capítulo 3

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Bueno… se supondría que debía salir del cuarto.

Pero. Pero, resulta que, yo soy idiota y nunca he estado con una mujer.

Es cierto. Es virgencita nuestro Chris.

Oh Cállate.

Aparte…
Esto no es un típico cliché, donde ellas usan una ropa interior de algún cómic,  ella está usando ropa interior unicolor. Tiene un cuerpo perfecto, bueno para mí se ve perfecto, tiene una cintura pequeña, y sus senos no son pequeños ni tampoco grandes, son el tamaño perfecto para su pequeño cuerpo de estatura 1.60.  Es muy linda.

Ella voltea y se cubre.

-Me asustaste—dice tragando saliva.

-Me voy a salir, lo siento no sabía que te habían dado mi cuarto—a pesar de que dije que me saldría no lo hice, solo la miraba muy sonrojado.

-Por qué miras mi cuerpo— dice colocando sus manos en su cintura— ¿A caso te gustó lo que viste?. Es broma.— dice burlándose de mi.

-Sabes me voy a salir rápidamente y haré como si esto no paso.

Salí con la mirada perdida.

-Estas... ¿Estas bien?—pregunta Robin.

-Si solo... Nada, voy al cuarto.

-Hey, estás rojo ¿Que sucede?

-Nada, solo ya quítate, quiero lavarme la cara.

-¿No ibas al cuarto?

-Si... Ya que solo voy al baño y me acuesto.

-No. Estás pálido, llamaré a Katia.

-No.

¿Por qué se pone pesado cada vez que le digo No?

Por qué tú también lo haces idiota.

Oye cuánto tiempo. No sabia que te importaba conciencia.

No me importas, tu me diviertes.

Debo dejar de hablarme o me volveré loco.

Después de mi pelea con la conciencia y de decirle a Robin mil cosas más me dejó pasar.

Camine al cuarto y saqué una sábana.

-Que haces por qué no duermes conmigo— dice el poniendo una cara juguetona.

-A no, estás demente, duermes como un caballo trotando, y yo, debo cuidar esto—dije señalando la herida.

-Claro que no—dice usando voz de mujer ofendida.

Lo miro y el solo me ignora entrando al cuarto. A veces Robin suele ser un tanto bipolar. El rarito ese.



12:00AM

No puedo dormir.

1:00AM

Aún no puedo dormir.

Verdaderamente no duermo mucho, siempre tengo pesadillas o simplemente no duermo y ya.

Me levanté del mueble— Que obviamente si es mucho más cómodo que dormir con Robin— entre a mi cuarto silenciosamente para no despertar a Haley, busque mi chaqueta, y cuando abrí la puerta de la calle y estoy apunto de encender la moto, alguien me habla. Ella.

-¿Que haces?

-¡Ay carajo!... Lo siento me asustaste. ¿Que haces despierta?

-Eso debería preguntarte yo. Pero tú preguntaste así que responderé— toma aire—No puedo dormir...

-A no es obvio, pero ¿Por qué?

-Eso no lo responderé, ¿Y tu? ¿Por qué no puedes dormir?

-Es que yo… Emmm. Sabes tampoco responderé... Pero bueno ve y acuéstate, yo me voy.

-No me voy acostar. Voy contigo.

-Bueno toma el casco y súbete, que vamos a ver el final del arcoíris—digo sarcásticamente.

-Gracias este siempre ha sido mi sueño—responde ella con más sarcasmo— entendí tu sarcasmo idiota.

-Uy grosera.
-Pues está grosera va a subirse a la moto—dice mientras me quita el casco de la mano y se sube—A que no te esperabas que me subiera.

Esperaba que dijera que no...

-Bue... Bueno... De verdad pensé que dirías que no.

-Mi hermano es el cobarde, yo no.
-Pero sabes, aún así no vas.

-Claro que voy.

-No. Ve adentro.

-No.
-Entonces quédate afuera.

-¿No puedo ir contigo?

Lo pensé un momento.

-Daremos una vuelta.

Tomó mi cintura, luego subió los brazos rodeándome con un abrazo. Maneje por la autopista vacía. La noche estaba un poco estrellada, aunque estaban apareciendo unas cuantas nubes. Luego de manejar eran más o menos la una y media de la mañana y la lleve de regreso a casa.

Luego de que se bajó, nos sentamos en la acera.

-Cuéntame por qué no podías dormir—Le dije.

-Es que tiene que ver un poco con mi infancia... No me gusta hablar de eso.

-Por lo visto somos un poco iguales.
-¿Tú también odias tu infancia?

-Si. Pero cuéntame tú primero—Le dije.

-Es que...

-Tranquila, conmigo estás segura—Luego recordé las palabras de Robin, y me arrepentí de preguntar, no quiero ser entrometido— bueno solo si quieres… no es que no quiera oírte… si quiero, pero si tú no quieres oírme… digo si yo no quiero decirte… ash si tu no quieres decirme está bien…

-Te lo diré. No se si Robin te dijo, yo soy adoptada...—Asentí con la cabeza— Vengo de una familia violenta, me golpeaban casi todas las noches. Para esa entonces ya yo conocía a Robin, el intentaba protegerme, pero mis padres no sabían de el, si no ya me fuesen matado. Un día Robin llegó con muchos policías, mi papá me estaba golpeando, se armó un escándalo, un policía mató a mi hermano, no fue a propósito el le iba a disparar a mi papá, mi papá se agachó y la bala le dio a mi hermano, pero aún así le dieron a mi papá y a mi mamá se la llevaron a la cárcel en Estados Unidos por qué vendía droga aparte se drogaba también, y era alcohólica. Luego la familia de Robin decidió adoptarme, Rachel le dio la idea a su Mamá y ella encantada aceptó. Todo eso pasó cuando tenía trece, han pasado cuatro años de eso y no duermo mucho por eso.

-... De… de verdad...—No se qué decirle, pero lo que se es que no le puedo decir la verdad de quién soy, no quiero alejarla de mi—Haley, quisiera ser tan valiente como tú para contarte mi infancia, pero hoy no puedo, hoy no fue mi día… Pero bueno, ve adentro, voy a quedarme otro rato aquí.

-Entonces yo te hago compañía.

-No. Tranquila. Quiero estar solo un rato. Además, voy a fumar y creo que no te gusta el olor a cigarro.

-Bueno… eso es cierto. Adiós.

Creo que se molestó, pero yo que puedo hacer. Al final, la estoy protegiendo.

Saque la cajetilla de cigarros y el encendedor, prendí uno y luego saque mi teléfono y revise el WhatsApp. No tenía muchos contactos, tenía a Haley, Robin, Katia, Karen, Kylie, Elena, y… No, más nadie. Abrí el chat de Elena y estaba en línea así que le escribí.

Señor C: ¿Qué haces despierta?

Señora E: No tengo sueño. ¿Y tu? ¿Qué haces despierto?

Señor C: No tengo sueño. ¿Te paso a buscar?

Señora E: ¿Para que? ¿A esta hora?

Señor C: Vamos a salir. Y la hora no tiene importancia.

Señora E: Claro que tiene, ¿Acaso no estudias?

Señor C: Pues claro que estudio. Pero si aún no vamos a dormir mejor salgamos. Voy a tu casa, ya tengo la dirección.

Me desconecté, lance el cigarro al suelo y fui a su hermoso hogar. Era una casa muy bonita las paredes estaban pintadas de Azul cielo, al frente tenía una verja de madera pintada de blanco con flores estampadas en la misma.

Me volví a conectar y le escribí.

Señor C: Estoy afuera.

Pasaron al menos dos minutos y salió de su casa con unos vaqueros y un jersey verde manzana. Comenzó a caminar hacia mí.

-Que de una vuelta la modelo.

Ella sonrió y dio la vuelta.

Pero Dios, creo que adoro esos pantalones. Se ajustan tan bien en su trasero.

-¿Vas a mirarme el trasero toda la noche o qué?—Dijo y comenzó a reírse.

-Mejor móntate.—Dije entrecerrando los ojos.

Hizo lo que le dije pero antes me saco la lengua. Manejé hasta que paramos frente un parque que estaba cerrado y usualmente no habían vigilantes y para mi suerte, hoy no habían.

-No podemos entrar, está cerrado—dice ella retrocediendo.

-Siempre vengo cuando no hay guardias.

-Chris... Puede ser peligroso—dice ella.

-¿Tienes miedo?

-No... Obvio no... Bueno, no, bueno si me da miedo— Dice con mucho miedo, se le nota a leguas.

-Oh vamos yo te cuido—¿Por qué le dije eso?

-Es que... Esta bien.

Saltamos la cerca y entramos.

-Ves es hermoso aquí.

-Si es hermoso. Pero que sea hermoso no quita que sea peligroso.

-Vale.

-¿Así no dicen los españoles?

-Puede ser.

-Por cierto ¿Cómo sigues?

-Estoy vivo, les he dicho a todos que no era para tanto, que lo más importante era el dinero que me habían quitado.

-Serás idiota. ¿Acaso no aprecias tu vida?

-Sí la aprecio, y estoy vivo, pero el dinero me lo ganó trabajando duro.

-Aja.

-Alors chére Miss E, ¿La sortie vous plaît?—Le dije en francés. (Entonces querida señorita E ¿Le está gustando la salida?). Pensé en decirle que significaba lo que había dicho. Lo que no me espere es que me respondiera.

-¿Connaissez-vous le miel Français? Alors oui, notre premier rendez-vous se passe bien— respondió ella (¿Sabes francés cariño? Pues si, va buena nuestra primera cita).

-Je me sais pas grand-chose, mais je sais diré Belle, tu es belle—le dije. (No se mucho, pero se decir hermosa, eres hermosa).

Nos miramos un rato y nos reímos, luego nos tiramos al suelo para ver el cielo, estaba oscuro y sombrío las estrellas habían desaparecido y habían varias nubes.

-¿Dónde aprendiste a hablar francés?—le pregunté, curioso.

-Mi papá es francés.

-¿En serio? ¿Y tu mamá?

-Griega.

-Es muy cool.

-Si, lo es.

-¿Y como son?

-¿Quiénes? ¿Mis padres?

-No claro que no, el suelo que pisamos ¿Cómo es?—Dije sarcásticamente.

-No seas tonto.

-Sí Elena, hablo de tus padres, háblame de ti.

-¿Para que quieres saber de mi?

-No te golpeó porque soy un caballero.

Ella explotó en un carcajada.

-En serio. Háblame de ti.

-Bueno soy hija única. Mi padre se llama Armando Mendoza, es Médico, es ultra alto, moreno y sus ojos son color Azul cielo.

-Como los tuyos.

-Ejem… Ajá. Y mi madre se llama Elizabeth Corps, es medico igual. Ella es morena y sus ojos son verdes manzana. Es delgada, y es 1,65.

-¿Y tu? ¿Tu estatura?

-1,71. ¿Y tu?

-1,90.

-Oooh—dijo exageradamente.

Ella se quedó en silencio y yo voltee a verla.

-¿Quieres decirme algo?

-No lo sé.

-¿Qué te estás guardando?

-Mira esto—Giro en si misma, quedando acostada de medio lado— Ve mis ojos.

Hice lo que me dijo.

-Veo dos hermosos cielos azules.

-Míralos bien.

Lo hice. Y… Wao.

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!Mis preciosos!
He vuelto, acá el segundo capítulo de hoy.

Espero les guste.

¿Que piensan de Elena?

Y

¿Que piensan de Haley?

Yo las adoro a las dos, pero adivinen
¿A quien quiero más?

Los leo.

Amor y sangre ||Borrador||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora