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Namjoon se sentó en la cama, con su cabeza hacia abajo y atrapando su pelo rubio se maldijo una y otra vez en silencio.

Miró al otro lado y TN dormía plácidamente.

Ese pelo castaño que descansaba en la almohada, esas facciones que hacían que se diera cuenta lo bonita que era y ese cuerpo semi desnudo solo tapado con algo de la sabana lo estaban atormentando, era un imbécil y un canalla por no gritarle lo que ella quería oír desde hace tanto tiempo, pero él solo pensaba en su posesión.

Lo amaba y ya se lo había dicho en dos ocasiones, sin embargo él no podía decirlo y eso le estaba creando miedo porque podía perderla, estaba en el mundo laboral, era inteligente, bella y con temperamento, ¿A qué hombre no le gustaría tenerla a su lado?

Se levantó y se fue a la ducha que tenía al otro lado del apartamento, no quería despertarla, no quería decirle nada de la noche que habían pasado juntos y no sabía tampoco como hablar a una mujer en la mañana siguiente, todas salían por la puerta después de mantener relaciones con él, ese era el requisito que les ponía a todas.

Se puso un traje que tenía para una urgencia allí en un armario contigo al baño y se marchó sin siquiera darle un beso de despedida.

Entró por la puerta de su oficina cabizbajo después de haberse tomado un café en el bar de abajo.

—Señor Kim le han traído un pequeño paquete —le dijo la secretaria de su hermano Taehyung, él aún no se había atrevido a contratar a ninguna. Después de que TN se fuera no lo había hecho aún.

—Gracias —le contestó y lo cogió.

Entró en su despacho después, se sentó en su  sillón y lo miró.

Sabía de que se trataba pero ¿Porqué mandó hacer algo así? Fue en un arrebato y ahora no era capaz de dárselo.

El día que se encontró la alianza de bodas de Tae y TN en el suelo del pasillo de su apartamento, se sintió tan celoso que llamó a una joyería exclusiva de Seul para que le hicieran un anillo de pareja que dijera que ella era de Kim Namjoon.

Estaba mirando el papel dorado que lo envolvía y cerró los ojos, ¿Qué haría con ella? ¿Qué haría si no tenía agallas? Sabía que si no se decidía sería de otro.

—¿En qué piensas? —escuchó decir y al abrir los ojos se encontró allí a TN mirándolo.

—Oh...¿Eres tú? —escondió rápidamente el anillo envuelto en el cajón de su escritorio.

—Te fuiste... no dijiste nada y yo quería hablar contigo.

—Pero siéntate...no te quedes ahí de pie —le dijo amable.

—Gracias, anoche quería decirte algo pero no tuve tiempo —se sentó frente a él y cruzó sus piernas.

Namjoon mordió su labio instintivamente al recordar lo que sintió al ser poseído por ella.

—Dime, ahora soy todo oídos —estaba tan nervioso, si se fue sin decir nada es porque no quería hablar con ella.

—Pues verás—estaba también nerviosa— venía a decirte que tengo que irme por una semana o algo más —lo miraba sabiendo que no le iba a gustar.

Era un hombre con tanto carácter que la calma que demostraba en éste momento se le hacía rara.

—¿Te vas? ¿Dónde? —le preguntó ansioso.

—Viaje de negocios con mi jefe.

No le gustó nada.

—¿Y se puede saber quién es tu jefe? Aún no me lo has dicho —frunció el ceño molesto.

—Lo conoces muy bien.... es Min Yoongi —la bomba fue lanzada.

—¿Ese es tu jefe? —dijo refunfuñando.

—Sí...y es un gran jefe.

—¿Mejor que yo?

—No harás que compare ¿No? Eso no es ético Nam —intentó TN quitar hierro al asunto.

Namjoon se levantó molesto y empezó a andar por la habitación. Ella miraba al frente pero lo sentía tras ella caminar nervioso hasta que lo notó en su cuello.

—Vuelve aquí conmigo... te necesito —le dijo al oído en un susurro.

Ella se estremeció y más cuando sintió besar su cuello, eso la hizo cerrar los ojos y disfrutar esos labios calientes y posesivos.

—No puedo —le contestó como pudo.

—Te necesito ¿No te basta con eso?

—Tú lo que necesitas es una secretaria, no a mí —le dijo ella con un tono algo seco, necesitaba escuchar algo más que un "te necesito".

Entonces Namjoon se separó y apretó los puños y con rabia llegó hasta una vitrina de cristal que había en un costado y la golpeó hasta que los cristales saltaron por los aires, el estruendo asustó a TN.

—¡Por el amor de dios Nam! —dijo ella y se levantó a toda prisa para ir a su lado.

Estaba con la cabeza baja y con el puño derecho lleno de sangre.

—Vete TN —le dijo en tono bajo.

—¿Pero se puede saber lo que te ocurre? ¿Porqué te comportas de éste modo? Anoche...

—Anoche era anoche y ahora es ahora...

Lo miró con los ojos abiertos, ¿Como podía comportarse como un completo imbécil de un momento a otro?

—¿Algún día entenderás que todas las mujeres no son iguales que tu exnovia? ¡Todas no van a dejarte por otro Nam! —le gritó.

—¿Tú me puedes jurar que nunca me dejarías por otro? —la cogió de los hombros y la miró a los ojos.

—¿Y tú me puedes decir que me amas? —le lanzó para dejarlo callado.

Se quedaron allí con ambas preguntas sin respuesta.

—No puedes, claro que no puedes —dijo ella soltándose molesta de su agarre y cogió su bolso que estaba en la mesa— solo venía a decirte que me voy a Los Ángeles, así que no te preocupes por mí que terminaré con el mes que nos queda de matrimonio y al fin podrás librarte de mí.

Se fue hacia la puerta y la abrió, le dolía que no se despidiera de ella, estaba allí en silencio y sin mirarla.

—Cuida tu mano, te quedarán cicatrices si no lo haces —lo miró con tristeza y se marchó.

Nam con la rabia que sentía por ser un completo cobarde le dió una patada a la cristalera y la rompió completamente.

"En ésta vida quién no arriesga no gana"....

EL AMOR VIENE DESPUÉS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora