☽ VEINTISIETE ☾

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Kagome


— ¡Me encanta! Por Dios ¡Es increíble!

Era realmente emocionante, Hermes si había servido de algo después de todo y esto realmente me había hecho gritar.

— son demasiados regalos —murmuró Rin viendo las pilas de cosas—

— al parecer, muchos querían a Beruu y Canzybelle.

Sango, Miroku, InuYasha y Kikyo se habían ido a entrenar, por lo que solo quedábamos mis hijos, mi esposo y yo.

Ah, e Irazue pero ella solo está allí tomando té así que no me importa.

— esa caja se mueve —advirtió nervioso mi ya no tan pequeño Kitsuné—

— no lo había visto ¡Espero que sea lo que creo que es! —con cuidado de pisar nada, fuí hacia la caja y abrí dándole cara a otro lado, no quiero que pise nada—

El fuego se hizo presente de inmediato y reí sin sentir el calor de las llamas. Una hermosa Yegua oscura y de cabello llameante me miró y relinchó con fuerza, solo la miré con impresión.

— debí casarme antes —me digo a mi misma viendo mi Yegua—

Porque si, aparte de venir a cotillear, Hermes me había traído unos "pocos" regalos mandados por aquellos que tenían afecto por mis bestias, que estaban muy contentas y eso se reflejaba en mi.

— hola preciosa.

La yegua pese a ser salvaje estaba bastante mansan cuando me vió, se acercó y la dejé, ella solo agachó la cabeza y se recostó en mi pecho bufanda.

Chille de la emoción.

siempre quise una bestia, pero papá decía que una bestia no puede tener una —mi boca se movió sola cuando Rubí comenzó a hablar, eso me mareó un poco—

Oh, no. Chicos, no.

Es solo una bestia —la voz modesta que salió de mi fue la de Austrinus. Sentí un retortijón—

"Is sili ini bistii" ¡Es una yegua de Diómedes! ¡¡Diomedes!! Arrancan piel y desgarran humanos —quejumbroso habla Beruu y los tres comenzaron a discutir pero cambiando mi personalidad—

El constante cambio me mareó y casi caigo de no ser por la Yegua, que me tomó de la ropa para no matarme contre el suelo.

— gracias —balbuceo casi vomitando—

— ¿Estás bien mamá? —Shippo de inmediato está junto a mi, hace que me siente y mi nueva compañera me sigue y se postra al lado del mueble— últimamente mareas mucho.

— y vomitas también —se acercó Rin con agua— ¿No estarás enferma?

— no podría decir —supiro— ¿Podrían traer los regalos de su madre?

— está bien —acceden ambos y empiezan a escoger que darme—

Sesshōmaru se acercó a mí y besó mi frente, hice una mueca al sentirme con algo de temperatura. ¿Como podía pasar de esta contento a estar moribunda? ¿Porque tanta ansiedad y cambios de humor?

— Shippo dice que este se ve interesante —Rin me extiende un bulto lleno de cuerdas y lianas, luce algo rústico— por lo que escogí este —en su otra mano había una pequeña bolsa rojiza—

— ¡Ey! Mi elección es muy acertada, es muy lindo este forro —se defiende mi pelirojo—

— como se nota que eres un niño.

Hasta Encontrar La Felicidad [Sesshome]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora