☽ VEINTIUNO ☾

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Sesshōmaru No Taisho

No había visto a mi esposa desde que salí del despacho luego de culminar papeleo. Le busque con mi Yōki pero no la encontré.

No me costó recordar que ella casi siempre mantiene su presencia oculta. Bufo ante la maña de mi mujer, que aunque molesta aveces, me hace saber que siempre está alerta a cualquier cosa.

Nurichi me informa que la dejó pasear luego del recorrido por el palacio debido a que ella debía seguir con sus labores y mi mujer quiso seguir explorando. Pero informa que poco después la vió con los cachorros y el grupo de mi detestable medio hermano salir al jardín Rin-Rin, o Arcoíris, para quien no esté familiarizado con el nombre que le impuso el hermano de madre antes de morir.

No me preocupé al momento por Kagome ya que estaba en compañía... aceptable y volví a mi despacho para seguir organizando la presentación de mi hembra como Lady ante los demás Lord's.

Al almuerzo noté la ausencia de mi azabache, e InuYasha, así como el resto de su manada y mis cachorros, me informaron que salió y dijo que volvería.

Me pregunté para que saldría y además, también me pregunté que haría con las monedas que tomó. Porque este Sesshōmaru había notado la ausencia de una mínima cantidad, que aunque no era mucho de la bodega, había notado faltaba y además había algo del olor de mi mujer en el lugar.

¿Será un travesura de su parte? O ¿Lo hizo para probar nuestra capacidad de intuir que algo no está?

No le contesto porque no me apetece, y porque no sabía la respuesta.

(...)

El resto del día sentí el alboroto en el palacio, aunque no había ningún peligro, así que supuse estaban organizando algo para Rin.

Poco después ella se asomó al despacho con Nurichi y Rinto, diciendo que Kagome había mandado a llamar a todos los habitantes del castillo para dar un anuncio y yo debía acompañarla. Eso aclaró algo de mis dudas.

Mi cachorra estaba bastante risueña y parecía ocultar algo, pero lo pasé por alto deliberante al saber no era algo malo.

Esperaba frente a las puertas del salón del trono, la aparición de mi mujer, la que se estaba haciendo desear.

Cuando su olor y el de las bestias, llegó a mi, mi boca se secó ante la imagen. Los tres lucían diferente y desprendían un olor a tinta extraño, pero mi Hembra seguía viéndose espectacular y sobretodo, diferente.

Su cabello ahora llegaba a sus hombros. Negro noche, brillante luz azul, desordenado, reservado y coqueto. Un kimono negro con lunas y estrellas en el, pero lo que más llamaba mi atención, eran sus labios negros.

- estás..

Ella me detuvo antes de acercarme y saludarla como correspondía, pero ella si se acercó y beso mi clavícula. Gemi al tacto.

Me mira a través de sus largas pestañas y con una sonrisa de boca cerrada me desarma por completo. Solo tengo ojos para ella.

Solo se que las puertas se abren y ella me guía con su brazo entrelazado con el propio. Solo puedo verla a ella, que camina elegante y airosa frente a mis súbditos y subyugados.

Hasta Encontrar La Felicidad [Sesshome]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora