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TN metió sus dedos en el pelo de Namjoon, lo acarició despacio sin dejar de mirarlo a los ojos, se deleitaba con su sonriente expresión cuando la miraba, era tan guapo que nunca creyó que un hombre así le pidiera que lo poseyera.

Después de sonreírle ella también dió un salto y se colgó a su cuello para luego atraparle la cintura fuerte con sus piernas, ahora era suyo y solo suyo.

Aquel cuerpo que se gastaba su hombre era para estar amándolo día y noche. Sin poder remediarlo se acercó a su boca y acariciando su nuca con las dos manos le susurró de forma íntima.

—Lo deseo señor Kim.... nunca deseé a nadie como te deseo a tí Nam.

Namjoon cerró los ojos y la atrapó con sus grandes manos, tocar esos muslos que tenía TN le encantaba y lo volvía loco, la apretó a su erección que la tenía desbocada y ella mientras tanto lo besaba con tal deseo que a él se le hacía difícil llevar el ritmo.

Comenzó a andar con ella hacia su dormitorio, la deseaba más que antes si eso era posible porque no sabía cuando empezó a sentir ese deseo enfermizo por TN, había llegado a su vida por un contrato entre ambos y ahora no podría vivir sin tenerla pegada a su cuerpo.

Su olor, el calor que desprendía cuando estaba dentro de ella y ese genio que se gastaba dejaba claro que era una gran mujer. Tenía miedo de amarla y que ella le hiciera daño al final, por eso a veces se alejaba de ella.

Pero ahora no iba a alejarse ni un milímetro de ese cuerpo que lo tenía loco y desquiciado, hoy se dejaría amar por ella y después la amaría él. Un juego entre los dos que no dejaría que se acabara en toda la noche, terminarían exhaustos y sin fuerzas pero merecería la pena.

Pensando de ese modo la apretó aún más, la besó aún más y la sintió más aún.

—Déjame en el suelo —le susurró ella en el oído.

Él la soltó cuando ya estaban junto a la gran cama y la miró. Era tal la lujuria que vio en los ojos de ella que se mordió el labio.

—¿Qué vas a hacer para que muera de placer? Estoy deseando que me hagas decir tu nombre una y otra vez entre gemidos mi fierecilla salvaje —le dijo Namjoon mientras le acariciaba el pelo.

TN sonrió con picardía, sin decir nada bajó las manos hasta su pantalón holgado y le acarició los muslos interiores, con ese acto hizo que  Namjoon emitiera un suspiro hondo.

—Eso me dice que voy por buen camino ¿No? —rió ella.

—Por buenísimo...

Y sin más masajeó su deseo, ese que estaba esperándola con demasiadas ganas. Se besaron con pasión.

Entre jadeos se miraron a los ojos y TN metió su mano en el interior de sus boxer de marca para tocar aquellos rizos que envolvían la impetuosidad de Namjoon, ese miembro que volvía locas a todas pero que ahora era solo de ella. Se lo acarició y él se sintió el hombre más feliz del mundo, bajó su rostro... se lo besó y se lo lamió para hacerlo enloquecer. Para él era más que sexo, las caricias venían de ella, era su boca y su lengua la que abarcaban y apretaban su longitud de una forma dulce y obscena a partes iguales y eso lo hacía arder despiadamente.

Se desnudaron entre besos húmedos y caricias desesperadas, se tendieron de golpe y ella se subió en él.

—Disfrutemos juntos señor Kim —y sin más se introdujo en él.

Movía sus caderas mientras echaba su cabeza y su espalda hacia atrás por lo que sentía, él miraba su bonito pecho y se lo tocaba a la vez. Con las manos en sus trabajados y enormes pectorales ella se sostenía para darle placer al hombre del que estaba enamorada.

—Te quiero —le dijo TN ésta vez consciente de lo que significaba decirlo abiertamente.

Entre el placer que estaba sintiendo él y escucharla decirle de nuevo esa palabra sintió un miedo terrible, entonces puso las manos en su espalda y sin salir de ella la volvió para quedar encima suya, la miró y la besó....la saboreaba desquiciado. Se levantó y volvió a mirarla.

—La palabra te quiero es difícil de pronunciar para mí  —la embistió antes de seguir y de los dos salió un gemido— siento que te irás de mi lado si no te la digo....y eso me asusta —otra envestida fuerte sintió ella que hizo agarrarse fuerte a su espalda para morderle el cuello — Eres una chica muy mala— le dijo al sentir arder su cuello.

Con posesión ella lo empujó y se volvió a subir a horcajadas, y para desesperarlo por lo que había dicho se hundió con rotundidad en él de golpe.

—¡Por mil demonios... TN! Vas a volverme loco —le agarró el trasero para moverla con más fuerza, empujaba Namjoon para incrustarse más en ella, la quería sentir cada vez más y más.

La fuerza, el ímpetu y el calor que desprendían los dos con sus sexos y sus jadeos se estaba volviendo un volcán en erupción. La cama golpeaba la pared y el sonido en aquella habitación era todo un terremoto de lujuria y pasión.

Cada uno decía en jadeos entrecortados el nombre del otro.....TN... decía él en susurros. Y Nam... se escuchaba de parte de ella mientras se mordía el labio por el placer que recorría su cuerpo.

Y cuando creyeron enloquecer porque todo en el interior les decía que el placer extremo estaba cerca, se dejaron llevar mirándose a los ojos, querían verse el rostro, querían saber si habían disfrutado igualmente los dos.

Abrazados acabaron tras gritar juntos después de sentir que la locura si existía, la respiración la tenían alterada y el sudor de sus cuerpos se juntaron en uno solo.

—Te quiero Nam —le volvió a decir ella con la respiración a punto de ahogarla, se sentía patética por decirlo pero no podía callar cuando lo que sentía era tan hermoso.

Él iba a hablar y ella le tapó la boca con su mano.

—No digas nada, solo quería que lo supieras porque sino mi pecho va a explotar en éste momento, nunca te pediría que me amaras a la fuerza ¿Para que? Eso no serviría de nada —sonrió porque no quería que la viera triste.

—TN lo pasé tan mal que me prometí a mí mismo que no lo diría nunca más, pero lo que tengo claro es que si alguna vez se lo digo a otra mujer esa sin duda serás tú.

Esas palabras hirieron a TN, quería mucho más de él pero era consciente que estaba allí haciendo el amor porque ella quería, nadie la había obligado a nada, se arruinó de nuevo a sus labios y besándolo de nuevo le susurró:

—¿No va a poseerme ahora usted señor Kim? Porque hay muchas formas de demostrar el amor y ésta es una de ellas...

Él sonrió y se subió en ella para besarla, lamerla y poseerla tantas veces como ella quisiera que él lo hiciera.....

EL AMOR VIENE DESPUÉS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora