería vivir, aunque fuese un bonito recuerdo.

-...¿Qué es lo que necesitamos ver con urgencia, tío Seung? —Preguntó Yuri con su hijo en brazos, el cual tenía un chupón y jugaba con uno de los largos mechones rubios de su madre—...No me digas que es una prueba de embarazo...—Hizo una mueca al ver al americano junto a él.

-...No me jodas...—Jean se sorprendió y volteó a ver al coreano—...Seung...

-...No...—Lo frenó y negó varias veces—...No estoy embarazo...Aún.

-...Ah...—Yurio sonrió de lado—...¿Qué pasa J.J? Al parecer no logras ser lo suficientemente bueno, eh.

-...Auch. Con eso no se juega, minino...—Hizo una mueca—...Además, estoy seguro que Otabear no es tan bueno...—Se cruzó de brazos.

El kazajo cubrió los labios de su prometido y le gruñó al americano, quien se encogió de brazos.

-...Deja a Alek en el piso...—Le dijo al confundido rubio—...Ya verás. Solo hazlo.ñ

Yuri miró a su pareja por unos segundos y dejó al menor en el piso. Alek los miró a todos y luego solo se enfocó en el peluche que el coreano agitaba entre sus manos. Volteó a ver a su madre y señaló al peluche, balbuceando.

-...Sí, ese es abejín...—Asintió.

-...Ponlo de pie...—Habló nuevamente el coreano.

-...Ehhhhh...—Con una gota de sudor hizo lo pedido y lo dejó apoyado en el sillón.

El pequeño se tambaleaba, pero se mantenía en pie. Su mirada nuevamente al peluche y luego de un par de minutos de indecisión y de tratar de calcular el espacio hasta la mesa de centro, Aleksey se comenzó a mover. Los ojos de la pareja se abrieron grandes al ver como con pasos torpes, su retoño se acercaba hasta el coreano, usando la mesa de apoyo, una vez estuvo cerca de ella. Yuuri casi lloraba por el momento que estaban presenciando, Yuri si se deshizo en lágrimas.

Su pequeño en verdad estaba creciendo muy, muy rápido.

El Pan Del Tigre #AgostodeM-Preg2022 [Otayuri] 🍞Terminado🍞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora