EL AMOR VIENE DESPUÉS

14

Se levantó TN con un gran dolor de cabeza, lagunas llenaban su mente, no recordaba como había llegado al apartamento, solo vino a su mente el instante en que Lina la había insultado y ella llena de rabia le dijo que amaba a Namjoon, la bebida había sacado ese sentimiento que había empezado a nacer hace muy poco y que escondía dentro de ella... se odiaba por habérselo dicho a la menos indicada.

Frustrada se sentó en la cama, bajó su cabeza y sus hombros...estaba derrotada. ¿Porqué había sido tan tonta? Pedía una y otra vez en sus adentros que Lina no se atreviera a contarle a Namjoon esa revelación, se moriría de la vergüenza.

Por el otro lado había un Namjoon que no pegó ojo en toda la noche, las palabras de TN retumbaron en su mente para no dejarlo descansar, no podía ser verdad lo que dijo, estaría confundida porque la había ayudado, eso era, que como se sentía sola y él hizo lo que su hermano tendría que haber hecho pues estaba confundida.

Se levantó y se duchó, el agua caliente caía por su cuerpo escultural, su espalda musculosa se mojaba mientras él estaba cabizbajo y con las manos pegadas a la pared, apretaba con fuerza y maldecía en voz baja por lo que le estaba pasando, ¿Cómo afrontaría a TN cuando se vieran de nuevo? No había estado nunca en ésta tesitura.

Terminó de ducharse y salió del baño a la habitación con una toalla blanca rodeando su cintura, sacó de su armario un traje de color gris marengo de importación, una camisa blanca y una corbata oscura y se vistió sin prisa, no la tenía, no quería afrontar el problema. Cuando vio oportuno salió con algo de miedo hacia la cocina para hacer café, necesitarían uno muy cargado cuando ella apareciera.

En el otro dormitorio TN se levantó de su cama después de entender que tendría que salir de allí tarde o temprano y sin más se fue al baño a darse una ducha, la necesitaba, quería relajar sus músculos, necesitaba olvidar su vida mediocre, no conseguía salir del fango por mucho que lo intentase.

Tardó una media hora en ducharse y vestirse  para ir a trabajar, salió con un traje claro de pantalón y fue a la cocina para tomar unos analgésicos porque aún le dolía la cabeza. Al llegar allí estaba el otro con dos tazas de café en lo alto de la encimera.

—Buenos días —dijo ella sin mirarlo mucho.

—Buenos días TN —le dijo él en tono normal.

—Necesito un analgésico ¿Puedes darme uno tuyo? Luego iré a comprar yo, pero es que me duele la cabeza en éste momento y no tengo ninguno —estaba frente a él que la miraba, se dió cuenta que le escondía el rostro.

—Están en éste estante, puedes coger cuántos quieras cuando tú quieras, no hace falta que compres, todo lo que hay aquí en el apartamento es tuyo —ella alzó por fin la vista para encontrarse con él, su tono se le hizo raro y como la miraba ahora también, estaba nervioso.

—Gracias ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Si, tú dirás..

—¿Fue Tae quien me trajo hasta aquí anoche?

—¿Cómo? ¿No recuerdas como llegaste hasta aquí?

—No...solo recuerdo que Tae apareció en un momento delicado y yo me eché en él porque creía que iba a caer —respiró hondo y se armó de valor para seguir hablando— siento mucho haber bebido tanto, no sé porqué lo hice, de aquí en adelante no iré contigo a ninguna fiesta sino es extremadamente necesario.

Namjoon la miró sin entender, se dió cuenta que no recordaba nada de lo que le había dicho.

—TN ¿De verdad no recuerdas nada más?

—¿Tengo que recordar algo? ¡Dios mío! ¿Qué más hice aparte de discutir con esa... —no quiso seguir, no iba a insultarla más, tenía que dejarla en paz, tenía un secreto que no podía ser revelado y no quería excederse con ella— bueno con Lina...eso es....tiene su nombre, perdón por insultarla no lo haré nunca más, es parte de tu vida y yo no tengo derecho a meterme en tus sentimientos —empezó a ponerse nerviosa porque él la miraba divertido— no me mires así y vámonos ya a trabajar por favor —cogió un analgésico y lo metió en su boca para beber agua después.

Él la miraba atento y cuando no pudo ya remediarlo le dijo algo que tenía ganas de decirle— Eres especial, de verdad te lo digo, nunca conocí a nadie como tú.

Ella no dijo nada, nerviosa salió por la puerta que daba a la calle después de coger su bolso y él hizo lo mismo siguiéndola, estuvieron callados todo el trayecto que daba al trabajo estaban sin mirarse dentro del lujoso coche. Al llegar se encontraron a Tae esperando el ascensor, los tres subieron sin decir nada... la situación era tensa.

—¿Estás mejor? —Tae la miró cuando ya no pudo más.

—Sí, lo estoy —dijo ella sin mirarlo.

Namjoon los miraba con el ceño fruncido desde atrás, los otros dos estaban uno al lado del otro.

—Me alegro, yo sé que tú no eres de las que beben, algo te ocurre —ella no le hacía caso y miraba al frente— me recordaste ese día que hiciste lo mismo porque....

—¡Cállate! —ésta vez ella si lo miró y Namjoon se tensó cuando la escuchó molesta— no se te ocurra contar nada de lo que haya pasado cuando estuvimos juntos.

—Perdón.... no quería...

—¿Porqué no se abren éstas malditas puertas? —ella le daba golpes a los botones del ascensor.

Namjoon le cogió la mano con la que golpeaba y la pegó a él para tranquilizarla.

—Tae por la cuenta que te trae dejala tranquila con el pasado, lo vuestro ya pasó y como tal olvidado queda ¿Entendido? —con ella abrazada a su cuerpo miró a su hermano serio y autoritario pero éste dando a entender que le importaba un pepino lo que él dijera la miró de nuevo.

—Cometí un error por el que estoy pagando ahora con tu indiferencia, pero te demostraré que soy el hombre del que te enamoraste en el pasado y volverás a mí cielo —Tae tenía los ojos rojos.

—¡Tae! —gritó el otro.

—Hiung tú no la quieres y sé que éste matrimonio que tienes con ella terminará pronto y yo estaré aquí esperando con ganas —Tae estaba todo dispuesto y lo miraba sin miedo.

Las puertas se abrieron y Taehyung salió hacia su oficina dejando a un Namjoon que apretaba los puños y los dientes. La cogió a ella de la mano y la llevó a su oficina, estaba molesto y no sabía el porqué.

Abrió la puerta y los dos entraron, sin él saberlo allí había una sorpresa, estaba Lisa sentada en uno de los sillones de piel negra, la hija del gran inversionista.

—Buenos días, mi padre me manda para que tengamos una charla usted y yo....señor Kim.....