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Ha pasado una semana de lo sucedido y Jimin podría decir que la alegría y el amor que desbordada Yoongi era mayor que los días anteriores. Desde que supo de la llegada del bebé estuvo hablando por teléfono con muchas personas de las cuales tiene entendido que son organizadores de interiores, ya que Yoongi no paro de enseñarle variedades de colores para una habitación la cual es correspondiente para el bebé.
Esa misma semana ya estaban devuelta en el departamento de ambos, donde se llevó la gran sorpresa de ver varias cajas entre grandes y pequeñas, las cuales no sabía su contenido. Lo único que pudo escuchar fue a Yoongi quien le dijo con una sonrisa de encías, "Esto no es nada de lo que me falta, bueno nos falta".
Podría decir que Yoongi ya tiene completa la habitación del bebé la cual está ubicada frente a la habitación de ellos, pero siendo sinceros no le molestan que Yoongi haga todo el trabajo de la habitación, para Yoongi es un sueño cumplido poder organizar y ser él quien planea todo. Claro está que para cada una de las cosas que hará siempre necesita la opinión de Jimin ya que es el menor quien resguarda en su vientre al bebé, de dos meses casi tres, quien crece todos los días, como también cabe decir que se ha enamorado de ver la pancita de Jimin.
Cada noche es magnífica al ver como el pelinegro se toma el tiempo de dar suaves caricias en su abdomen, ama la manera en que Yoongi se acerca a él para llenarlo de besos, caricias y sonrisas.
– Minnie, mi dulce amor, mi niño de cristal gracias por los dos mejores años de mi vida. – susurra secar de sus labios. – Gracias por traer y darme el privilegio de volver a verte con esta pancita. – el primer beso es depositado en sus labios.
– Oh! Dulce dulce Gigi, el que debería de agradecer aquí sería yo cariño.– coloca sus calidad manos en las mejillas del mayor acunando su rostro viendo esos zafiros negros con un brillo especial como el primer día que lo conoció, en esa cafetería. – Gracias por no soltar mi mano y dejarme caer, Gigi gracias por permitirme otra vez sentir este cálido sentimiento en mi corazón lastimado. – besa la frente el mayor sintiendo como la primera lágrimas cae.
Nuevamente su vida toma color, ya no ve todo de blanco y negro, ahora sus ojitos ven el verdadero arcoiris y esta vez no está solo. Esta vez está tomado de la mano del que es y siempre será su verdadero amor, el cual le trajo el mejor regalo de todos después de dos años puede vivir el momento de poder traer al mundo a su bebé.
– Yoon yo se que ya es tarde, pero se acabaron las galletas de chocolate junto con la mermelada de fresa y el tarro de helado de vainilla. – Jimin sonríe tiernamente viendo como el mayor de reincorpora y lo ve fijamente.
– Minnie las galletas, la mermelada y el helado los compré el día de ayer. – exclama Yoongi viendo cómo su amado esposo esponjoso descubre su vientre y apuntandolo.
– Sabes que ahora como por dos ¿verdad? – hace una pausa y mira directamente du vientre. – Bueno viendo cómo son las cosas creo que como por tres. – Y es en ese preciso momento que Yoongi salta de la cama y cae al suelo.
– Q-que a ver espérate Jimin, hasta el tercer trimestre de embarazo se puede saber si son más de dos y para que eso se sepa aún falta... Una semana.– dice en tono bajo tratando de procesar las palabras que acaba de decir.
Una semana, no puede ser su Jiminne puede que tenga a dos no a uno, si no a dos bebés en su vientre. Ese redondo y delicado lugar donde viven sus amores.
– Minnie no importa si solo es uno o si son dos yo los amare a ustedes con mi vida, los consentiré tanto que juro que van aver momentos que me regañes cada vez que los consienta y mime tanto.
Las lágrimas de felicidad no se hicieron esperar en el pelinegro quien sostiene con delicadeza el cuerpo del más pequeño brindándole un protector y amoroso abrazo transmitiéndole al menor toda la alegría, euforia y calidez que su menudo cuerpo puede transmitir.
– Bien regreso en unos minutos, papá les traerá galletas, mermelada, pastelitos y helado. – Susurra cerca del vientre de Jimin quien ríe por las cosquillas que hace su respiración en esa zona.
Sin más Yoongi de dirige a su armario sacando de el un abrigo, para no pasar frío al momento de salir a cumplir los antojos de sus amores.
Al tomar el picaporte de la puerta escucha el llamado de Jimin, el pelinegro se voltea y pone toda su atención en el menor.
– Y nosotros juramos que siempre te amaremos Yoongi. – sonríe Jimin viendo esos hermosos e hipnotizantes zafiros brillan con intensidad.
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