El Pan Del Tigre #AgostodeM-Preg2022 [Otayuri] 🍞Terminado🍞

🍞Día 22: Hormonas🍞

-...¿Cómo? —Preguntó, aún sin creerlo totalmente.

-...¡Son seis semanas sin sexo, Beka! —Exclamó muy alterado.

El kazajo se tambaleó hasta caer en una silla que el americano le acercó cuando lo vió palidecer.

-...Ambos son unos exagerados...—Seung rodó los ojos—...Lo hacen ver como si fuera el fin del mundo.

-...Eso lo dices porque no eres tú...—Yuri hizo una muy marcada mueca—...Beka y yo llevamos nueve meses sin mojar el churro adecuadamente ¿Sabes lo feo que es eso? No ¿Verdad? Tú si pudiste seguir follando...—Le miró mal—...Maldito suertudo.

-...Para tu información...—Le gruñó—...No he follado en un año...—Suspiró y bajó su mirada—...No todo es lo que parece, gatito.

Los ojos del americano se iluminaron al oírle.

-...Ay no...—Yuri le miró sorprendido—...Ya tengo que soportar que el idiota este me diga así...—Señaló al oji-azul.

-...¡Ey!

-...Por favor, no lo imites...—Hizo una mueca—...Como sea, no creo poder aguantar tanto tiempo...—Se cruzó de brazos—...Debe haber alguna forma para que nosotros...

-...¡Por supuesto que las hay! —Exclamó Jean, haciendo que se sobresaltara—...Quiero decir...—Carraspeó ya que se escuchó la molestia en un leve quejido del bebé—...Que hay varias opciones. Después de todo, no es necesaria la penetración para saciar el hambre de placer dentro de uno...—Cabe decir que hablaba sin dejar de ver al doncel mayor, quien no se percatsbs de su intensa mirada lujuriosa.

Otabek y Yuri se miraron de reojo, asintiendo levemente al mudo acuerdo de no decir nada ni interponerse entre esos dos.

-...Lo dices como si fueras un experto o algo así...—El rubio entrecerró su mirada.

-...Bueno, Isabela no era fácil de complacer...—Desvió su mirada, rascando su nuca—...Tuve que aprender mucho sobre sexo por ella ¿Ok?

-...Eso es muy considerado...—Seung le miró apenas de reojo y se acercó a la cunita en donde Aleksey dormía para moverla un poco y mantenerlo así, dormido.

-...Lo sé...—Su pecho se infló de orgullo al oírle decir aquello—...Pero, creo que sería mejor esperar hasta que el gatito regrese a casa mejor...—Sugirió—...No queremos que ningún enfermero o enfermera los vean haciendo cochinadas y se traumen ¿Oh sí? —Sonrió de lado y se cruzó de brazos.

-...Yo no tendría problema con ello...—Dijo el menor, sorprendiendo a los tres—...Oh vamos, Beka...—Miró mal a su pareja—...Recuerdas que lo hicimos en el bar en donde trabajaste como DJ después de nuestra primera vez ¿No?

Otabek abrió su boca para refutar al respecto, sin embargo el escalofrío que invadió todo su cuerpo lo detuvo. Lentamente volteó su mirada hacia la abierta puerta en donde un albino sonreía de manera siniestra mientras una de sus cejas tenía un constante tic acompañado por una punzante vena que parecía querer estallar en cualquier momento.

-...¿Cómo...que...un...bar? —El tono que usó para mencionar parte por parte le erizó la piel y le hizo tragar duro—...¡Maldi- ! —Fué chitado por los cuatro, quienes señalaron la cuna con el durmiente bebé—...Uy, perdón...—Se disculpó y carraspeó, volviendo a su furia anterior—...¡Maldito! ¡Te voy a dejar bajín de un putazo! —Murmuró y se abalanzó sobre él, aunque fué detenido en el proceso por su pareja quien apenas y suspiró pesado.

-...¿Cómo les fué, cerdo? —Preguntó para desviar su atención de lo anteriormente mencionado.

-...Bueno, dicen que tengo baja producción de hormonas...—Rascó su nuca y soltó a su esposo quien inmediatamente lo abrazó, consolándolo—...Tendré que tomar un tratamiento antes de...pues...embarazarme...—Se sonrojó ligeramente.

-...Yo creo que ese viejo miente...—Gruñó el albino—...Mi Yuuri está perfectamente sano.

-...Perfectamente gordo, quizás sí...—Sonrió divertido.

Bueno, por lo menos ahí murió el tema del bar.

Luego de eso, la semana pasó tan rápido que Kagami ya había regresado de América, que Shinra ya había vencido al Evangelista y que Hinata ya iba a jugar contra Kageyama.

Bueno, tal vez no tan rápido.

Así es como, después de dos semanas y media, Yuri fué dado de alta y aunque tuvieron que esperar un par de días más para llevarse a Aleksey consigo, ahora todos estaban en casa.

-...Creo que a Yurio se le acabó el Agape dando a luz a este angelito...—Dijo Viktor mientras observaba dormir al infante.

-...Cállate anciano...—Gruñó—...Y mejor sal de ahí, déjalo dormir tranquilo...—Lo comenzó a empujar hacia afuera.

-...Oh vamos hijo, no seas como tu padre...—Pucheó queriendo permanecer más tiempo junto a su nieto.

El cuerpo del rubio se tensó de golpe contra el de él, una vez estuvieron fuera de la habitación. Viktor parpadeó un par de veces, confundido, juró que lo había sentido temblar.

-...Extraño a papá...—Murmuró en un sollozo que asustó al ruso mayor. Lentamente levantó su rostro, mostrando sus ojos anegados en lágrimas y sus mejillas sonrojadas—...Realmente lo extraño mucho.

-...Oh, no llores...—Lo abrazó y palmeó su espalda, dejando que babeara, moqueara e hiciera lo que quisiera sobre su camiseta polo—...Él siempre va a estar en nuestro corazón, Yurio. No olvides.

-...¿Yura? —Otabek se acercó y se preocupó al verlo en ese estado—...¿Estás bien?

El rostro lloroso se transformó en una mirada llena de deseo que aturdió al kazajo y lo hizo dar varios pasos hacia atrás antes de huir del rubio que se había abalanzado hacia él. Mierda, el tigre había regresado.

-...Pero vamos a ver ¿Qué pasó? —Preguntó Viktor confundido, su pareja se acercaba riendo levemente luego de toparse con la persecución de la joven pareja—...Yuuri ¿Tú sabes que pasa? Yo no entiendo nada...—Una gota de sudor bajó por su frente.

-...Deben ser las hormonas...—Habló el japonés—...Yurio debe estar muy sensible desde el parto. Tal vez su humor varíe estos días en lo que se estabiliza por completo.

Y mientras tanto, los delgados brazos le cerraron el paso al pelinegro que tragó duro al ser acorralado contra la pared.

-...Yura...

-...Beka...—Ronroneó y lentamente se pegó a su cuerpo, sintiéndolo tensarse de golpe—...Vas a hacerme sentir bien ¿Sí o no?

Joder.

Usó sus propios hechizos en su contra y le funcionó demasiado bien.